¿Por qué no suelo recomendar cámaras con sensor Full Frame?

Las cámaras con sensor Full Frame son en general cámaras más completas, que ofrecen más calidad de imagen y suelen dar más margen de maniobra al fotógrafo… Entonces, ¿por qué no hablo mucho de ellas en esta web? ¿Por qué no las suelo recomendar aquí?

 

Mejor cámara: mejores fotos

 

Este artículo está relacionado con este otro: Precios de las cámaras para fotografía y vídeo, donde comentaba al final:

Como usuarios aficionados nos pueden tentar las cámaras con sensor Full Frame, de gama profesional.

El tamaño del sensor está relacionado con la calidad de imagen. Pero es importante que entiendas bien cómo influye, en qué situaciones y de qué forma, para no caer en errores que forman parte de los mitos y leyendas habituales.

Nos tenemos que plantear lo siguiente:

  • Un sensor más grande nos va a dar un margen de maniobra en situaciones complicadas, por ejemplo en situaciones de menos luz.
  • Un sensor más grande necesita ser ‘alimentado’ por una óptica de mayor diámetro.
  • Objetivos de mayor diámetro implican más volumen, más peso… y un precio más alto.
  • No tiene mucho sentido elegir un sensor grande para tener ese margen extra o ese pequeño plus de calidad de imagen, si luego lo vamos a usar con una óptica mediocre que hace de cuello de botella.

En resumidas cuentas: dar el salto a Full Frame implica normalmente duplicar o triplicar el presupuesto. No tanto por la cámara en sí, sino por los objetivos.

Es una decisión personal que cada uno tiene que valorar.

 

Voy a darle una vuelta para intentar dejarlo más claro, porque podría parecer que estoy en contra de las cámaras full frame o que me parece un error su compra. Y nada de eso.

NOTA: A lo largo de todo el artículo voy a hablar exclusivamente de cámaras de objetivos intercambiables (réflex / sin espejo).

 

 

 

Elegir equipo con criterio

Mi motivación para crear esta web fue tratar de aportar conocimiento para ayudar a tomar mejores decisiones a la hora de comprar una cámara para foto o para vídeo. Principalmente porque yo no tuve en su momento una buena experiencia al comprar mi primera cámara ‘seria’. En ese momento yo no sabía lo que necesitaba, no tenía conocimientos sobre fotografía y no me aconsejaron bien.

Comprar sin saber es como jugar a la lotería. Te puede salir bien o te puede salir regular.

Por eso mi mantra, repetido una y otra vez en esta web, es que es muchísimo más importante el conocimiento que el equipo.

No porque el equipo no sea importante, sino porque el conocimiento te va a dar más claves y más criterios para elegir el equipo adecuado.

Y el conocimiento te va a permitir sacar todo el rendimiento al equipo y conocer sus límites.

 

Sin embargo, una persona que comienza a interesarse por la fotografía (o el vídeo, pero para simplificar voy a hablar de fotografía) se encuentra habitualmente con una especie de encrucijada.

Por ejemplo, pensemos en alguien que quiere aprender:

  • Quiero aprender fotografía.
  • Busco una cámara para aprender y practicar.
  • No tengo ni idea de qué cámara es más adecuada, ni de características, ni sé qué necesito exactamente…
  • Las cámaras son caras (no es una afición barata)
  • No sé si esto me va a gustar en el futuro.
  • ¿Elijo una cámara más asequible para probar o elijo una cámara muy cara para no equivocarme?
  • ¿Lo ‘barato’ sale caro en este caso?

 

Otro perfil que creo que sería representativo:

  • Quiero una cámara para hacer [algo relacionado con su trabajo por ejemplo] pero no quiero aprender, sólo quiero una herramienta que haga lo que yo quiero.
    Por ejemplo, imagina que eres el dueño de una tienda de zapatos y quieres hacer las fotos de los productos para publicarlas.
    O imagina que eres un creador de contenido y quieres una cámara para vídeo, que haga lo que quieres sin complicarte la vida con teoría y conceptos.
    O imagina que vas a hacer un viaje a un lugar muy bonito y buscas una cámara para hacer buenas fotos.
    O lo típico: va a nacer mi primer hijo y quiero una cámara para hacerle fotos como las que salen en las redes sociales.
  • No tengo ni idea de fotografía o vídeo, ni tengo tiempo para estudiar y aprender.
  • ¿Una cámara más cara hara más cosas y las hará mejor?
  • ¿Qué cámara elijo?

 

Y voy a describir un tercer escenario muy habitual:

  • Siento que mi fotografía está estancada.
  • Por ejemplo comparo mis fotos con las de otros usuarios en redes sociales y las mías parecen más apagadas, menos nítidas, menos atractivas.
  • Conclusión: es la cámara.
  • Necesito una cámara mejor, más grande, más potente, más… [cualquier adjetivo superlativo]
  • Ya tengo la nueva cámara y ha pasado el subidón inicial: y mis fotos son exactamente iguales que las de antes, apagadas y poco atractivas (con un poquito menos de ruido, eso sí)
  • Voy a hipotecar hasta el alma para comprar el nuevo modelo que acaban de anunciar. Que con esa cámara sí que haré buenas fotos.

 

No me gusta mucho hablar de perfiles. Cada persona es un mundo.

Pero en cierta forma todos tenemos dudas similares y todos caemos en sesgos similares.

Te aseguro que el fotógrafo más experimentado del mundo, el pro más pro de la fotografía, el experto de los expertos… tendrá dudas a la hora de elegir una nueva cámara o un nuevo sistema. Tendrá sesgos. Tendrá prejuicios.

