Perspectiva en fotografía – Puntos de fuga

En este artículo voy a hablar sobre los puntos de fuga: qué son, por qué pueden ser interesantes en fotografía y en qué situaciones podemos potenciar su presencia en el encuadre.

 

Puntos de fuga en fotografía

 

Este artículo forma parte de la serie sobre perspectiva. Te recomiendo que leas previamente los artículos:

 

Qué son los puntos de fuga

Los puntos de fuga son una consecuencia de la geometría asociada a la proyección lineal cónica (proyección rectilínea).

La imagen que se genera en la retina del ojo sigue una proyección rectilínea (al menos en la zona de interés) y las cámaras con objetivos rectilíneos generan una proyección rectilínea, por eso es importante entender las propiedades de este tipo de perspectiva.

Las reglas geométricas asociadas a la proyección lineal cónica hacen que la perspectiva generada tenga una serie de características muy curiosas (las vemos todos los días con nuestros propios ojos):

  • Las líneas rectas de la escena siguen siendo rectas en la perspectiva (rectilínea = líneas rectas)
  • El tamaño de los objetos en la perspectiva es inversamente proporcional a la distancia que los separa del punto de vista.
  • Una recta cualquiera de la escena que no sea paralela al plano del cuadro tendrá uno de sus extremos en una posición finita de la perspectiva correspondiente, y ese punto recibe el nombre de punto de fuga.
  • Las rectas paralelas entre sí en la escena comparten el mismo punto de fuga en la perspectiva.
  • Las rectas paralelas al plano del cuadro tienen su punto de fuga en infinito, y por ese motivo siguen siendo paralelas en la perspectiva.

 

Un punto de fuga es por lo tanto un punto geométrico concreto, situado en el plano del cuadro, en el que converge la proyección de una recta de la escena.

 

 

El plano del cuadro es infinito por definición, y el punto de fuga de cada recta estará en una determinada posición de ese plano, la mayoría de las veces fuera del encuadre.

En una escena normal no hay rectas de longitud infinita, pero para cualquier tramo de recta podemos imaginar que forma parte de una recta geométrica, cuya proyección va hasta un determinado punto de fuga en la perspectiva.

Se dice que la línea (recta) fuga hacia un determinado punto, su punto de fuga.

Una escena cualquiera del mundo real está compuesta por infinitos tramos de recta, ya que podemos imaginar cada curva, cada forma, como si estuviera compuesta por muchísimas rectas muy pequeñas.

Otra forma de verlo es que podemos elegir dos puntos cualesquiera de la escena y esos dos puntos definen una recta.

Por lo tanto, una escena normal tendrá infinitos puntos de fuga.

 

Es muy importante entender esto, porque mucha gente se confunde con los puntos de fuga especiales que se utilizan como referencia en dibujo y pintura para simplificar el trazado, y tienden a asociar el número de puntos de fuga con el número de dimensiones espaciales.

En dibujo y pintura, cuando se traza la proyección a mano, se eligen unos puntos de fuga muy concretos, que facilitan el trazado de objetos sencillos (ortoedros, cajas básicamente), y esos puntos de fuga están relacionados con las ‘dimensiones espaciales’ de ese objeto concreto, con su sistema de coordenadas local: con su ancho, con su alto y con su profundidad y con la posición del punto de vista y del plano del cuadro.

Todos los demás elementos de la escena, que no estén perfectamente alineados con el objeto principal (que no tengan rectas paralelas a dicho objeto) tendrán sus propios puntos de fuga.

Cuando se habla de 1 punto de fuga, 2 puntos de fuga y 3 puntos de fuga, se está haciendo referencia a la posición relativa de un objeto concreto con respecto al punto de vista y al plano del cuadro.

Que el trazado de una perspectiva se haga a partir de 3 puntos de fuga no tiene nada que ver con lo que entendemos como tres dimensiones espaciales (3D).

 

En dibujo artístico se denominan trazados de 4 y 5 puntos de fuga a perspectivas basadas en proyecciones no rectilíneas (por ejemplo para emular la proyección de un ojo de pez). Es sólo un nombre (desafortunado quizás). Sé que es bastante confuso, pero simplemente hay que quedarse con la idea de que el número de puntos de fuga en ese contexto hace referencia a los puntos de fuga ‘especiales’ que se toman como referencia para trazar a mano la perspectiva.

 

Repetimos para reforzar esta idea: en una escena real habrá infinitos puntos de fuga.

