Qué es un objetivo anamórfico / lente anamórfica

Vamos a hacer una pequeña introducción a los objetivos anamórficos: qué son, para qué se utilizan y algunas curiosidades.

 

Objetivos anamórficos. Características importantes y usos

 

 

 

Qué es un objetivo anamórfico

Básicamente es un objetivo diseñado de tal forma que proyecta una imagen cuya relación de aspecto no coincide con la relación de aspecto de la escena.

Dicho de una forma más clara: comprime la imagen de la escena en uno de los ejes, normalmente en el eje horizontal.

Es una forma de conseguir un ángulo de visión mayor (horizontal habitualmente) para una determinada distancia focal y un determinado soporte (película de 35mm, sensor Full Frame, APS-C, etc.)

Ejemplo:

 

Funcionamiento de un objetivo anamórfico - Compresión

 

El anamorfismo óptico es algo más genérico, se trata de deformar una imagen (cualquier tipo de deformación o transformación) y recuperarla después por procesos ópticos.

Pero en este caso nos referimos a una aplicación concreta: la transformación que aplican los objetivos anamórficos es una compresión en un eje.

El uso de este tipo de objetivos está íntimamente ligado con el cine y concretamente con los formatos ultra panorámicos: Cinemascope y versiones posteriores.

Para entenderlo en su contexto histórico vamos a viajar en el tiempo hasta mediados del siglo XX.

 

Un poco de historia

Los objetivos anamórficos ya habían sido desarrollados a principios de siglo, pero su uso fue prácticamente anecdótico hasta los años 50.

En esa época el cine, sobre todo en Estados Unidos, había vivido sus años dorados. No había nada que pudiera competir con esa experiencia.

Pero a principios de los 50 la televisión estaba ya muy extendida (en 1955 la mitad de los hogares en Estados Unidos tenían un televisor) y la industria del cine vio que todo su negocio se desplomaba.

El formato de película de 35mm que se utilizaba en el cine ofrecía una relación de aspecto muy próxima a los 4:3 que se utilizaba en las pantallas de TV.

Es decir, salvando las diferencias de tamaño y el color (la mayoría de los televisores de esa época eran en blanco y negro), la experiencia que tenía un telespectador en su salón era básicamente la misma que tenía en el cine, sin necesidad de comprar entrada ni de salir de casa.

Además, la televisión ofrecía todo tipo de entretenimiento: deportes, concursos… y también películas y series.

Para revertir esta situación, la industria del cine propuso una serie de cambios para diferenciar su producto:

  • Películas en color, se deja de lado el blanco y negro en prácticamente todas las producciones
  • Mejor sonido: sonido estereofónico real
  • Formatos panorámicos, para ofrecer una experiencia más inmersiva al espectador, muy diferente de la que conseguía en el salón de casa

 

Para conseguir los dos últimos puntos se necesitaba en principio una película más grande: más ancha, para incluir el nuevo formato panorámico con suficiente resolución y además dejar espacio en el lateral para los canales de audio.

El coste de la película era muy alto y cambiar el estándar de 35mm no parecía la mejor idea, porque además eso implicaba cambiar todo lo demás: cámaras, objetivos, proyectores, etc.

Así que se rescató la idea de los objetivos anamórficos.

La patente original (Anamorphoscope / Hypergonar) fue adquirida por la 20th Century Fox y el sistema recibió el nuevo nombre de Cinemascope.

La idea es tan sencilla que visto en perspectiva me parece una genialidad.

La película se filmaba utilizando objetivos anamórficos, que comprimían la imagen horizontalmente en el fotograma tradicional de 35mm.

En la sala de cine se utiliza en el proyector un objetivo anamórfico que hacía el efecto contrario (de-squeeze):  estiraba la imagen horizontal (que ya estaba comprimida) y proyectaba una imagen panorámica en la que los personajes y elementos mantenían su relación de aspecto real.

La relación de aspecto de la proyección estaba alrededor de 2.5 : 1 (entre 2.4 y 2.7 más ancho que alto, dependiendo de la variante, no había una relación de aspecto estándar)

Mientras que la relación de aspecto de la televisión era de 4:3 (1.33 : 1), un formato mucho más cuadrado, más cerrado.

 

Lógicamente las salas de proyección tuvieron que adaptar sus pantallas (y en muchos casos eso no era tan sencillo) y adquirir los equipos necesarios para proyectar correctamente (desqueeze, sonido, etc.)

Y además filmar en Cinemascope tenía sus propias complicaciones y limitaciones.

Por ejemplo el ‘efecto paperas’ que hacía que las caras de los actores situados en el centro y a poca distancia de la cámara aparecieran ‘hinchadas’ (un efecto que molestaba más a los directores que al público, para el que pasaba normalmente desapercibido).

Pero fue una solución brillante que mantenía toda la infraestructura basada en la película de 35mm y aportaba una experiencia totalmente diferente al espectador.

Poco después, Panavision, un fabricante de lentes del sistema Cinemascope para salas de proyección, llevó a cabo una serie de innovaciones en los objetivos, que evitaban varios de los problemas de las lentes del sistema Cinemascope.

El nuevo sistema Panavision, que además no era propiedad de un estudio (como sucedía con Cinemascope y la 20th Century Fox), se convirtió rápidamente en el estándar de facto para los demás estudios.

Y poco a poco Cinemascope dejó de usarse incluso en las producciones de la Fox.

Los formatos y sistemas cinematográficos panorámicos no dejaron de evolucionar y cambiar.