Pero probablemente cogerá papel y lápiz y hará una lista con pros y contras, buscará información veraz y la contrastará, intentará descartar esos sesgos y prejuicios en la medida de lo posible… Y finalmente decidirá.

Y no siempre acertará. Nadie es infalible. Pero si se equivoca sabrá que tomó la decisión más acertada a partir de la información que tenía en ese momento.

 

La buena noticia es que todas las cámaras de objetivos intercambiables actuales son excelentes.

Es muy difícil equivocarse, sobre todo si la vamos a usar para fotografía. En vídeo hay que tener en cuenta alguna cosilla más.

La mala noticia es que la cámara no es lo más importante.

Los objetivos son más importantes (en general) que la cámara.

Un error bastante frecuente es quemar todo el presupuesto en la cámara y terminar con un equipo lastrado por la parte óptica.

Y más importante que los objetivos, la cámara y cualquier otra parte del equipo son los conocimientos. Infinitamente más.

 

Lo que me gustaría transmitir en este artículo es que cada uno debería elegir la cámara y el equipo siguiendo sus propios criterios.

Dejarse llevar por los cantos de sirena de otros no suele ser una buena idea.

 

Relación prestaciones – calidad – precio

Si tienes mucho dinero no tiene sentido que sigas leyendo este artículo.

Que una persona se compre una cámara u otra por capricho me parece perfecto. Igual que alguien se compra un coche de gama alta o nos damos cualquier otro capricho si nos apetece y nos lo podemos permitir económicamente.

Todo lo que voy a contar está en la línea de elegir el equipo más adecuado, que maximice la relación calidad precio (prestaciones, calidad, precio).

Con esa premisa de optimizar y de encontrar el equipo más adecuado, ¿qué criterios podríamos tener en cuenta?

Yo me voy a centrar en estos tres apartados:

  • Prestaciones
    En este saco voy a meter todo lo que tiene que ver con calidad de imagen (rango dinámico, gestión de ruido con poca luz ambiente, resolución…), con las características físicas (ergonomía, sellado, materiales de construcción, doble ranura para tarjeta, tipo de pantalla, visor…), características en vídeo (4K, rendimiento del enfoque, etc.) y funciones de ayuda al usuario (sistema de enfoque, posibilidades de configuración y personalización…)
  • Coste
    El precio de la cámara, de los objetivos que vamos a necesitar a medio plazo y del equipo auxiliar.
  • Tamaño
    Tamaño y peso del equipo (no sólo de la cámara).

 

 

Prestaciones de la cámara

Las cámaras de objetivos intercambiables son cámaras de propósito general.

Pueden cubrir un rango enorme de situaciones y tipos de fotografía. También aplicable a vídeo (con matices como siempre, porque el vídeo tiene sus propias particularidades).

Todas las cámaras tienen unas funciones básicas, comunes. Con las que podríamos cubrir las situaciones más típicas sin ningún problema.

Luego tienen una serie de funciones y características extra que sirven de ayuda, hacen que algunas tareas sean más sencillas (por poner un ejemplo, el sistema de enfoque automático), permiten el uso de accesorios (gestión de flashes externos por ejemplo), mejoran la ergonomía y usabilidad (pantalla articulada, táctil, visor con información adicional…)

La lista sería casi infinita, y un usuario típico, incluyendo profesionales, quizás utiliza el 20% de todas las funciones y opciones de configuración de una cámara actual de cualquier gama.

 

Las cámaras orientadas a uso profesional suelen incluir algunas características adicionales, que tienen que ver por ejemplo con la rapidez de uso, construcción más robusta, sellado, fiabilidad en situaciones complicadas, etc.

Esas características no tienen relación directa con la calidad de imagen.  Más abajo hablo un poco sobre calidad de imagen y por qué es un concepto tan resbaladizo.

 

Necesidades que queremos cubrir

La idea fundamental es que si tenemos claro el uso que vamos a dar al equipo, el tipo de fotografía que vamos a hacer, el tipo de vídeo, las situaciones en las que vamos a trabajar habitualmente…

Si tenemos eso claro, entonces es muy fácil: habrá que desechar los modelos que no cubren esas necesidades, que no incluyen esas prestaciones. Y luego elegir de entre los modelos que sí la incluyen.

Un ejemplo muy claro: si queremos grabar vídeo en 4K necesitamos una cámara que grabe 4K. No tendría sentido comprar una cámara que sólo grabe Full HD.

Sin embargo, no es tan sencillo como parece:

  • Incluso para alguien con experiencia, es casi imposible estar seguro de las necesidade reales actuales y qué es lo que va a necesitar a medio plazo.
  • Para un usuario que comienza es literalmente imposible. Está fuera de su espacio de conocimiento.
  • La inmensa mayoría de las características no son de tipo Sí/No – Blanco/Negro  como el ejemplo que he comentado de 4K
    En general es una escala de grises. Son mejoras incrementales, a veces muy sutiles.
    Un modelo es un poquito mejor en este apartado, o me va a dar más margen esa situación concreta, o voy a conseguir un paso adicional de lo que sea (rango dinámico, comportamiento en ruido, patatín, patatán..)

 

Otro punto muy importante es que en la mayoría de las ocasiones no nos limita la cámara, nos limitan nuestros propios conocimientos.

Sé que soy muy cansino con esto.

A veces una situación se puede resolver perfectamente utilizando una técnica fotográfica, o utilizando equipo auxiliar, o utilizando un objetivo más especializado.

Si no conocemos esas técnicas, la primera reacción suele ser: esta cámara no hace lo que yo quiero, tengo que comprar una cámara mejor (esa cámara mejor es posible que te limite igualmente, porque el problema no está en la cámara).

 

Y por supuesto, las prestaciones de la cámara cambian radicalmente dependiendo del objetivo utilizado.