En general, cuando observamos una imagen, una perspectiva, no podemos ‘ver’ o intuir la inmensa mayoría de los puntos de fuga.

Sólo en escenas muy concretas podemos ser conscientes de algunos puntos de fuga muy llamativos, normalmente asociados a situaciones en las que la escena contiene líneas rectas paralelas suficientemente largas.

Este tipo de escenas corresponden habitualmente con estructuras humanas: habitaciones, edificios, calles, carreteras, las vías del tren (el ejemplo por excelencia)…

También podemos ver perfectamente líneas rectas imaginarias (y sus correspondientes puntos de fuga) a partir de elementos individuales alineados: farolas, postes, columnas… y a partir de ciertos patrones repetitivos y texturas.

En la naturaleza no hay muchas líneas rectas. La más evidente quizás es la línea del horizonte en el mar.

Y es difícil encontrar rectas paralelas que se prolonguen durante una distancia grande que no sean debidas a la acción humana: tramos de río, árboles… no se me ocurren muchos más ejemplos…

Entonces, a modo de resumen, un punto de fuga es un punto de la perspectiva, situado por tanto en el plano del cuadro, al que llegaría la proyección de una línea recta de la escena y todas sus paralelas (si las prolongamos lo suficiente).

 

IMPORTANTE: como vimos en el primer capítulo sobre perspectiva, cada una de las fotos (y vídeos, claro) que hacemos con un objetivo rectilíneo son una perspectiva generada a partir de una proyección rectilínea. Se conservan las rectas y por lo tanto tendrán en general infinitos puntos de fuga. Da igual si la escena tiene líneas rectas muy evidentes o no, da igual si tiene paralelas evidentes o no. El tipo de perspectiva (en el sentido de perspectiva geométrica) no depende del tipo de escena o del encuadre.

 

Puntos de fuga en dibujo

Dibujar una perspectiva perfecta a mano, a partir de una escena real, teniendo en cuenta las medidas y ángulos reales de todos los objetos que aparecen, es prácticamente imposible.

Se pueden trazar perspectivas de estructuras muy sencillas, por ejemplo ortoedros (el típico volumen en forma de caja formada por 6 rectángulos).

Si el objeto tiene una geometría un poco más compleja se puede encapsular en una ‘caja’ sencilla que nos dará la referencia de sus líneas principales.

Y a partir de esos elementos sencillos que marcan la estructura general se pueden ir incorporando otros elementos: líneas oblicuas, curvas, etc.

Pero como digo, es imposible (tremendamente difícil si queremos dar ese pequeño margen a los más valientes) reproducir de forma precisa la perspectiva de una escena real a mano, con varios objetos no alineados entre sí (sus rectas no son paralelas), sin la ayuda de un programa 3D.

En dibujo artístico no es necesario llegar a un nivel de precisión tan grande, porque la percepción visual humana es muy flexible y puede interpretar perfectamente una perspectiva imperfecta, incluso si incluye información no del todo coherente.

Muchas veces en dibujo artístico se hace el armazón de la escena con más o menos rigor, y luego se colocan los personajes y los objetos auxiliares a ‘ojo’.

Para tener esa estructura principal de la perspectiva bajo control, en dibujo se elige el encuadre de tal forma que podamos simplificar al menos el trazado de un andamiaje o de las líneas principales.

Cuando se trata de edificios, suele ser relativamente sencillo encapsularlos en una caja (ortoedro) en la que las líneas principales son las aristas que se forman en la intersección de los diferentes planos: paredes, suelo y techo (normalmente perpendiculares entre sí).

En dibujo técnico se suele partir de la posición del punto de vista y se calculan (por geometría por ejemplo) las posiciones de una serie de puntos de fuga especiales, que corresponden con esas aristas principales del objeto, y son los que se utilizan como referencia para trazar la perspectiva.

En dibujo artístico a veces se eligen esos puntos de fuga de forma arbitraria, más o menos intuitivamente, y a partir de ellos se trazan las líneas principales.

Echa un vistazo por ejemplo a este vídeo Perspectiva para principiantes (dibujo), del canal de Carlos Muñoz para tener una referencia rápida de cómo se suele hacer en dibujo artístico.

Y en el canal de youtube de Néstor Martín Gulias tienes muchísimos ejemplos de cómo se trazan perspectivas en dibujo técnico, con diferentes métodos geométricos. Te animo a que veas algunos de los vídeos en los que hace el trazado de perspectivas incluyendo las sombras, para que te asustes un poco.