Algunos basados en el uso de objetivos anamórficos, otros basados en objetivos esféricos y el uso de película de mayor tamaño, y otros basados en combinaciones de anamórficos y película de mayor tamaño.

En muchos casos se trataba más de criterios artísticos del director o de la productora de la película.

Inicialmente cada película, cada producción, elegía la relación de aspecto dependiendo de muchos factores, algunos prácticos, otros técnicos y otros artísticos.

Por ejemplo, La Túnica Sagrada (The Robe), de 1953, se rodó con una relación de aspecto de 2.55 : 1

20.000 Leguas de Viaje Submarino (20.000 Leagues under the Sea) también 2.55 : 1

Ben Hur (1959) tenía una relación de aspecto de 2.76 : 1

Lawrence de Arabia (1962) con una relación 2.35 : 1

Muchas de estas películas se distribuían en diferentes formatos para cubrir todas las salas de proyección.

Para Cinemascope la relación 2.35 : 1 solía ser un buen compromiso (para incluir los canales de audio y mantener una buena calidad al proyectar) y se convirtió en una especie de estándar.

Posteriormente pasó a 2.39 : 1, que se considera el estándar actual para producciones ultra panorámicas.

 

 

Qué características tienen los objetivos anamórficos

Más que las características ópticas, nos vamos a centrar en los efectos que se consiguen con estos objetivos.

 

Compresión / ángulo de visión

Es la característica más evidente.

Para una determinada distancia focal: un objetivo anamórfico consigue un ángulo de visión horizontal más amplio que un objetivo normal.

Cada objetivo tiene un factor de compresión (factor de anamorfosis), que se elije normalmente en función del soporte de grabación: sensor con relación de aspecto 4:3 o 16:9, etc.

La idea es aprovechar al máximo la superficie del sensor.

Por ejemplo, si tenemos un sensor con relación de aspecto 4:3 y grabamos en un formato nativo de vídeo de la cámara (normalmente 16:9) desaprovechamos una parte del sensor:

 

Aprovechamiento del sensor en vídeo para formatos panorámicos

 

Y si nuestra meta es conseguir un aspecto ultra panorámico, tendremos que hacer un recorte adicional en edición.

Es decir, desaprovechamos una parte importante de la información del sensor. En ese ejemplo y para ese formato ultra panorámico ‘tiramos a la basura’ casi la mitad del sensor.

En el caso de las películas de cine en formato original de 35mm, el problema era que al proyectar en una pantalla más grande a partir de un fotograma más pequeño se perdía mucha nitidez y calidad en general (el fotograma era el mismo, pero la superficie efectiva si no se usaba anamorfismo era mucho más pequeña para mantener la relación de aspecto)

En el caso de los sensores digitales modernos no es tan grave, aunque siempre interesa recoger la mayor cantidad de información posible del sensor.

 

Usando un objetivo anamórfico con ratio de compresión 2x en un sensor 4:3 podemos conseguir un formato ultra panorámico 8:3 (2.66 : 1) aprovechando toda la información del sensor.

 

Objetivos anamórficos, aprovechamiento del sensor

Y para cualquier sensor, usando formatos de vídeo nativos que graban a 16:9 podríamos usar un objetivo anamórfico con ratio de compresión 1.33x para conseguir formatos ultra panorámicos cercanos a 21:9 (2:37 : 1)

 

Como he comentado, aunque siempre es deseable aprovechar la mayor superficie posible del sensor, no es algo tan crítico.

Podríamos vivir con el hecho de grabar con objetivos esféricos normales y aplicar recorte en edición.

 

¿Entonces grabar con un objetivo anamórfico sería equivalente a grabar con un objetivo normal?

No exactamente.

Usar un objetivo más angular (de menor distancia focal) obligaría a acercar más la cámara para conseguir el mismo encuadre horizontal. Y esto cambia totalmente la perspectiva.

Además, los objetivos anamórficos añaden una serie de características o efectos secundarios que han quedado asociados al aspecto cinematográfico (los veremos a continuación).

Hay que tener en cuenta que el material grabado / filmado con un objetivo anamórfico no es utilizable tal cual, hay que descomprimirlo (desanamorfizarlo): bien en el momento de la proyección como ocurría con el Cinemascope o bien en el proceso de edición / montaje en el caso de vídeo digital para dejar la relación de aspecto final.

Si ves una escena grabada con un objetivo anamórfico sin haber hecho la descompresión (de-squeeze) todos los personajes aparecerán estirados hacia arriba como espaguetis y los objetos aparecerán deformados.

 

Profundidad de campo

Está relacionado con lo anterior, pero bueno, lo podemos destacar también.

Si comparamos dos escenas, con un encuadre similar del personaje principal en relación al eje horizontal, grabadas con un objetivo anamórfico y un objetivo normal, en la que corresponde al objetivo anamórfico percibiremos una profundidad de campo menor o al menos una mayor sensación de desenfoque del fondo.

Aquí habría muchos matices y es muy difícil comparar todas las combinaciones posibles entre distancia al sujeto, distancia focal, etc. usando objetivos esféricos y anamórficos.

Pero digamos que en general, la percepción en la imagen final suele ser de un desenfoque del fondo mayor usando objetivos anamórficos.

Se consigue mejor esa sensación de separar al protagonista y que destaque más con respecto al fondo.

 

Bokeh / desenfoque del fondo

Otra característica curiosa de los objetivos anamórficos es que el círculo de confusión generado por el desenfoque es ovalado, no es circular.

Esto se ve por ejemplo en escenas con luces situadas en el fondo, fuera de la profundidad de campo.