 

Los objetivos

 

Objetivos recomendados para réflex Nikon

 

Los objetivos son en general más importantes que la cámara en sí.

Los objetivos pueden cambiar de forma radical el rendimiento y las prestaciones de la cámara.

Ésa es precisamente la gracia de las cámaras de objetivos intercambiables.

Por lo tanto, antes de elegir una cámara de objetivos intercambiables, una de las cosas más importantes que deberíamos hacer es investigar un poco el catálogo de objetivos disponibles para ese modelo.

Porque los objetivos:

  • Van a influir muchísimo en el rendimiento y en los resultados
  • Van a determinar el peso y el tamaño del equipo (más que la cámara)
  • Son los que van a determinar el coste del equipo (más que la cámara)

 

Como regla general, una cámara mediocre con un buen objetivo es mejor (más calidad, margen de maniobra y rendimiento) que una cámara de gama alta con un objetivo mediocre.

 

Sistemas

Un sistema (en fotografía y vídeo) es el conjunto de cámaras y objetivos compatibles entre sí de forma nativa, sin adaptadores ni elementos intermedios.

Por ejemplo, en cámaras réflex:

  • Sistema EF de Canon  [Full Frame + APS-C]
  • Sistema F de Nikon [Full Frame + APS-C]

En cámaras sin espejo:

  • Sistema Sony E [Full Frame + APS-C]
  • Sistema Fujifilm X  [APS-C]
  • Sistema Micro 4/3 (Olympus y Panasonic) [Micro 4/3]
  • Panasonic S series (Montura L) [Full Frame]
  • Canon RF [Full Frame + APS-C]
  • Nikon Z [Full Frame + APS-C]
  • Canon M [APS-C]

 

Entre corchetes he indicado el tipo de sensor.

En un sistema donde conviven cámaras con sensor Full Frame y APS-C (por ejemplo los sistemas de Canon EF y RF, los sistemas de Nikon F y Z, el sistema Sony E):

  • Las cámaras APS-C pueden usar perfectamente objetivos diseñados para full frame
  • Las cámaras full frame pueden usar (dependiendo del sistema) objetivos diseñados para APS-C pero su comportamiento será similar al de una cámara APS-C.
    Es decir, no es lo habitual. Una cámara full frame rinde bien con un objetivo diseñado para full frame.
  • Normalmente los objetivos diseñados específicamente para cámaras APS-C pertenecen a la gama media.
    Suelen ser un poco más pequeños y ligeros y más baratos.
  • Los objetivos diseñados para cámaras Full Frame suelen pertenecer a la gama profesional

 

En los sistemas donde sólo hay cámaras con un tipo de sensor:

  • El catálogo suele incluir objetivos en un abanico más gradual de gamas y precios.
    Ya que todos los objetivos se diseñan y fabrican para un único tamaño de sensor.
  • El salto o evolución entre gamas suele ser también más gradual o suave.
    Por ejemplo, pasar de una cámara de gama de entrada a una cámara de gama profesional no implica necesariamente cambiar de objetivos, los objetivos son compatibles con todos los modelos de cámara del sistema.

 

Los sistema sin espejo de Canon (RF y M) y de Nikon (Z) pueden usar los objetivos de sus sistemas réflex (Canon EF y Nikon F) mediante un adaptador, manteniendo todos los automatismos y rendimiento (como si fueran objetivos nativos del sistema).

* En  el caso de Nikon Z el adaptador sólo permite utilizar los objetivos con motor de enfoque integrado. 

 

El salto a gama alta: precios

Hay una serie de características pensadas para uso en un entorno profesional.

Por ejemplo, en el caso de las cámaras:

  • Cuerpo sellado.
  • Doble ranura de tarjeta de memoria (redundancia)
  • Materiales de construcción.
  • Sensor, procesador, etc. de última generación.

 

Y en el caso de los objetivos:

  • Sellado
  • Apertura
  • Materiales y calidad de construcción
  • Calidad óptica (mejor gestión de aberraciones ópticas, apertura máxima, etc.)

 

Una cámara con sensor full frame no es más cara porque el sensor sea más grande (que también influye, ya que los costes de fabricación son más altos), sino porque en general forma parte de la gama profesional, que incluye además todas esas características ‘premium‘.

Lo mismo ocurre con los objetivos.

Si por ejemplo necesitas un objetivo sellado, normalmente no puedes elegir uno de gama media, tienes que ir a la gama alta. Tendrás un objetivo mejor probablemente, más robusto, con mejores características ópticas. Pero estás pagando todas esas características junto a la que realmente te interesaba a ti.

Si necesitas un objetivo para una cámara full frame, esos objetivos normalmente forman parte también de la gama alta, la gama profesional.

Además, los objetivos diseñados para cubrir un sensor full frame tienen que ser comparativamente más grandes (mayor diámetro de sus elementos ópticos).

Elementos ópticos más grandes implican mayores costes de fabricación, por el material óptico en sí y porque necesitan motores de enfoque y sistema de estabilización más potentes (para compensar la inercia adicional de esos elementos ópticos)

 

Entonces, a modo de resumen…

El salto en precio desde la gama media a la gama profesional es una especie de escalón abrupto, no es algo incremental. Porque muchas características ‘premium’ van empaquetadas en un modelo.

Ocurre tanto en las cámaras como en los objetivos, para cualquier tamaño de sensor y para cualquier sistema.

Por otro lado, a igualdad de gama, los objetivos diseñados para cámaras con sensor más grande son en general más caros.

Es decir, un objetivo de gama profesional para Micro 4/3 es comparativamente más pequeño (y más barato porque los costes de fabricación son menores) que el objetivo equivalente para Full Frame.