 

Entonces, a modo de resumen:

En el contexto del dibujo, cuando nos hablan de 1 punto de fuga, 2 puntos de fuga o 3 puntos de fuga nos están hablando de técnicas de trazado de la perspectiva a mano. O, dicho de otra forma, nos habla de cómo hemos elegido la posición del punto de vista con respecto al objeto de interés de la escena (y a partir de ahí trazamos siguiendo la técnica correspondiente).

Una perspectiva trazada a 1 punto de fuga puede tener muchísimos puntos de fuga.  Pero hay un punto de fuga ‘especial’ que el que se toma como referencia para simplificar el trazado.

El hecho de elegir la posición del punto de vista afecta a la técnica usada para el trazado de la perspectiva a mano, y también afecta al resultado final (estética / composición).

Lo vemos con unos ejemplos, primero en dibujo y luego lo veremos con fotos reales.

 

Trazado a partir de 1 punto de fuga

Para este trazado colocamos el plano del cuadro de tal forma que queda en paralelo con una de las caras del objeto que queremos representar.

 

Perspectiva - Trazado con 1 punto de fuga

Se utiliza por ejemplo cuando queremos mostrar la fachada de un edificio, o una de las paredes si queremos representar el interior de una habitación.

La ventaja es que en esa cara que queda paralela al plano del cuadro los elementos conservan sus proporciones relativas, no hay escorzo en esa cara.

También se utiliza cuando se quiere dar protagonismo al propio punto de fuga: vías del tren, una calle, un canal, una carretera…

Es decir, elegimos la posición del plano del cuadro para que ese punto de fuga tan evidente y llamativo quede dentro del encuadre.

La línea recta es un atractor muy potente en los mecanismos de atención de la percepción visual humana (porque no había muchas en la naturaleza) y cuando aparecen líneas rectas paralelas, el punto de fuga es también un punto de interés que llama mucho la atención del observador.

La perspectiva a partir de un punto de fuga es un caso muy especial, es decir, el observador (el punto de vista y el plano del cuadro) tiene que estar colocado de una forma muy concreta con respecto al objeto de interés.

 

Trazado a partir de 2 puntos de fuga

La perspectiva a partir de dos puntos de fuga o perspectiva oblicua es más ‘natural’, en el sentido de que el observador está colocado en algún lugar arbitrario alrededor del edificio o del objeto.

 

Perspectiva en fotografía - puntos de fuga

Es también muy común en dibujo.

Se utiliza para ofrecer una visión global de un edificio, el interior de una habitación, un objeto…

El trazado a partir de dos puntos de fuga es también muy natural porque corresponde con nuestra forma de observar las cosas ‘grandes’ que están en la superficie: las observamos estando de pie y mirando al frente.

En esos casos nuestro plano del cuadro es perpendicular al suelo, está colocado en vertical.

Las líneas verticales de la escena seguirán siendo verticales en la perspectiva resultante (son paralelas al plano del cuadro)

Todas las líneas horizontales de la escena fugarán hacia algún punto de fuga situado sobre la línea del horizonte (línea de nivel visual), cada línea hacia su propio punto de fuga.

Las líneas paralelas horizontales del objeto de interés (por ejemplo las horizontales que corresponden a las aristas de las paredes, ventanas, etc. paralelas entre sí dos a dos) fugarán hacia uno de los dos puntos de fuga que tomaremos como referencia.

 

En dibujo artístico se suelen elegir los puntos de fuga un poco a ojo.

Pero ten en cuenta que los puntos de fuga están ligados al punto de vista (distancia) y a la orientación relativa de las caras del objeto.

Por ejemplo, imagina esta vista cenital de una casa representada por un rectángulo, y dónde quedarían los puntos de fuga (que hemos llamado M y N) según cambiamos la distancia del punto de vista.

 

Perspectiva - Puntos de fuga en función del punto de vista

 

Y lo mismo, pero suponiendo que hemos elegido otro ángulo diferente para representar la casa (o hemos girado el objeto)

 

Perspectiva - Puntos de fuga en función de la orientación del objeto

 

 

Trazado a partir de 3 puntos de fuga

Se trata de elegir un encuadre en el que el plano del cuadro ya no está perfectamente alineado con ninguna de las aristas principales del objeto de interés.

En dibujo técnico suele recibir el nombre de perspectiva cónica de cuadro inclinado.