Con un objetivo normal tendríamos un círculo difuso de color para cada uno de esos elementos.

Mientras que con un objetivo anamórfico (con el elemento frontal cilíndrico) tendríamos figuras difusas con forma ovalada.

Los objetivos anamórficos con el elemento óptico cilíndrico colocado en la parte trasera no generan este tipo de desenfoque, sería un desenfoque circular normal.

 

Destellos / flares

Y otra característica muy típica es que muchos objetivos anamórficos producen destellos (flares) horizontales a partir de una fuente intensa de luz, que pueden llegar a ocupar buena parte del encuadre.

Mientras que un objetivo normal suele producir destellos circulares de diferentes colores, que se distribuyen por el encuadre dependiendo del ángulo entre el objetivo y la fuente de luz.

Estos destellos no dejan de ser un efecto secundario, más acusado en los objetivos anamórficos antiguos. Pero ha quedado en el imaginario colectivo como un ‘símbolo’ o características relacionada con ese estilo cinematográfico.

Hay objetivos anamórficos tan bien diseñados que no producen destellos horizontales o que son tan débiles que prácticamente no se aprecian. De hecho, en algunas producciones de cine el efecto se exagera utilizando elementos externos (streak filters) o directamente en postproducción.

Digamos que históricamente ha quedado esa asociación entre objetivos anamórficos y flares horizontales.

 

Distorsión de barril

Esto es también un efecto secundario y aparece sobre todo cuando se utilizan objetivos anamórficos con distancias focales relativamente cortas.

Suelen producir una ligera distorsión de barril que se percibe sobre todo en las líneas rectas horizontales situadas hacia la parte superior o inferior del encuadre.

Es decir, a medida que nos separamos del centro, hacia arriba o hacia abajo, las líneas horizontales aparecerán ligeramente curvadas.

 

A modo de resumen

Podríamos decir que los defectos o efectos secundarios de los objetivos anamórficos, con el tiempo pasaron a formar parte de ese look cinematográfico, de esa experiencia visual que tenemos cuando vemos una película en el cine.

Ese aspecto de las películas de cine era muy diferente del look típico de las series de televisión o las películas hechas exclusivamente para televisión, de finales del siglo XX. No tenían nada que ver.

Conseguir un look cinematográfico no implica usar objetivos anamórficos. Muchísimas películas se filmaron con objetivos esféricos normales utilizando otras técnicas para conseguir esa relación de aspecto ultra panorámica.

Pero esos efectos o características de los objetivos anamórficos sí se suelen identificar como ‘look cinematográfico’.

Ten en cuenta que todo esto no dejan de ser modas o la forma que tenemos de acostumbrarnos a ciertas experiencias.

Si a partir de ahora los directores de cine decidieran que el formato cuadrado es el más interesante, con el paso del tiempo nos acostumbraríamos a idendificar ese ‘look’ cuadrado como cinematográfico.

Hoy en día no hay una diferenciación clara en cuanto a estilo entre cine, series, documentales, etc.

Cada producto puede tener su propio estilo, que formará parte del criterio artístico del director o de la productora.

La decisión de usar o no objetivos anamórficos es en la mayoría de los casos eso mismo: una decisión artística.

 

 

Parámetros técnicos de un objetivo anamórfico

Resumen de las características técnicas más importantes.

 

Ratio de compresión (squeeze factor)

Nos da idea de la compresión (squeeze) horizontal que va a aplicar el objetivo a la imagen.

Las más típicas son:

  • 2x
    Pensados para sensores que pueden grabar en un formato 4:3
    Suele ser el factor de compresión más utilizado en producciones de cine y sus efectos sobre la imagen (perspectiva, bokeh, etc.) son los que encajan perfectamente con ese look cinematográfico que nos recuerda a muchas películas de Hollywood.
  • 1.75x / 1.8x
    Sobre el papel serían ratios de compresión perfectos para grabar en sensores 4:3, ya que nos daría directamente una imagen panorámica estándar,  muy próxima a 2.39 : 1
    Sin embargo no es el factor que suelen usar las grandes productoras.
  • 1.5x
    No es tan habitual. En un sensor que graba 16:9 podríamos conseguir una relación de aspecto final equivalente a la de los 2x en sensores 4:3.
  • 1.33x / 1.3x
    Pensados para sensores que graban en formatos 16:9
    La relación de aspecto final será aproximadamente de 2.36 : 1 (sólo un poco más pequeña que el estándar 2.39 : 1)
    Los ratios 1.33 y 1.3 no son equivalentes aunque muy similares. Los objetivos con ratio 1.33x ofrecen un ratio 1.3333333… (periódico puro). Y los 1.3x es exactamente ese valor. Esto puede ser importante a la hora de hacer el proceso de descompresión.

 

El ratio de compresión que aparece en el objetivo (p.e. 1.33x) es el ratio de compresión nominal.

Algunos objetivos, dependiendo del funcionamiento de su sistema de enfoque, tienen un ratio de compresión variable.

El nominal se consigue normalmente enfocando a cierta distancia (enfoque a infinito). Mientras que cuando enfocamos objetos cercanos a la cámara el factor efectivo se hace más pequeño. Se dice que el objetivo respira (focus breathing)

 

Distancia focal

Como cualquier otro objetivo, nos da idea del ángulo de visión.

Sin embargo, como la imagen es comprimida horizontalmente, la distancia focal efectiva horizontal  (en lo que respecta al ángulo de visión) se verá afectada por el ratio de compresión.

Por ejemplo, imagina que usas un objetivo anamórfico de 50mm, con ratio de compresión 2x, en una cámara con sensor Micro 4/3 como la GH5, que permite usar todo el sensor en vídeo.