Por lo tanto, saltar a Full Frame implica dos saltos realmente: pasar a gama profesional, más el hecho de que los objetivos tienen que ser más grandes, más complejos de fabricar, más caros.

 

 

El tamaño y peso

Es otro aspecto muy importante.

En general, el salto a Full Frame implica también un incremento en el tamaño y peso del equipo.

Este incremento tiene que ver sobre todo con los objetivos, no tanto con el cuerpo de la cámara.

El tamaño y peso del equipo es una cuestión de comodidad y tiene mucho que ver con las preferencias personales de cada uno.

Hay tantas situaciones posibles y tantas preferencias como número de usuarios y es imposible generalizar.

Un profesional lo puede ver como parte de su trabajo. Le puede compensar esa incomodidad si obtiene los resultados deseados para su cliente.

Para un usuario aficionado es diferente (desde mi punto de vista, por supuesto, ya digo que esto es totalmente personal). Disfrutar con la cámara es en general mucho más importante. Y a veces no compensa cargar con un equipo muy pesado cuando los resultados van a ser prácticamente los mismos o muy similares si llevamos equipo más ligero.

Un caso (no sé si habitual) sería por ejemplo que nos compremos una cámara increíble de gama profesional, con sus objetivos correspondientes de gama alta… Y al final la cámara acabe cómodamente instalada en un cajón de casa porque da muchísima pereza llevarla.

O que acabemos hartos de cámara y mochila, y muy cansados, cuando vamos por ejemplo de viaje o haciendo senderismo, etc.

 

La mejor relación prestaciones – calidad – tamaño – peso estaría probablemente en el sistema Micro 4/3. A igualdad de gama y características, los objetivos de este sistema son significativamente más pequeños y ligeros.

Luego estarían las cámaras APS-C si usamos objetivos específicos para APS-C (por ejemplo los objetivos de Fuji están todos diseñados para APS-C, y en los sistemas mixtos suele haber bastantes objetivos diseñados para sus cámaras APS-C)

Y los equipos más grandes y pesados corresponden a cámaras con sensor Full Frame y algunos objetivos (zooms de gran apertura, teleobjetivos…)

 

La calidad de imagen y el tamaño están bastante relacionados entre sí, por cuestiones de geometría óptica y por el comportamiento de los sensores de imagen.

Así que vamos a dar unas pinceladas sobre calidad de imagen…

 

Calidad de imagen

En fotografía y vídeo, hablar de calidad de imagen es un poco resbaladizo.

Es resbaladizo porque al final interviene la percepción visual humana.

A ver si consigo explicarlo de una forma sencilla.

Voy a dejar aparcados los criterios que tienen que ver con la óptica y tampoco voy a entrar en la resolución del sensor.

Me voy a quedar con dos aspectos que tienen que ver con la cámara (con el sensor): el rango dinámico que es capaz de captar el sensor y el comportamiento en ruido en situaciones con menos luz.

Esos dos parámetros están muy relacionados con el tamaño físico del sensor, su área de captación.

El rango dinámico en las cámaras modernas suele estar limitado por el ruido, así que me voy a quedar con la gestión del ruido como parámetro principal de ‘calidad’ de imagen. Aunque es una simplificación un poco burda, creo que vale la pena en este contexto, para no complicar y enmarañar la explicación.

Es fácil de entender de forma intuitiva:

  • Más superficie implica captar más fotones por unidad de tiempo (fotones en toda el área, no confundir con la exposición, que es por unidad de área).
  • Los fotones llevan la información de la escena.
  • Como hay más fotones, hay más información (señal) y una mejor relación señal a ruido.
  • Una mayor relación señal a ruido se percibe como una imagen de más calidad, más limpia.

 

Según ese criterio, un sensor grande generará siempre imágenes más limpias (si comparamos con un sensor más pequeño en las mismas condiciones).

También influye mucho la tecnología del sensor (sensores actuales con respecto a sensores más antiguos), pero digamos que en sensores más o menos actuales influye más la superficie efectiva de captación.

 

Tamaño de los sensores de las cámaras réflex y EVIL

 

Así que, a modo de resumen podríamos decir: un sensor más grande genera imágenes de mayor calidad (mayor relación señal a ruido) con respecto a un sensor más pequeño.

Siendo totalmente cierto, en la práctica no corresponde con la realidad porque falta la parte de visualización, donde interviene la percepción visual humana

 

Percepción visual humana

Nuestros ojos tienen un límite de resolución angular (cada persona tiene un límite en función de su agudeza visual)

Y además la visión realmente tiene lugar en el cerebro. En la percepción visual intervienen todos los mecanismos de atención, reconocimiento e interpretación que forman parte de la visión humana.

La cuestión es que a partir de una cierta relación señal a ruido (un umbral que depende de cada persona) y a un tamaño y distancia normal de visualización: no somos capaces de distinguir mejoras al incrementar esa relación señal a ruido.

Una imagen con una relación señal a ruido por encima de 30dB se considera excelente.

En fotografía estamos más acostumbrados a expresar las relaciones en pasos de luz, es decir una escala logarítmica en base 2 (relaciones de doble o mitad), en lugar de base 10, que es la que utiliza el decibelio. Pero son equivalentes. Un paso de luz corresponde a unos 6dB.

Da igual la unidad. Simplemente piensa que es una escala logarítmica, que se utiliza para medir la relación entre un valor y otro. Por ejemplo, una relación señal a ruido de 6dB quiere decir que el nivel de señal es el doble que el nivel de ruido. Una relación de 30dB nos dice que el nivel de la señal es unas 32 veces mayor que el nivel del ruido.

Si contemplamos una imagen con una señal a ruido de 30dB y otra con 40dB, las dos nos parecerán muy limpias y no seremos capaces de apreciar diferencias significativas de ‘calidad de imagen’ en lo que respecta al ruido.

