Precios de las cámaras para fotografía y vídeo

Guía rápida para entender los precios de las cámaras. Si estás buscando una cámara por primera vez o quieres actualizar tu cámara actual: echa un vistazo porque te puede interesar.

 

Precios de las cámaras y mercado fotográfico

 

Elegir cámara en función del presupuesto

El presupuesto es uno de los principales criterios de decisión a la hora de comprar una cámara.

Intenta elegir siempre la cámara (el equipo) que necesitas, no el equipo más caro.

No existe una cámara perfecta porque muchos de los factores son incompatibles entre sí: tamaño, prestaciones, peso, precio…

Elegir una cámara implica siempre un compromiso: hay que renunciar a ciertas características para conseguir otras.

Me voy a centrar en el tema del precio.

 

El precio de las cámaras

Como ocurre con otros productos, el precio de los equipos de fotografía no escala de forma lineal con sus prestaciones.

Imagina que queremos comprar una cámara de objetivos intercambiables y miramos varios modelos de diferentes gamas.

El modelo base (gama de entrada) tiene un precio de 500 euros. Con ese modelo digamos que vamos a cubrir el 90% de las situaciones (las situaciones previstas por este hipotético usuario).

La cámara de gama intermedia cuesta 1000 euros. Tiene características adicionales y nos va a permitir cubrir el 95% de las situaciones.

La cámara de gama profesional cuesta 5000 euros. Sensor más grande, algunas prestaciones adicionales, nos va a dar margen para cubrir el 97% de las situaciones.

Son números inventados, pero la idea es que cada pequeño salto en prestaciones se corresponde con un salto mucho más grande en precio.

 

La cámara de 5000 euros no es 10 veces mejor que la cámara de 500 euros. Ni va a hacer mejores fotos (en este artículo hablo un poco sobre el valor de una foto o cualquier otra obra artística).

Tanto una como la otra nos van a ofrecer resultados indistinguibles desde el punto de vista artístico en la mayor parte de las situaciones.

La diferencia está en que la cámara de gama más alta nos puede dar más margen de maniobra en determinadas situaciones, por ejemplo cuando no tenemos ningún control sobre las condiciones externas:

  • Situaciones de poca luz, en las que no podemos usar iluminación adicional y necesitamos una velocidad de obturación alta. Eventos sociales, deporte en interior (indoor)…
    Por ejemplo, a igualdad óptica, quizás una cámara con un sensor más grande y/o tecnológicamente más avanzado me puede dar una pequeña ventaja adicional.
  • Condiciones adversas del entorno: humedad, salpicaduras de agua, polvo…
    Un equipo sellado me da más garantías y margen en esas situaciones concretas.
  • Situaciones con elementos que se mueven a gran velocidad: fotografía de aves, deportes de acción, motor…
    Una cámara con un sistema de enfoque más rápido y preciso, y con una ráfaga mayor, me podría dar cierta ventaja, aumentando la tasa de ‘fotos buenas’.

 

También puede ocurrir que busquemos una característica técnica muy concreta.

En ese caso, aunque no necesitemos muchas de las características ‘extra’ no tendríamos más remedio que elegir el modelo que sí incluye lo que necesitamos.

  • Por ejemplo, si una revista nos pide imágenes con resolución mínima de 50Mpx, no nos valdría una cámara de 20Mpx.
  • Si tenemos la necesidad de grabar en 4K para un proyecto, no podríamos usar una cámara que sólo graba Full HD

 

Un fotógrafo profesional (o cualquier persona que utilice el equipo para ganar dinero, por ejemplo creadores de contenido) elige el equipo, o creo que debería hacerlo, basándose en criterios relacionados con su negocio:

  • Que ofrezca las características técnicas mínimas que necesita para sus proyectos.
  • Que ofrezca ese margen extra de maniobra para situaciones en las que no tiene el control del entorno.
  • Que ofrezca un margen extra de seguridad o redundancia si fuera necesario: por ejemplo cámaras con doble ranura de tarjeta para mantener una copia de seguridad del evento, cámaras con sellado al polvo y la humedad, robustas y fiables…
  • Que le permita trabajar con la mayor eficiencia posible: el tiempo es dinero.