La distancia focal equivalente (en cuanto a ángulo de visión) la podríamos estimar de la siguiente forma:

  • Eje vertical
    50mm x 2 (factor de recorte del sensor) = 100mm
  • Eje horizontal
    50mm x 2 (factor recorte) / 2 (ratio compresión) = 50mm

 

Es decir, en el eje horizontal, usar ese 50mm anamórfico en la GH5 ‘equivaldría’ a usar un 50mm esférico en una cámara full frame.

 

Apertura

Como en cualquier otro objetivo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que en los objetivos anamórficos se suele trabajar siempre con aperturas muy grandes, para exagerar los ‘defectos’ e imperfecciones ópticas del objetivo.

Es lo que le da al objetivo un carácter especial y ese look que lo diferencia más de los objetivos esféricos.

 

 

¿Por qué querríamos utilizar un objetivo anamórfico?

El uso en fotografía creo que no tendría mucho sentido. Al menos, no se me ocurre algún tipo de fotografía que se podría beneficiar en la práctica de este tipo de objetivos.

Se usan sobre todo para conseguir un determinado look, un aspecto cinematográfico en una producción de vídeo.

Esto incluye la relación de aspecto ultra panorámica típica del cine, pero también los otros efectos que hemos comentado: flares, perspectiva, etc.

Como ocurría con la película de 35mm en cine, los sensores de las cámaras digitales tienen un determinado formato (relación de aspecto) y además la mayoría de las cámaras sólo graban vídeo en formatos estandarizados, con relación de aspecto 16:9.

Si quisiéramos producir vídeo en formatos más panorámicos utilizando ópticas estándar tendríamos que hacer recorte.

Si la cámara lo permite, ese recorte se podría hacer directamente en cámara. Pero lo más habitual es que lo tengamos que hacer en edición.

El recorte implica que perdemos información, estamos desperdiciando píxeles del sensor.  Da igual si lo hace la propia cámara o si lo hacemos a posteriori en edición.

Con un objetivo anamórfico podemos usar más superficie del sensor. Por ejemplo toda la superficie que utilizan los formatos nativos de la cámara cuando graban en 16:9

En algunos modelos se podría usar incluso toda la superficie del sensor, por ejemplo en algunas cámaras con sensor 4/3 o cámaras con sensores super 35.

Ten en cuenta que comprimir la imagen (con el objetivo anamórfico) no sale gratis.

Al final tenemos como límite la resolución del sensor y sobre todo la resolución del formato de vídeo nativo de la cámara (1080 / 4K / etc.)

Es decir, cuando hagamos el proceso de desqueezing perderemos algo de resolución real  / nitidez con respecto al formato nativo.

Ese proceso no deja de ser un reescalado con interpolación de la imagen de cada fotograma.

 

 

Cómo se utilizan los objetivos anamórficos

Vamos a ver el uso, o más bien el flujo de trabajo con este tipo de objetivos, en cámaras digitales.

El flujo de trabajo depende de muchos factores. Pero vamos a poner algunos casos típicos.

 

Grabando con una cámara réflex / EVIL

Me refiero sobre todo a cámaras orientadas a fotografía.

La mayoría de estas cámaras no tienen funciones / ayudas relacionadas con este tipo de grabación.

Suelen tener una serie de formatos de vídeo nativos predefinidos, todos ellos con relación de aspecto 16:9

Algunas cámaras incluyen la opción de grabar DCI 4K (relación de aspecto 17:9)

Pero en general no podemos cambiar la relación de aspecto. Tenemos que elegir alguno de los modos de vídeo predefinidos.

Intentaríamos usar 4K para tener ese extra de resolución, ya que vamos a perder algo de detalle en el proceso de descompresión horizontal.

Los objetivos anamórficos son bastante caros en general. Incluso los de gamas altas suelen ser objetivos con enfoque manual. Creo que hay algún modelo con enfoque automático, pero son la excepción.

Tradicionalmente en la producción de cine se ha usado siempre enfoque manual porque los sistemas automáticos no eran demasiado fiables.

Así que cuenta con que tu objetivo anamórfico será totalmente manual.

Esto puede añadir cierta complejidad a las tomas, sobre todo si tenemos pensado usar algún sistema de estabilización externo para grabar con cámara en movimiento.

Además enfocar con un objetivo anamórfico suele ser un poco más difícil porque lo que vemos normalmente en la pantalla de la cámara es una imagen distorsionada (por ejemplo la propia compresión de la imagen puede engañarnos y hacernos pensar que esa parte está perfectamente enfocada, cuando en realidad no lo está).

 

Una vez que tengamos el material grabado, ese material tiene que pasar sí o sí por la fase de edición, porque tal cual sale de la cámara no es utilizable (imagen comprimida)

El la fase de edición tendríamos que hacer la transformación de relación de aspecto.

Cada objetivo tiene un ratio de compresión.

Por ejemplo un objetivo puede tener un ratio de compresión de 1.33, bastante típico para cámaras que graban en formato 16:9

O por ejemplo un ratio 2x que estaría más próximo a los formatos panorámicos del cine, pero sólo es apropiado para cámaras que permitan grabar vídeo con relación de aspecto 4:3 o similar.

La mayoría de programas de edición de vídeo conocidos incluyen alguna opción para cambiar la relación de aspecto a partir de material anamórfico.

Simplemente tendríamos que indicar como multiplicador de la dimensión horizontal el mismo ratio de compresión que indica el objetivo.