Imagina que fotografiamos una escena bien iluminada con diferentes sensores (suponemos que la óptica es perfecta, que no se están utilizando técnicas de fotografía computacional, etc.) y medimos de alguna forma la relación señal a ruido en cada caso:

  • Móvil gama baja: 24dB
  • Móvil gama media: 30dB
  • Cámara con sensor de 1 pulgada: 42dB
  • Cámara con sensor Micro 4/3: 48dB
  • Cámara con sensor APS-C: 52dB
  • Cámara con sensor Full Frame:  62dB

 

Todas esas imágenes las percibiríamos básicamente idénticas en cuanto a calidad. La del sensor del móvil de gama baja del ejemplo estaría un poco en el límite, y quizás se apreciaría un pelín de ruido si nos fijamos bien.

En esa situación podríamos decir que todos los sensores a partir del sensor de 1 pulgada están ‘matando moscas a cañonazos‘.

Toda esa ‘calidad extra’ da igual porque realmente no va a ser percibida por el observador (en condiciones normales de visualización).

Si nos vamos a otra situación con peores condiciones de luz, la relación señal a ruido bajará en todas las imágenes. Supongamos que baja unos 20dB:

  • Móvil gama baja: 4dB
  • Móvil gama media: 10dB
  • Cámara con sensor de 1 pulgada: 22dB
  • Cámara con sensor Micro 4/3: 28dB
  • Cámara con sensor APS-C: 32dB
  • Cámara con sensor Full Frame:  42dB

 

En esta otra situación, las imágenes generadas por los sensores de los móviles se percibirán con bastante ruido (baja calidad de imagen).

El sensor de 1 pulgada estaría un poco al límite, dependerá bastante del tipo de escena y del observador.

Y los sensores más grandes: Micro 4/3, APS-C y Full Frame proporcionarán imágenes que se percibirán limpias y con buena calidad.

Siempre hablamos del formato final de visualización y a una distancia de visualización normal. Si hacemos mucho zoom en un monitor por ejemplo (pixel peeping) sí podríamos notar diferencias.

En esta gráfica puedes ver un poco la correlación entre la superficie del sensor de diferentes modelos de cámaras (sensor de 1 pulgada, Micro 4/3, APS-C y Full Frame) y el valor de ISO para el que se alcanza esa relación señal a ruido mínima de 30dB:

 

Calidad de imagen (SNR) vs tamaño de sensor

 

Pero como existe ese umbral debido al funcionamiento de la visión humana, cuando hablamos de que un sensor más grande ofrece imágenes de mayor calidad, realmente estamos hablando de que un sensor más grande nos da más margen.

Por ejemplo, habrá situaciones en las que la imagen del sensor full frame esté en la zona de los 30dB de relación señal a ruido.

Para esas situaciones concretas, las imágenes proporcionadas por otros sensores se percibirían con más ruido, con menor calidad.

Dependiendo del tipo de fotografía o vídeo (las situaciones concretas en las que trabaja el sensor) es muy posible que un sensor esté desaprovechando su potencial.

 

NOTA: Los móviles suelen incluir sensores pequeños por una cuestión de geometría óptica y tamaño de las lentes. El rendimiento puro de esos sensores está limitado por su tamaño, pero en esos ejemplos no estoy teniendo en cuenta la parte de fotografía computacional. Los móviles utilizan técnicas muy ingeniosas para mejorar mucho la relación señal a ruido de la imagen final. A efectos prácticos y dependiendo de la situación, un móvil puede llegar a tener un comportamiento similar al de cámaras con sensores más grandes, tanto en gestión de ruido como en el rango dinámico de la imagen final.

 

Rango dinámico y soporte de visualización

Sólo voy a dar una pincelada sobre el rango dinámico de las cámaras.

En general podríamos decir que también está relacionado con la superficie de captación.

Las cámaras de objetivos intercambiables actuales puede captar entre 9 y 12 pasos de rango dinámico fotográfico (entre 12 y 15 pasos de rango dinámico de ingeniería)

Pero esa ‘imagen’, esa información que ha generado la cámara en formato RAW, no la podemos ver con nuestros propios ojos.

Para visualizar la imagen la tenemos que pasar a algún formato de imagen, por ejemplo RGB (JPEG, TIFF, etc.), y la tenemos que reproducir en algún soporte de visualización: papel fotográfico, pantalla de ordenador, pantalla de móvil…

Todos esos soportes tienen un rango dinámico mucho más pequeño.

Una pantalla normal puede ofrecer unos 6-7 pasos de rango dinámico. El papel fotográfico con tintas especiales podría llegar a unos 8 pasos. Un monitor HDR puede llegar a unos 10 pasos de rango dinámico.

Por lo general, la cámara recoge más rango dinámico del que podemos visualizar en un soporte físico.

La idea es que ese rango dinámico de la cámara es información útil que podemos comprimir (mapeo tonal) para generar una imagen final (en JPEG por ejemplo) que simula de alguna forma el rango dinámico de la escena tal como lo veríamos con nuestros propios ojos (si el mapeo está bien hecho, claro).

De nuevo estamos hablando de margen de maniobra.

Una cámara más o menos actual con sensor full frame puede captar potencialmente unos 11-12 pasos de rango dinámico fotográfico.

Una cámara con sensor de 1 pulgada estaría alrededor los 9 pasos de rango dinámico fotográfico.

Las cámaras con sensores Micro 4/3 y APS-C estarían situadas en ese intervalo, entre los 10 y los 11 pasos de rango dinámico fotográfico.