 

No todos los fotógrafos profesionales necesitan la cámara ‘último modelo’ o la más cara o la más grande o la que tiene más prestaciones o lucecitas de colores.

Un profesional no hace mejor su trabajo por tener el equipo más caro. Hace mejor su trabajo por sus conocimientos y experiencia. Y esos conocimientos incluyen saber elegir con criterio las herramientas más adecuadas.

 

Recomendaciones antes de comprar una cámara

Nos vamos a poner ahora en la piel de un fotógrafo aficionado: no tenemos una responsabilidad con nuestros clientes (el cliente somos nosotros mismos) y la finalidad última es disfrutar de esa afición.

Disfrutar, aprender, disfrutar, aprender… Es el círculo virtuoso de la fotografía.

 

Si no tienes ni idea de fotografía y buscas tu primera cámara…

Lo ideal sería aprender lo básico sobre fotografía y sobre las características técnicas más importantes. Cuanta más información tengas, más criterio tendrás a la hora de elegir.

Sé que esto es muy aburrido. Y que hay mucha información contradictoria y mucha basura.

Por otro lado, piensa que a partir de un cierto nivel de cámara, por ejemplo todas las cámaras de objetivos intercambiables (réflex y sin espejo) y las cámaras compactas avanzadas, todos esos modelos ofrecen una excelente calidad de imagen y prestaciones increíbles, tanto en fotografía como en vídeo.

Son cámaras de propósito general, que cubren un rango enorme de situaciones.

En ese sentido, es difícil equivocarse.

Tienes que pensar que esa primera cámara va a ser para aprender, para coger experiencia y para entender por qué a veces te limita… y si realmente te limita el equipo o tus conocimientos.

 

Una cámara para vídeo

Si buscas una cámara para vídeo (vídeo, directos, etc.) hay que tener en cuenta más factores.

Entran en juego características adicionales que pueden condicionar el tipo de proyectos que vamos a poder hacer con esa cámara.

Aquí tienes una guía con criterios de decisión para elegir una cámara para vídeo.

 

Intenta pensar a medio plazo

Por ejemplo, si vas a comprar una cámara de objetivos intercambiables, piensa qué objetivos vas a necesitar en los próximos 2-3 años, dependiendo del tipo de fotografía que sueles hacer o lo que tienes planeado.

El coste de los objetivos deberías incluirlo en el presupuesto.

Si no tienes claro qué objetivos vas a necesitar, haz igualmente un presupuesto global con cierto margen.

No gastes todo tu presupuesto en la cámara.

 

No vale la pena pensar a muy largo plazo o preocuparse por el futuro

Los sistemas cambian, la tecnología evoluciona, algunas marcas desaparecen…

Y no sabes si dentro de 5-10 años te va a seguir interesando esta afición o si te habrás especializado en algún tipo concreto de fotografía.

No tenemos una bola de cristal para predecir a muy largo plazo, y no vale la pena porque lleva a la parálisis por análisis.

Cuida tu equipo, disfrútalo y no te preocupes por el futuro a largo plazo.

El mercado de segunda mano suele funcionar muy bien.

 

Intenta evitar los ‘y si…’

Cuando miramos características y prestaciones lo queremos todo.

Tú no haces nunca ráfagas de 50 fotos por segundo, pero ¿y si un día las necesito?

¿Y si un día necesito hacer fotos bajo la lluvia o en medio de una tormenta de arena?

¿Y si un día necesito esa función que no sé ni para qué sirve? ¿Y si.. ? ¿Y si..?

Si no tienes claro si necesitas una función o característica es que probablemente no la necesitas.

 

¿Aficionado o profesional?

Ser aficionado o profesional no tiene nada que ver con los conocimientos ni con los resultados.

Un fotógrafo profesional es el que gana dinero con su trabajo como fotógrafo. Un creador de contenido que gana dinero con sus vídeos o con sus directos, es un profesional.

Un profesional debería tomar las decisiones de compra pensando en su negocio: qué equipo le va a facilitar las cosas y va a hacer que su negocio sea más rentable.