En el caso de un objetivo anamórfico con ratio 1.33, aplicaríamos al eje horizontal un factor de escalado de 1.33x

Hay que tener en cuenta que ese ratio de compresión es el nominal y es el que aplicaría si enfocamos un objeto a cierta distancia (a partir de 5-10 metros imagino que sería aplicable).

Si para una toma estamos enfocando relativamente cerca (2-3 metros) es posible que el ratio efectivo sea menor. Esto realmente depende de cada modelo de objetivo.

Entonces tendrás que hacer probablemente un ajuste más fino en tu programa de edición para cada toma, dependiendo de la distancia entre la cámara y el protagonista.

En cualquier caso, si el formato original estaba grabado en 16:9 habremos pasado a un 21:9 aproximadamente (2.36 : 1)

A partir de ahí continuaríamos con el proceso de edición / postproducción habitual.

A la hora de renderizar y exportar al formato final tendríamos que decidir si usamos un formato estándar basado por ejemplo en 16:9 (tendríamos que incluir las bandas negras en la parte superior e inferior de nuestro vídeo) o si usamos directamente un formato más panorámico como 21:9 o similar.

 

 

Grabando con cámaras más especializadas en vídeo

Básicamente el flujo de trabajo sería el mismo.

Pero a diferencia de las cámaras especializadas en fotografía, las cámaras más orientadas a vídeo suelen incluir funciones de ayuda o modos específicos relacionados con la grabación anamórfica.

Por ejemplo, si la cámara permite grabar con una relación de aspecto de 4:3,  aprovechando todo el sensor como en el caso de la Panasonic GH5, podríamos usar objetivos anamórficos con un ratio de compresión 2.

De esa forma tendríamos una relación de aspecto final de 8:3  (2.66 : 1), un formato muy panorámico que luego nos permitirá reencuadrar en edición si fuera necesario (si queremos el producto final en 2.39 : 1)

Si preferimos usar un modo de vídeo nativo estándar basado en 16:9, sería más interesante quizás usar objetivos con ratios de compresión de 1.33

Pero digamos que este tipo de cámaras ofrecen más flexibilidad.

En algunos casos la cámara ya permite la posibilidad de generar el material con la relación de aspecto final (hacen la descompresión / desqueeze internamente)

También, si usas un monitor externo, se puede configurar la cámara (y/o el monitor) para ver directamente la versión final de la toma, en lugar de la versión comprimida horizontalmente.

Esto ayuda muchísimo en la parte de composición, porque es complicado hacerse una idea de cómo quedará la toma final cuando estás viendo una imagen comprimida en el visor o la pantalla de tu cámara.

 

 

Grabando con un móvil

Creo que es la opción más sencilla y más económica de probar y hacer cosillas interesantes con objetivos anamórficos.

Sandmarc, Moment y otras marcas conocidas ofrecen objetivos anamórficos para móviles, con muy buena relación calidad precio.

No vamos a tener la flexibilidad de poder elegir diferentes focales, etc. y quizás no serían la opción más adecuada para producciones profesionales más o menos serias.

Pero cuando veas precios de los objetivos anamórficos estándar (además de su tamaño y peso) la opción de estos objetivos para móviles no parece una locura tan grande.

El flujo de trabajo en este caso es un poco diferente.

En primer lugar es importante que el objetivo esté alineado correctamente.

Los objetivos anamórficos están pensados para trabajar en una posición concreta, tienen perfectamente definidos el eje horizontal y el vertical.

Si no está correctamente alineado estaremos distorsionando la imagen de tal forma que será muy difícil recomponerla en edición.

Lo habitual será que el móvil lo tengamos en horizontal (también es importante que esté nivelado lo mejor posible durante la secuencia) y alinearíamos el objetivo para que la forma ovalada que vemos de frente quede perfectamente vertical.

Además en la imagen a través de la pantalla del móvil veremos que cuando esté alineado los objetos aparecen sin distorsiones apreciables.

Podríamos grabar la imagen comprimida, por ejemplo en un formato nativo en 16:9  (4K si lo permite el móvil) y luego seguiríamos el mismo flujo de trabajo que antes, haciendo desqueeze en edición para pasar a 21:9 o el formato que corresponda.

Pero también tenemos la opción de previsualizar la toma en la relación de aspecto final durante la grabación y de generar directamente el material en el formato definitivo (el móvil se encarga de hacer desqueeze directamente por nosotros)

Esto lo podemos hacer con aplicaciones como Filmic Pro, y seguramente hay muchas más opciones. Moment creo que tiene su propia app para grabar con objetivos anamórficos (no hace falta que sean objetivos de esa marca).

 

 

Pros y contras de los objetivos anamórficos

Los objetivos anamórficos tienen un uso muy concreto: para vídeo, cuando queremos conseguir un determinado aspecto visual, similar al estilo cinematográfico de algunas películas.

Ese aspecto no es ni mejor ni peor que el que podemos conseguir con un objetivo normal, basado en lentes esféricas, simplemente es un aspecto que nos recuerda  de alguna forma o nuestro cerebro relaciona con el cine: películas, historias, una narración, unas sensaciones…

Pero ten en cuenta que muchísimas películas panorámicas se filmaron con objetivos esféricos. Al final es una decisión del director de la película o del director de fotografía, etc.

No hay una correspondencia directa entre cine y el uso de objetivos anamórficos.

Sin embargo, cuando vemos una escena grabada con un objetivo anamórfico sí nos suele recordar al cine.

 

Muchos de los efectos se pueden emular de diferentes formas utilizando objetivos normales.