Por lo tanto, un sensor más grande nos da más margen en situaciones complejas de gran rango dinámico. Nos va a permitir hacer un mapeo tonal con más información (subir sombras y bajar altas luces para recuperar el detalle en esas zonas) y menos ruido.

 

Profundidad de campo

Aquí tienes mucha más información sobre la profundidad de campo en fotografía.

A veces queremos tener mucha profundidad de campo, por ejemplo en escenas de paisaje, para fotografía de producto, etc.

Otras veces puede interesar una profundidad de campo pequeña para hacer un desenfoque selectivo del fondo, por ejemplo en fotografía de retrato, para dar más protagonismo al sujeto principal.

La profundidad de campo no depende directamente del tamaño del sensor (realmente sí, pero es un efecto muy pequeño)

Pero en la práctica, el tamaño del sensor sí influye en la distancia de separación entre cámara y el sujeto principal de la escena. Y por lo tanto, influye de forma indirecta en la profundidad de campo.

Con un sensor full frame es más fácil conseguir un fondo desenfocado, con un bokeh más cremoso, que distrae menos.

Con sensores más pequeños, para igualar ese desenfoque, manteniendo todas las demás condiciones (encuadre por ejemplo) necesitaríamos objetivos con una mayor apertura.

Hay que tener en cuenta que el desenfoque de fondo es una técnica más. No es la piedra angular de la fotografía y el vídeo.

Pero de nuevo, la cámara con sensor full frame nos daría más margen o más facilidades para conseguir ese desenfoque.

 

Dos pasos por delante

Simplificando y generalizando: podríamos decir que el sensor full frame tiene unos 2 pasos de margen con respecto a los sensores APS-C y Micro 4/3.

Por ejemplo, imagina una situación en la que tenemos que subir el ISO hasta 6400 y tenemos tres cámaras: una con sensor Micro 4/3, otra con sensor APS-C y otra con sensor Full Frame.

Tomando como referencia el sensor Micro 4/3…

La imagen de la APS-C se percibiría un pelín más limpia, como si el sensor Micro 4/3 hubiera disparado a ISO 4000 por poner un ejemplo (no suele llegar a 1 paso de diferencia)

La imagen de la Full Frame se percibiría como si la APS-C hubiera disparado a ISO 3000 (algo más de 1 paso) o como si la Micro 4/3 hubiera disparado a ISO 1600 (unos 2 pasos)

En situaciones de gran rango dinámico, una cámara Full Frame nos daría unos 2 pasos de margen para hacer luego mapeo tonal en edición (subir sombras, bajar altas luces, con detalle y un nivel aceptable de ruido)

En situaciones en las que queremos conseguir desenfoque del fondo, con la Full Frame necesitaremos un objetivo con una determinada apertura, mientras que con una cámara APS-C o Micro 4/3 necesitaremos esos 1-2 pasos de apertura extra.

Las cámaras Full Frame normalmente están situadas en una gama profesional. Como ya comenté, las cámaras de gama profesional suelen empaquetar una serie de características ‘premium’ (sellado, doble ranura para tarjetas, construcción, tecnología más reciente, etc.)

Pero hay que tener en cuenta que todas esas características premium las tienen igualmente cámaras con otros sensores. Hay cámaras de gama profesional con sensor Micro 4/3 y hay cámaras de gama profesional con sensor APS-C.

 

¿Dos pasos es mucho?

Depende.

Para un fotógrafo de eventos por ejemplo, esos dos pasos pueden significar que puede aprovechar más fotos de una boda o que puede conseguir una foto (aprovechable) de un momento único a pesar de las condiciones de iluminación adversas.

Para fotografía nocturna (Vía Láctea, etc.) y astronómica (cielo profundo) esos dos pasos suponen hacer las cosas un poco más fáciles: menos tomas, menos tiempo de exposición por toma… Pero hay muchísimos otros factores.

Para un fotógrafo de paisaje esos dos pasos de rango dinámico le pueden venir bien en determinadas situaciones, con escenas de alto rango dinámico, si no puede aplicar técnicas de horquillado de exposición o similares.

Para un fotógrafo que trabaje con iluminación artificial, esos dos pasos probablemente no le sirven para nada. Puede trabajar en la zona óptima del sensor y puede trabajar con un rango dinámico muy controlado.

Y si nos vamos al resultado final, la foto o el vídeo final, en general esos dos pasos no se traducen en una calidad de imagen 4 veces mejor, ni mucho menos. La percepción visual no funciona así.

Por lo tanto, depende muchísimo del tipo de fotografía / vídeo. Depende muchísimo del usuario. De los criterios de calidad de cada uno… Depende de muchos factores.

 

Dos pasos en precio

Igual que hemos hablado de 2 pasos de margen podríamos hablar, simplificando mucho, de 2 pasos en precio (multiplicar por 4).

Por ejemplo, si un equipo de gama media lo ponemos en la zona de los 1000 euros (cámara APS-C o Micro 4/3 con un objetivo de gama media), un equipo equivalente en Full Frame podría estar perfectamente en la zona de los 4000 euros.

Aquí habría matices para aburrir. No voy a entrar en todas las combinaciones posibles.

Simplemente quiero que nos quedemos con esa idea del escalón que implica saltar a Full Frame: primero por el salto a gama profesional (cámara + objetivos) y segundo porque el sensor full frame necesita ser alimentado por objetivos más grandes (lentes con mayor diámetro) que normalmente sólo se fabrican para la gama profesional.

Con sensores Micro 4/3 y APS-C tenemos la opción de navegar en una zona de gama media (objetivos de gama media) o podemos decidir que queremos un determinado objetivo de gama profesional.

Con cámaras Full Frame es más complicado navegar por esa gama media. Y probablemente, el hecho de elegir objetivos de gama media estaría limitando parte de esa ventaja potencial debida al tamaño del sensor.