Alguien que busca una cámara para disfrutar de su afición no tiene ninguna presión. Su retorno de inversión se mide en satisfacción personal y su única meta es disfrutar y aprender, aprender y disfrutar.

Los criterios de decisión son en general muy diferentes y muy personales.

Mi principal recomendación para un fotógrafo aficionado que empieza:

  • Elige una cámara que te enamore, que te anime a llevarla contigo a todas partes
  • Olvídate de características técnicas exóticas y maravillosas… No van a hacer las fotos o los vídeos por ti. Lo importante está dentro de la cabeza.
  • La mejor inversión es aprender.

 

Evolución de precios y evolución del mercado

El mercado de la fotografía ha evolucionado muchísimo.

Los móviles han ocupado el nicho que antes ocupaban las cámaras compactas básicas (point and shoot) y cada vez ofrecen prestaciones más cercanas a las que pueden ofrecer cámaras más avanzadas.

Una persona sin conocimientos en fotografía obtendrá probablemente mejores resultados con un móvil que con una cámara ‘profesional’ en muchas situaciones.

Por otro lado, la evolución tecnológica de las cámaras digitales en fotografía no ha sido muy pronunciada: con una cámara de objetivos intercambiables de los últimos 10-12 años se pueden obtener fotos perfectamente válidas a día de hoy.

Una cámara moderna tiene más prestaciones, es más rápida, tendrá más resolución, mejor sensor, etc.  Pero no son mejoras radicales en fotografía, son mejoras incrementales. Nos dan más margen en determinadas situaciones pero no suponen una mejora radical con respecto a lo que ofrece una cámara ‘antigua’.

Una persona a la que sólo le interesa la fotografía, puede utilizar perfectamente su cámara de objetivos intercambiables con 10 años de antigüedad, sobre todo si ha invertido en objetivos.

En vídeo sí ha habido una evolución tecnológica mucho más rápida.

Alguien que quiere una cámara para vídeo probablemente tendrá que buscar un modelo mucho más reciente.

 

Evolución del mercado

La mejora de las cámaras de los dispositivos móviles y la evolución tecnológica (incremental) de las cámaras tradicionales en la parte de fotografía son algunos de los factores que han contribuido al estancamiento del sector o la gama orientada a los aficionados ‘principiantes’ o casuales.

Las marcas han ido apostando cada vez más por un cliente potencial que podríamos llamar entusiasta o aficionado más avanzado.

Las gamas de entrada prácticamente han desaparecido y los precios de esos modelos han subido, con lo que a veces compensa más ir a un modelo de gama media.

La situación tras la pandemia de 2020 supuso un punto de inflexión importante.

Los problemas de suministro y logística derivados de esa situación hicieron que disminuyera el stock y subieran los precios en general para todos los equipos fotográficos (y cuando un precio sube  y es aceptado por el mercado, es muy difícil que vuelva a bajar a los niveles anteriores).

 

 

Rangos de precios de las cámaras

En el caso de cámaras de objetivos intercambiables, el precio que comento hace referencia al cuerpo de la cámara (sin objetivo) o al kit típico de cámara con un objetivo zoom básico.

 

Por debajo de 500 euros

Es muy difícil encontrar una cámara nueva en estos precios que ofrezca una ventaja competitiva con respecto a un móvil de gama media.

Puedes mirar modelos un poco más antiguos, de hace unos años.

Para fotografía, cualquier cámara de los últimos 7-8 años ofrece calidad y prestaciones de sobra. A menos que busques características muy muy concretas y especializadas.

Para vídeo es preferible una cámara más reciente, pero dependerá mucho de tus necesidades concretas.

Si tu presupuesto es muy ajustado, en el mercado de segunda mano se pueden encontrar modelos descatalogados pero que siguen siendo excelentes opciones para fotografía.

 

Entre 500 y 1000 euros

Estarían las gamas  de entrada de cámaras de objetivos intercambiables, réflex y EVIL.

Son cámaras un poco más baratas que ofrecen muy buena calidad de imagen, pero recortan en algunas características extra.