Pero lógicamente el efecto global que ofrece un objetivo anamórfico va más allá de esos trucos o efectos parciales.

 

¿Qué ventajas tendría usar un objetivo anamórfico?

  • Conseguimos un ángulo de visión mayor para una determinada distancia focal y sensor
  • Conseguimos aprovechar mejor el sensor de la cámara
    Si queremos ese formato ultra panorámico con un objetivo esférico tendríamos que recortar y perder parte de la información del sensor
  • Conseguimos una perspectiva diferente, porque la distancia al protagonista es diferente para un mismo encuadre (con respecto a un objetivo esférico normal)
  • Conseguimos todos los efectos relacionados con estos objetivos de una forma orgánica, no hay que usar trucos o efectos en edición, que a veces no encajan del todo y pueden llegar a sacar al espectador de la trama

 

¿Qué desventajas tienen los objetivos anamórficos?

 

  • El precio
    Un objetivo anamórfico es mucho más complejo: su diseño y su fabricación. Y además la demanda es mucho más pequeña, es un mercado bastante reducido y están muy orientados a las grandes producciones.
  • Tamaño y peso
    Comparativamente suelen ser objetivos (mucho) más grandes y pesados.
  • Enfoque
    Tradicionalmente han sido objetivos pensados y diseñados para trabajar con enfoque manual
  • Aberraciones ópticas
    Estos objetivos introducen sus propias aberraciones geométricas características (distorsión en barril) pero además, por su complejidad de diseño, es muy difícil reducir otro tipo de aberraciones ópticas, por ejemplo suelen generar aberraciones cromáticas más perceptibles.
  • Nitidez
    A igualdad de gama, un objetivo anamórfico suele ser un poco menos nítido que un objetivo esférico normal.
  • Flujo de trabajo
    Como hemos visto, el uso de los objetivos anamórficos lleva asociado un determinado flujo de trabajo, que en general es un poco más complejo que con el uso de objetivos estándar (aunque si quieres conseguir ese look Cinemascope / cinematográfico con un objetivo tradicional tendrás un flujo de trabajo probablemente más complejo incluso).
  • Ratio de compresión variable
    En la mayoría de objetivos anamórficos el ratio de compresión nominal (p.e. 2x) se consigue cuando el objetivo está enfocando a infinito, es decir, para objetos relativamente lejanos.
    A medida que enfocamos a objetos más cercanos, el ratio de compresión va disminuyendo. En un objetivo típico podría ir por ejemplo de 2x a 1.8x a la distancia de enfoque mínima.
    Esto quiere decir que cambiar el plano de enfoque en una toma implica un cambio del ángulo de visión efectivo (focus breathing). Es típico que los objetivos anamórficos respiren mucho.

 

 

Y por si no quedó claro en el primer punto… el precio.

Un buen objetivo anamórfico es muy muy caro.

La gama baja, por decirlo de alguna forma, podrían ser los Sirui que estarían en el rango de los 700-1000 euros.

Los Vazen estarían en un rango de 3.000-10.000 euros. Sería como una gama media baja. O vamos a dejarlo en gama media.

Los Cooke, muy utilizados en producciones de cine, estarían en torno a los 30.000-40.000 euros.

Los ARRI Master por encima de los 40.000 euros.

 

En muchos casos, la mayoría de los casos realmente si no se trata de una productora muy grande, la única opción viable es alquilar el material para una producción concreta.

 

 

¿Hay alternativas a los objetivos anamórficos?

Como he comentado, algunos de los efectos característicos de los objetivos anamórficos se pueden emular.

Por ejemplo los destellos horizontales.

También la forma ovalada del ‘círculo’ de confusión en las zonas desenfocadas del fondo.

La distorsión de barril también se puede emular en postproducción.

Y la relación de aspecto se puede cambiar en edición mediante recorte (las típicas barras negras o haciendo recorte real en el eje vertical).

Si te interesa el tema puedes echar un vistazo al canal de Tito Ferradans (Anamorphic on a budget) que enlazo abajo del todo, en la sección de referencias.

Ahí tienes un montón de información sobre objetivos anamórficos, sobre cómo modificar objetivos esféricos para emular el aspecto anamórfico (sobre todo objetivos antiguos de cámaras analógicas de película) y sobre adaptadores anamórficos…

 

Adaptadores anamórficos

Los adaptadores anamórficos son una alternativa a los objetivos anamórficos completos.

Un objetivo anamórfico basado en lentes cilíndricas suele tener un elemento frontal cilíndrico (que parece rectangular visto desde fuera) y una serie de grupos de lentes esféricas similares a las de cualquier otro objetivo.

El óvalo que se ve al mirar a través de la parte frontal de un objetivo anamórfico de este tipo es una imagen comprimida horizontalmente de los elementos esféricos (circulares) de los grupos posteriores.

Por lo tanto, la idea de un adaptador anamórfico es que el adaptador en sí sólo proporciona ese primer elemento cilíndrico, que proyecta la imagen de la escena (ya comprimida) sobre otro objetivo esférico normal, que se encarga de llevar la imagen al sensor.

Puede ser una opción bastante más ‘barata’.

Se han utilizado mucho por ejemplo las lentes anamórficas utilizadas en proyectores antiguos de salas de cine. También hay adaptadores fabricados expresamente para el uso con objetivos esféricos.

Pero no deja de tener sus complicaciones.

En muchos casos se trata de un sistema de enfoque dual: hay que enfocar el adaptador y hay que enfocar el objetivo propiamente dicho… Cada uno de forma independiente. Esto puede llegar a ser bastante tedioso y hace casi imposible la opción de filmar una toma ajustando el enfoque durante la misma.