 

Criterios de elección y tamaño del sensor

Vamos a recapitular entonces.

Un equipo basado en un sensor Full Frame va a proporcionarnos más margen de maniobra.

Eso significa que en determinadas situaciones (gran rango dinámico / menos luz) tendremos una ventaja potencial con respecto a sensores más pequeños.

Las cámaras Full Frame suelen formar parte de la gama profesional, que incluyen algunas características ‘premium’ y más opciones de personalización y ayuda.

También tendremos más facilidad para conseguir un desenfoque selectivo del fondo más cremoso (más difuso)

Por otro lado tenemos que el objetivo puede cambiar radicalmente el rendimiento de la cámara.

Una cámara mediocre con un objetivo excelente probablemente conseguirá resultados excelentes. Una cámara excelente con un objetivo mediocre… probablemente conseguirá resultados mediocres.

Recuerda que aquí sólo estoy hablando de criterios de calidad de imagen y prestaciones, no del valor de la foto o el vídeo desde el punto de vista artístico. No tiene nada que ver una cosa con otra. El valor de la foto, la parte artística, es en general muchísimo más importante.

 

Esa ventaja potencial y el margen de maniobra que proporciona una cámara con sensor Full Frame tiene sus contrapartidas.

La más importante quizás es el coste.

Elegir Full Frame implica un salto bastante grande en precio: un escalón por entrar en la gama profesional (cámara y objetivos) y otro escalón porque los objetivos para Full Frame son más grandes, con costes de fabricación mayores, y por lo tanto más caros en general.

También tiene implicación en el tamaño y peso del equipo.

Y también puede tener implicación en la complejidad de uso, por formar parte de la gama profesional: más opciones de configuración y personalización, que pueden llegar a abrumar inicialmente.

 

Usuario que empieza, aficionado y aficionado avanzado

Desde mi punto de vista, una cámara de gama media (con sensor APS-C o Micro 4/3) es la que suele ofrecer la mejor relación entre calidad (parámetros de calidad de imagen), prestaciones y precio.

Digamos que con una cámara así se pueden conseguir prácticamente los mismos resultados en la inmensa mayoría de las situaciones típicas en fotografía y vídeo.

Es muy difícil llegar al punto en que sea la cámara la que nos limite.

Para llegar a ese punto (si es que llega), nuestros conocimientos como fotógrafos serán probablemente bastante avanzados y seguramente nos hemos ido hacia una especialidad exigente (fotografía nocturna, aves, animales salvajes, deportiva…) y en ese momento sí tendremos criterios sólidos en los que basarnos para elegir un modelo o un sistema que cubra mejor esas necesidades específicas (puede que sea Full Frame, o puede que no).

Con una cámara con sensor APS-C o Micro 4/3 podemos navegar en una gama media de objetivos, bastante variada y con buena relación calidad precio.

O podemos decidir ir a objetivos de gama más alta. Tenemos esa opción abierta.

Eso da bastante flexibilidad a la hora de aprender, de evolucionar como fotógrafos y probar diferentes estilos o tipos de fotografía.

 

¿El dinero del avaro, dos veces va al mercado…?

Dicho de otra forma, si al final voy a acabar comprando una cámara full frame… ¿no es una pérdida de tiempo y dinero comprar una cámara con sensor más pequeño?

Es una buena pregunta.

Sin embargo, parte de la base de que una cámara Full Frame es la meta última de todo fotógrafo. Y esto no es así.

No todos los fotógrafos profesionales utilizan cámaras Full Frame.

Muchos profesionales (fotógrafos, creadores de contenido, productoras…) utilizan cámaras con sensores más pequeños.

Por ejemplo Olympus (sensores Micro 4/3) hace cámaras excelentes para fotografía, y muchos fotógrafos profesionales las utilizan en su día a día.

Panasonic (Micro 4/3) tiene cámaras excelentes para fotografía y su gama GH (GH5, GH5, GH6) sigue siendo una referencia para producciones profesionales de vídeo y cine independiente.

Fuji tiene un sistema APS-C (Fuji X) increíble para fotografía. También muy usado por fotógrafos profesionales.

Las cámaras con sensor Full Frame de Canon, de Nikon, de Sony, de Panasonic… son excelentes. Una cosa no quita la otra. No quiero quitar ni una pizca de mérito a esas cámaras ni se pueden comparar de igual a igual.

Pero a lo que voy es que no te dan un certificado de buen fotógrafo al comprar una cámara Full Frame, ni te lo quitan cuando compras una cámara con sensor más pequeño.

Y por supuesto hay fotógrafos que utilizan cámaras con sensores más grandes. Por ejemplo Fuji tiene la serie GFX con sensor de formato mediano (formato medio, medio formato o como le quiera llamar cada uno). Están las Hasselblad…

Pero creo que nadie en su sano juicio recomendaría una Hasselblad a un usuario que quiere empezar, por el módico precio de 30.000 euros sin objetivo…

 

Volviendo a la pregunta…

No. Creo que no es una pérdida de tiempo y dinero elegir una cámara de objetivos intercambiables con sensor APS-C o Micro 4/3.

Son cámaras excelentes, es decir, no es que estemos comprando un juguete que vamos a tirar a la basura a los dos días.

 

¿Y si me decido por una cámara Full Frame?

Si tu presupuesto lo permite, adelante.

Investiga un poco antes. No la compres partiendo de unas expectativas irreales y fantasiosas.

En este artículo sólo he dado unas pinceladas sobre lo que sí puedes esperar de una cámara con sensor más grande.

Y mira también un poco el catálogo de objetivos disponibles para esa cámara, sus precios, etc. para ver qué sistema te convence más y se ajusta más a tu presupuesto.