Por ejemplo, si bajamos mucho el punto de vista hasta el suelo e inclinamos ‘hacia atrás’ el plano del cuadro para encuadrar una casa tendríamos lo que se conoce como vista de hormiga o perspectiva de hormiga.

 

Perspectiva - Trazado con 3 puntos de fuga

 

La vista de hormiga corresponde con un plano contrapicado (miramos desde abajo a algo que está más arriba)

Y para que sea vista de hormiga con tres puntos de fuga el plano del cuadro tiene que estar inclinado con respecto a la vertical.

Podemos hacer también lo contrario: subir mucho el punto de vista e inclinar el plano del cuadro hacia delante para mirar hacia abajo en diagonal, como haríamos desde lo alto de un edificio o como haría un pájaro.

A este encuadre se le conoce como vista de pájaro, aunque este nombre es un poco más ambiguo porque vista de pájaro también correspondería con una vista cenital (plano del cuadro paralelo al suelo)

En el contexto de la perspectiva, vista de pájaro sí suele corresponder con el trazado a partir de 3 puntos de fuga.

Ese encuadre correspondería con un plano picado (miramos desde arriba a algo que está situado más abajo)

La vista de pájaro o de hormiga pueden corresponder también a encuadres basados en 2 puntos de fuga y en 1 punto de fuga, pero en general creo que se asocian más a una composición más genérica en la que el plano del cuadro no está alineado con ninguna de las aristas del objeto.

 

Para crear una perspectiva con 3 puntos de fuga en dibujo artístico se suelen elegir los tres puntos de fuga a ojo: dos puntos de fuga en la línea de horizonte y un tercer punto de fuga situado arriba (vista de hormiga / contrapicado) o situado abajo (vista de pájaro / plano picado)

Recuerda que estos puntos de fuga especiales (sus posiciones geométricas) están ligados a la posición espacial del punto de vista y el plano del cuadro, y a su relación con el objeto que se quiere representar.

Por ejemplo, en la perspectiva de la casa de la figura anterior, el punto de fuga elegido para las líneas verticales está a poca distancia de la línea de horizonte. Esto quiere decir que el punto de vista, el observador, se encontraba muy cerca de la esquina más cercana de la casa, de ahí la deformación que percibimos.

Además, esa perspectiva correspondería probablemente con un ángulo de visión bastante grande, es decir, un observador humano situado en el punto de vista seguramente no podría tener toda la casa en su campo de visión.

Los puntos de fuga pueden estar en cualquier punto geométrico del plano del cuadro, que es infinito por definición.

 

Infinitos puntos de fuga

Ya está aquí otra vez el pesado…

Los puntos de fuga no son nada mágico.

Podríamos hacer la proyección, el trazado de la perspectiva, punto a punto sin usar puntos de fuga ni rectas ni nada. Pero para hacer eso a mano necesitaríamos mucha paciencia y muchísimo tiempo, y se generaría un caos de líneas auxiliares imposible de gestionar.

Cuando dibujamos a mano (quiero decir, sin ayuda de un programa de ordenador) podemos representar de una forma relativamente sencilla aquellas líneas que son paralelas o perpendiculares al plano del cuadro, o que sabemos que son paralelas o perpendiculares entre sí.

Por eso se eligen unas determinadas líneas como referencia y unos determinados puntos de fuga ‘especiales’ que corresponden al objeto de interés. Y si el objeto de interés es complejo se encapsula primero en un ortoedro para facilitar el trazado del armazón inicial.

Cualquier otro objeto o cualquier elemento que no esté alineado con esas líneas principales (por ejemplo un tejado inclinado) tendrá sus propias líneas rectas, que a su vez tendrán sus propios puntos de fuga.

A modo de ejemplo, vamos a imaginar que queremos representar una casa: una caja con dos planos inclinados que forman el techo.

Elegimos por ejemplo un trazado con dos puntos de fuga: eso quiere decir que hemos colocado el punto de vista en una posición concreta y que hemos orientado el plano del cuadro de una cierta forma con respecto a la casa.

A esos dos puntos de fuga tenemos que añadir uno más para un lateral del tejado (es un plano no paralelo ni perpendicular a las paredes) y otro diferente para el otro lateral. Ya van cuatro.

Si queremos representar las sombras: la luz proyectada por un punto lejano como el sol tiene su propio punto de fuga en la perspectiva resultante y las sombras generadas por los elementos de la escena también tienen sus propios puntos de fuga. Ya van al menos 6 puntos de fuga.