Eso se puede corregir usando una lente de enfoque externa como elemento frontal (frente al adaptador).

Tanto el adaptador como el objetivo se ajustan con enfoque a infinito (o enfocando a una zona concreta de la escena). Y la lente frontal de enfoque permite ajustar el plano de enfoque efectivo del conjunto, como una especie de ajuste fino.

Ésa es la parte buena. La parte mala es que normalmente un elemento óptico de ese tipo introduce pérdida de nitidez. Normalmente hay que cerrar bastante el diafragma para contrarrestar esa pérdida (algo que no suele interesar cuando usamos anamórficos).

Y la otra parte mala es que todos esos elementos: adaptador, grupo de enfoque, objetivo y cámara tienen que unirse entre sí de alguna forma: adaptadores de rosca, adaptadores de adaptadores… probablemente hay que usar una estructura (rig) para soportar todo el conjunto…

Además, en muchos casos necesitaremos usar filtros de densidad neutra para trabajar con aperturas relativamente abiertas. Es otro elemento más que hay que unir al invento.

Digamos que lo que ahorramos en la parte económica (que puede ser bastante) se refleja normalmente en cierta pérdida de calidad óptica y en un sistema que resulta más engorroso de usar.

No quiere decir que no sea una opción interesante. Simplemente es una opción que tiene sus limitaciones y para sacarle partido hay que tener ciertos conocimientos y experiencia.

 

 

Resumen sobre objetivos anamórficos

Los objetivos anamórficos tienen un uso muy concreto: en vídeo / cine y para crear un determinado estilo visual.

Ese ‘estilo’ anamórfico es sólo un ingrediente.

El estilo final que entendemos como cinematográfico incluye muchos ingredientes diferentes.

 

Aprovechar el sensor

En cámaras digitales especializadas o más orientadas a vídeo (GH5, BlackMagic, ARRI…) los objetivos anamórficos permiten aprovechar todo el sensor.

Normalmente las cámaras con sensor 4:3 aprovechan tanto el sensor como todas las características de los objetivos anamórficos con factor de compresión 2x

Las cámaras con sensor 3:2 y todas las que graban en formato 16:9 necesitarían recortar mucho los laterales en edición cuando usan anamórficos 2x

En cámaras digitales orientadas a fotografía (réflex / EVIL) normalmente no se puede usar todo el sensor en vídeo. Sólo se utiliza la superficie correspondiente a la relación de aspecto 16:9 (los formatos de vídeo nativos de la cámara)

En esos casos interesa más un objetivo anamórfico con un ratio de compresión de 1.33x o similar.

La alternativa con objetivos esféricos sería aplicar recorte (las típicas bandas negras en la parte superior e inferior o recorte real). En cualquier caso se desperdicia parte de la información del sensor.

En las cámaras réflex / EVIL que graban sólo en formatos 16:9, el recorte para conseguir un formato panorámico implica que perdemos superficie del sensor al grabar en 16:9 y de esa superficie restante perdemos una parte adicional por recorte en edición.

Un anamórfico nos permitiría aprovechar al menos esa superficie que cubre el 16:9

 

Muchas veces se busca el carácter del objetivo (no su calidad óptica)

Los objetivos anamórficos modernos son tan ‘buenos’ que pierden algunos de los defectos o efectos secundarios de los anamórficos de finales del siglo XX.

Muchos directores buscan el estilo anamórfico por ese tipo de defectos que añaden carácter o personalidad al objetivo.

Es muy frecuente que sobre un objetivo anamórfico moderno se añadan filtros o elementos extra que ayuden a reforzar o a generar esas imperfecciones: resaltar los flares, fondos ovalados, distorsión de barril…

 

Anamórfico vs esférico: calidad óptica

A igualdad de gama, un objetivo basado en lentes esféricas consigue un nivel de calidad óptica mayor.

 

Más apertura: más carácter

Con objetivos anamórficos normalmente interesa trabajar a la mayor apertura posible.

Mayor apertura implica que serán más visibles los ‘defectos’ y aberraciones del objetivo, y en el caso de los anamórficos se busca precisamente potenciar ese carácter, ese look especial.

 

Importante la estabilidad

Normalmente queremos que el objetivo (la cámara) esté nivelado con respecto a la horizontal.

En cámaras con estabilizadores integrados puede haber problemas con cierto tipo de correcciones que hace el estabilizador. Pueden generar efectos no deseados en la imagen (ya que los ejes horizontal y vertical tienen escalas diferentes)

Hay cámaras, como la GH5, que permite activar su estabilizador en modo anamórfico para evitar este tipo de problemas.

En otros casos sería recomendable usar trípode o un gimbal (no siempre es posible por el tamaño / peso de estos equipos) o algún sistema de estabilización externo.

 

Adaptadores anamórficos

Los adaptadores anamórficos son una alternativa más ‘económica’, pero tienen sus propias complicaciones.

Para determinados proyectos y situaciones podrían ser una opción.

Pero creo que en general no compensa salvo que queramos algo muy específico que no nos pueda ofrecer un objetivo anamórfico completo de gama baja.

Con los adaptadores es muy importante que estén perfectamente alineados con respecto al sensor, de lo contrario la imagen resultante aparecerá distorsionada al hacer el desqueeze y será muy difícil de corregir en edición.

 

Es una decisión artística

En una producción más o menos seria, la elección de un objetivo anamórfico es una decisión sobre todo artística.