Para un usuario aficionado pueden cubrir perfectamente la mayoría de situaciones, sobre todo en fotografía. Y pueden ser una buena opción para aprender fotografía.

Pero como comentaba un poco más arriba, a veces los precios de estos modelos no compensan, porque por un poco más tenemos los modelos de gama media, más completos y que pueden ofrecer una mejor experiencia de uso.

 

Los modelos que suelen estar en esta gama media son cámaras que ofrecen más extras y funciones auxiliares en fotografía.

Y en vídeo suelen tener mejores sistemas de enfoque y modos más avanzados.

En estas gamas es donde se encontrarían probablemente las cámaras con mejor relación calidad – prestaciones – precio.

  • Cámaras de objetivos intercambiables
  • Cámaras con sensor APS-C o Micro 4/3
  • Con características y prestaciones que cubren infinidad de situaciones en fotografía y vídeo
  • Que nos van a permitir adquirir objetivos más pequeños y ligeros…
  • Y esos objetivos, la gama media, suelen ser más asequibles

 

Es decir, son cámaras que nos van a dar prestaciones de sobra para la inmensa mayoría de los mortales y nos van a permitir evolucionar sin arruinarnos en el intento.

En esta gama también podríamos incluir las cámaras compactas de gama alta, para usuarios que buscan un todo-en-uno pequeño y ligero, y que no se quieren complicar con objetivos ni tienen intención de comprarlos en el futuro.

 

Por encima de 1000 euros

Estarían las gamas medias avanzadas (para aficionados avanzados) y las gamas profesionales.

Estas cámaras incluyen características más orientadas a un uso profesional (sellado contra polvo y agua, mejores materiales, más botones y controles, capacidad de procesamiento, doble ranura de tarjeta, más rapidez de funcionamiento…) y funciones más especializadas.

Hay que tener en cuenta que para aprovechar todo lo que ofrecen estas cámaras vamos a necesitar también objetivos de gama similar, que es lo que realmente va a afectar al presupuesto.

No tiene mucho sentido comprar una cámara de 2000 euros para usarla con un objetivo de 200 euros porque no tenemos más presupuesto (y es algo que ocurre muchísimo).

Y para sacarles partido hay que tener conocimientos más avanzados de fotografía.

Un usuario con pocos conocimientos no va a aprovechar el potencial de la cámara.

No recomiendo comprar este tipo de cámaras a menos que se tengan unos conocimientos avanzados y una experiencia previa.

Me parece perfecto si es una elección consciente:  mi cámara actual me limita en esta situación y en esta otra, que son muy importantes para mí y son situaciones recurrentes y muy habituales; estoy dispuesto a invertir más, porque necesito una herramienta más avanzada o más especializada.

Pero haz siempre un presupuesto con margen suficiente para incluir cámara y los objetivos que crees que vas a necesitar para no llevarte sustos o arrepentirte de la compra.

 

Sobre cámaras con sensor Full Frame

Como usuarios aficionados nos pueden tentar las cámaras con sensor Full Frame, de gama profesional.

El tamaño del sensor está relacionado con la calidad de imagen. Pero es importante que entiendas bien cómo influye, en qué situaciones y de qué forma, para no caer en errores que forman parte de los mitos y leyendas habituales.

Nos tenemos que plantear lo siguiente:

  • Un sensor más grande nos va a dar un margen de maniobra en situaciones complicadas, por ejemplo en situaciones de menos luz.
  • Un sensor más grande necesita ser ‘alimentado’ por una óptica de mayor diámetro.
  • Objetivos con lentes de mayor diámetro implican más volumen, más peso… y un precio más alto.
  • No tiene mucho sentido elegir un sensor grande para tener ese margen extra o ese pequeño plus de calidad de imagen, si luego lo vamos a usar con una óptica mediocre que hace de cuello de botella.

 

En resumidas cuentas: dar el salto a Full Frame implica normalmente duplicar o triplicar el presupuesto. No tanto por la cámara en sí, sino por los objetivos.

Es una decisión personal que cada uno tiene que valorar.

Aquí tienes más criterios para decidir si Full Frame es la mejor opción para ti.