En todos los sistemas podrás encontrar algunos objetivos de focal fija con buena relación calidad precio.

Pero mira sobre todo si prevés que vas a necesitar objetivos más específicos: gran angulares, teleobjetivos, macro… o por ejemplo los zoom luminosos (f/2.8), ya que probablemente serán más caros.

Teniendo en cuenta sus pros y sus contras y eligiendo con criterio, tendrás un equipo excelente.

 

 

¿Cómo haría yo a la hora de elegir una cámara / sistema?

Si estuviera empezando y quisiera comprar mi primera cámara de objetivos intercambiables (para fotografía, para aprender):

  • Elegiría una cámara de gama media o gama de entrada.
  • Da igual si es réflex o sin espejo.
  • Da igual la marca o el modelo.
  • Elegiría un modelo que me ‘enamore’ por diseño o por tamaño o por cualquier otra cuestión que haga que quiera sacar la cámara y llevarla a todas partes simplemente por el hecho de usarla.
  • Cualquier modelo me daría prestaciones y ‘calidad’ de sobra.
  • Reservaría parte del presupuesto para objetivos.
  • Todos los sistemas tienen objetivos nativos (o que se pueden usar mediante adaptador como si fueran nativos) en la gama media o con muy buena relación calidad precio, sobre todo los fijos.
  • Intentaría aprender lo máximo posible: talleres presenciales, cursos online o de forma autodidacta (hay información gratuita para aburrir, aunque también mucha basura)
  • Aprender pero siempre con la premisa de disfrutar. Da igual que las fotos salgan mejor o peor.
  • Aprender te va a dar una visión diferente, vas a entender muchas cosas, vas a mejorar y vas a disfrutar más. Es un círculo virtuoso.
  • Y aprender no se limita a la cámara. Se trata de aprender y mejorar todo el flujo de trabajo, incluyendo la parte de edición, revelado, procesado…

 

Recuerda que el vídeo tiene sus criterios específicos en función del uso. Echa un vistazo aquí para ver algunos criterios para elegir cámara para vídeo.

 

Si tuviera ya una cámara de objetivos intercambiables y sintiera que estoy estancado o que me está limitando mi cámara:

  • En primer lugar analizaría si realmente me está limitando la cámara.
  • ¿Estoy utilizando el objetivo más adecuado?
  • ¿Cómo es mi flujo de trabajo? ¿Planifico las sesiones?
  • ¿Hay alguna técnica fotográfica que me permita mejorar en esas situaciones concretas?
  • Quizás necesito algún accesorio adicional: trípode, filtros, flash / iluminación externa…
  • ¿Trabajo en RAW o en JPEG?
    Cada flujo de trabajo es totalmente diferente. Las fotos que vemos publicadas en redes sociales y exposiciones tienen todas un procesado, bien en cámara a través de los perfiles de imagen (y toda la gestión de balance de blancos, etc.) o bien en el revelado RAW y edición posterior.
  • Para determinados tipos de fotografía y vídeo es infinitamente más importante la iluminación que la cámara o el objetivo.
    Aprender por ejemplo técnicas de iluminación con flash o con luz continua te puede abrir un universo nuevo de posibilidades.
  • ¿Por qué no invertir algo de dinero o de tiempo en aprender más o profundizar sobre el tipo de fotografía que me gusta?
    Quizás haya técnicas o trucos que desconozco y que pueden cambiar drásticamente mis resultados.

 

Después de analizar puedo llegar efectivamente a la conclusión de que me limita la cámara.

Y llegado ese momento se abren un montón de posibilidades. Full Frame es una opción más.

 

¿Cuándo decidiría elegir una cámara Full Frame?

Básicamente por el comportamiento en ruido y el rango dinámico.

Por ejemplo si viera que muchas de las situaciones en las que uso la cámara son de alto rango dinámico y no puedo utilizar técnicas como horquillado de exposición (bracketing) o filtros degradados o iluminación artificial extra.

O si viera que muchas de las situaciones en las que uso la cámara implican baja iluminación, y a pesar de utilizar objetivos con gran apertura notase que mi cámara actual genera ruido bastante visible que no puedo corregir en postproducción (ni puedo usar iluminación artificial por el motivo que sea).

Si hicera mucha fotografía de retrato y me gustase mucho el desenfoque de fondo como técnica artística para mis fotos. La cámara Full Frame me va a facilitar un poco y no tendré que ir a ópticas con apertura exagerada. Pero este escenario concreto no lo veo tan claro. Hay muchas opciones para retrato en cualquier sistema.

Para fotografía nocturna y astrofotografía (cielo profundo por ejemplo) el sensor Full Frame ofrece una ventaja a igualdad de condiciones (objetivos, etc.). En fotografía de cielo profundo por ejemplo es muchísimo más importante el flujo de trabajo. Un sensor más grande quizás facilita un poco las cosas porque se pueden conseguir resultados similares con menos tomas.

Pero si quisiera dar prioridad a ese tipo de fotografía probablemente valdría la pena una cámara especializada para astro (con refrigeración y un diseño de sensor pensado específicamente para esas situaciones).

Para fotografía de eventos depende de tantos factores que creo que es una decisión muy personal, que tiene que estar basada en la experiencia de cada uno. Muchos fotógrafos usan Full Frame por ese margen extra en situaciones complejas. Pero otros muchos fotógrafos usan equipos APS-C o Micro 4/3 …

Realmente no hay casos de uso en los que Full Frame sea una elección indiscutible.

De la misma forma que no se me ocurren casos en los que elegir Full Frame sea un error (siempre que el presupuesto permita alimentarla con ópticas decentes y no tengamos preferencias especiales en cuanto tamaño y peso)