Primero se decide qué aspecto y qué look se quiere para el proyecto. Por ejemplo, se decide que se va distribuir en un formato ultra panorámico (1.39 : 1)

Luego vendría la decisión de si se quiere grabar con ópticas esféricas o con ópticas anamórficas.

Con ópticas esféricas tendríamos probablemente la mayor calidad óptica posible y equipos de grabación bastante más ligeros. Pero tendríamos que recortar en edición.

Con ópticas anamórficas se buscaría más bien ese estilo visual característico.

En muchos casos la elección del objetivo determina también la elección de la cámara. Por ejemplo para aprovechar todo el sensor o modelos que faciliten el trabajo con anamórficos, etc.

 

Montura

Los objetivos anamórficos de gama alta suelen utilizar montura PL. Se pueden usar en cualquier cámara que no tenga montura PL utilizando un adaptador.

Los objetivos de gama baja suelen fabricarse para las monturas habituales de las cámaras de fotos de objetivos intercambiables: montura Sony E, montura Micro 4/3, montura Canon RF…

 

 

Opinión personal / recomendaciones

Me voy a poner en la posición de alguien que quiere empezar a hacer pruebas con anamórfico o que quiere hacer algún proyecto pequeño (como aficionado o incluso algo comercial, pero con pocos recursos)

Las producciones cinematográficas, etc. juegan en otra liga. Tanto si es una productora que dispone del equipo, como si se trata de alquilar el material para el rodaje (que es lo más habitual).

Digamos que para sacar partido a esos equipos hay que tener muchos conocimientos técnicos y experiencia en rodajes.

Hasta hace muy poco el uso de anamórficos reales estaba bastante restringido a ese tipo de producciones.

Para producciones pequeñas estaba la posibilidad de:

  • Alquilar el material y hacer el rodaje completo en el menor tiempo posible (porque incluso el alquiler es bastante caro)
  • Usar adaptadores anamórficos
  • Usar objetivos esféricos modificados
    Por ejemplo añadiéndoles una máscara ovalada y el hilo de nylon típicos
    El aspecto, perspectiva, etc. sigue siendo el que corresponde a esféricos, pero con esos efectos: formas ovaladas en los desenfoques y flares horizontales

 

Desde hace relativamente poco, fabricantes como Sirui o Vazen han ido sacando al mercado objetivos anamórficos completos con precios que podríamos decir que están al alcance de personas normales y corrientes.

No son objetivos baratos, pero el rango de precios es comparable al de objetivos esféricos normales.

Estos modelos no compiten con los objetivos anamórficos de marcas como Cooke o ARRI, ni están pensados para el mismo uso, las mismas cámaras, etc.

Pero podríamos decir que estas opciones ‘baratas’ abren la posibilidad de uso de anamórficos reales en proyectos mucho más modestos o incluso la opción para uso como aficionado.

 

El uso de los objetivos anamórficos no es complicado, pero hay muchos matices, trucos, detalles, etc. que se van adquiriendo con la experiencia.

Si quieres empezar a hacer cosillas en anamórfico, yo quizás intentaría probar primero un objetivo anamórfico para móvil.

Marcas como Sandmarc o Moment ofrecen objetivos anamórficos con buena relación calidad precio.

Por menos de 200 euros puedes tener un equipo anamórfico para hacer pruebas y para familiarizarte con este tipo de estilo.

Lógicamente no es una opción perfecta, y no vas a conseguir el mismo resultado final que con una cámara de objetivos intercambiables y un anamórfico completo.

Pero te va a dar ese punto de partida.

 

Si quieres dar un paso más allá, los Sirui ofrecen una relación calidad precio muy interesante.

No son objetivos perfectos (en el sentido de ‘perfección’ que puedan tener los objetivos anamórficos) pero son  válidos para prácticamente cualquier proyecto.

Son objetivos diseñados para cámaras de fotos no especializadas en vídeo.

Su ratio de compresión (1.33x) está pensado para cámaras con sensor APS-C y Micro 4/3 que graban en formatos 16:9, es decir, prácticamente cualquier cámara de objetivos intercambiables, sobre todo cámaras EVIL / sin espejo.

Siendo objetivos pensados para vídeo, su formato, tamaño, etc. recuerdan más a objetivos fotográficos. Es decir, están pensados para un usuario que está más acostumbrado al vídeo basado en cámaras fotográficas y objetivos esféricos tradicionales.

No es por hacer publicidad de Sirui, simplemente no conozco otras opciones en ese rango de precios.

Me parecen un opción perfecta para comenzar. Tanto a nivel de aficionado como para ciertos proyectos profesionales: vídeos para bodas (no tanto la ceremonia y el evento en sí, sino las sesiones privadas con los novios), ciertos eventos en los que se quiere dar ese toque más épico, videoclips… No sé, las opciones son infinitas.

El salto a Vazen sólo se justificaría en mi opinión para un proyecto concreto en el que se buscan ciertas características muy específicas que no se pueden conseguir con los Sirui: por ejemplo los Vazen suelen tener un sistema de enfoque diferente que mantiene el ratio de compresión constante (minimizan el efecto focus breathing / cómo respira el objetivo, cómo cambia su ángulo de visión en función del punto de enfoque) y posiblemente la calidad óptica en conjunto sea un poco mejor (aunque creo que las diferencias son poco significativas).

Y como comenté anteriormente, los anamórficos que se suelen usar en producciones de cine (Cooke, etc.) son para jugadores de otras ligas.

Aunque se puede alquilar el equipo, para sacarles realmente su potencial hay que tener ya una experiencia y conocimientos mucho más altos.

 

 

Más información y referencias