Te aseguro que sólo con eso, el trazado de la perspectiva se ha convertido ya en un calvario.

Y es básicamente una caja de zapatos con un tejado… No hay más objetos ni elementos. Por cada objeto no alineado con las rectas principales de la casa tendríamos al menos dos puntos de fuga adicionales.

Llega un momento en que el número de puntos de fuga hace inviable el trazado a mano.

Sólo se pueden representar a mano, con relativa precisión, las perspectivas correspondientes a escenas muy muy sencillas y ‘cuadriculadas’.

Como hemos visto, incluso en perspectivas basadas en un punto de fuga, a poco que queramos incluir con precisión elementos extra: luces y sombras, objetos situados en ángulos genéricos, curvas genéricas… El trazado se vuelve un infierno si lo queremos hacer a mano.

 

Puntos de fuga en fotografía

En fotografía, hacer una perspectiva ‘perfecta’ también lleva muchísimo esfuerzo: hay que encender la cámara y pulsar el botón de disparo.

Y ya está.

La cámara es un sistema físico que hace una proyección de la escena y genera la perspectiva directamente.

No hay que hacer nada.

No hay que ‘buscar la perspectiva‘.

Sí, vale, ya hemos visto que la palabra perspectiva tiene muchos significados y que ‘buscar la perspectiva‘ se utiliza en el sentido de buscar un determinado punto de vista y encuadre.

Lo que intento recalcar es que la ‘perspectiva geométrica’ con sus infinitos puntos de fuga se genera de forma automática al hacer una foto o al grabar un vídeo.

Muchos pintores del Renacimiento utilizaban la cámara oscura para tener la referencia del trazado de líneas de la perspectiva de una escena. Literalmente estaban haciendo una fotografía, utilizando sus lápices y pinceles a modo de sensor o película fotográfica para ‘copiar’ la imagen proyectada en la pantalla (al menos sus líneas principales).

 

Cuando hacemos una foto no solemos tomar como referencia los puntos de fuga como ocurre en dibujo artístico.

En fotografía y vídeo elegimos el punto de vista (posición y dirección de la cámara) y el encuadre, y en general cuando nos hablan de perspectiva seguramente están haciendo referencia a cuestiones de composición fotográfica.

Los infinitos puntos de fuga que correspondan a una determinada escena estarán ‘presentes’ en la imagen final. Aunque en la mayoría de las imágenes pasarán totalmente desapercibidos.

Cualquier línea recta evidente de la escena fugará en la perspectiva hacia su punto de fuga correspondiente. Y todas las rectas no tan evidentes tendrán también sus puntos de fuga.

Lo que ocurre es que la inmensa mayoría de esos puntos de fuga, por no decir todos, no llaman nuestra atención ni los percibimos siquiera, igual que sucede cuando vemos una escena con nuestros propios ojos.

Sólo en algunas ocasiones muy concretas aparecen como protagonistas o se pueden intuir los puntos de fuga principales (correspondientes a rectas que definen el contorno del objeto).

 

En fotografía, cuando hablamos de puntos de fuga, normalmente estamos hablando de composición.

Es decir, se trata de elegir un determinado punto de vista (incluyendo posición de la cámara y la dirección hacia la que apunta) para conseguir un determinado propósito, o al menos para saber qué consecuencias tendrá elegir ese punto de vista.

Todo lo que vamos a ver a continuación forma parte de la composición fotográfica.

Intervienen elementos relacionados con la perspectiva geométrica, como en todas las fotos, pero en estos casos concretos esas características relacionadas con la perspectiva geométrica son más visibles o pueden llamar más la atención del observador.

 

Composiciones basadas en 1 punto de fuga

En el lenguaje (confuso) habitual de la fotografía las llamaríamos perspectivas con un punto de fuga o algún término similar con la palabra perspectiva.

En este tipo de composiciones buscamos alguna de estas dos cosas: el punto de fuga como protagonista (principal o secundario) o una simplificación de la escena para representar uno de los planos (pared, fachada, etc.) de tal forma que mantenga sus proporciones relativas.

 

Punto de fuga como protagonista

Los ejemplos típicos serían las vías del tren, un tramo recto de carretera que se pierde en el horizonte, las farolas y edificios de una calle, las columnas de un edificio…

Este sería un ejemplo de composición con un punto de fuga (Louisiana Museum of Modern Art, cerca de Helsingor, Dinamarca)

 

Perspectiva - Composición a un punto de fuga

 

En este ejemplo, el punto de fuga de la estructura principal del pasillo se encuentra justo al fondo:

 

Perspectiva - Composición a un punto de fuga

Las líneas horizontales y verticales de ese pasillo permanecen horizontales y verticales en la perspectiva.

En la parte inferior he indicado con línea azul el efecto de distorsión de barril del objetivo, que podría ser corregido fácilmente en edición, pero lo he dejado para que vayamos diferenciando lo que sería una deformación por perspectiva de una distorsión del objetivo (por aberraciones geométricas).

En la naturaleza, un ejemplo que se me ocurre para una composición a un único punto de fuga es un plano nadir (cámara en el suelo, apuntando directamente hacia el cielo) en el interior de un bosque con árboles relativamente rectos y verticales. Veríamos que los troncos apuntan hacia un punto situado en el cielo, que sería el punto de fuga en ese caso.

También se me ocurren tramos de ríos y canales naturales que sean más o menos rectos durante una cierta distancia.

Como hemos comentado, las líneas rectas son un atractor muy potente para la visión humana.

Las rectas paralelas que fugan hacia un punto añaden un componente de simetría y además pueden aportar una sensación de dinamismo y potencian la percepción de la profundidad (tridimensionalidad).

Vamos a analizar esta fotografía tomada en los senderos en la zona de acantilados de la isla de Møn (Møns Klint) en Dinamarca.

 

Perspectiva - Composición a un punto de fuga

Hay un punto de fuga muy claro que corresponde a las rectas laterales de la escalera.

Las verticales permanecen verticales, pero si te fijas bien, los tableros que forman parte de los escalones fugan ligeramente hacia la derecha.

Perspectiva - Composición a un punto de fuga

Debajo de los escalones se pueden apreciar una serie de tableros en diagonal, cada uno de ellos tendrá su propio punto de fuga.

El tronco de la esquina inferior izquierda forma unas líneas rectas que tendrán sus propios puntos de fuga.

Y cada ramita, cada trozo de tronco, cada tramo de las figuras de las personas, cada pequeño tramo en el que nos fijemos en la imagen… todos ellos tendrán sus propios puntos de fuga.

Pero todos ellos son puntos de fuga que no son perceptibles y no tienen ningún efecto sobre la composición y la interpretación de la imagen.

Sin embargo hay uno muy evidente, que sí podemos percibir (o intuir) sin tener ni idea de perspectiva ni de geometría.

A veces ese punto de fuga principal tan evidente puede ser el protagonista de la composición.

Otras muchas veces se utiliza el punto de fuga como una ‘flecha’ que dirige la mirada del observador hacia el protagonista principal: por ejemplo hacia una puesta de sol, un elemento singular a lo lejos, hacia una persona colocada de forma estratégica, etc.

En los ejemplos anteriores, el punto de fuga se utiliza más como guía para dirigir la mirada del observador.

En el primer caso, en el pasillo del museo, se busca sobre todo la simetría, y llevar la mirada hacia los protagonistas. Sería una composición un poco más estática.

En el segundo caso, la escalera de madera, las líneas que fugan hacia la parte superior van guiando la mirada del observador hacia los protagonistas y en cierta forma marca el camino que están siguiendo. Es una composición más dinámica y aporta cierta sensación de movimiento.

Además, vemos que intervienen varios de los mecanismos de la percepción de profundidad que vimos en el capítulo sobre percepción visual humana:

  • El tamaño relativo de las personas en función de la distancia al observador
  • Interposición / oclusión (p.e. sabemos que el tronco de la izquierda está por ‘detrás’ de la escalera, porque la escalera lo tapa parcialmente)
  • Interpretación de texturas: los escalones forman un patrón, cuyo detalle se va haciendo más pequeño con la distancia

 

Un punto de fuga para mantener proporciones

En este tipo de composiciones buscamos sobre todo mantener las proporciones (tamaños relativos) de determinados elementos de la escena.

Como ejemplo vamos a tomar como referencia la fachada de Rosenborg Slot en Copenhague, Dinamarca

 

Perspectiva un punto de fuga - Rosenborg Slot

 

El punto de vista está colocado de tal forma que el sensor queda paralelo a la fachada frontal del palacio. Además está situado a bastante distancia.

En este ejemplo, el punto de fuga principal no se percibe en la imagen, no hay líneas de ‘profundidad’ que nos den una referencia clara. Sabemos que es una composición a un punto de fuga porque las líneas horizontales y las verticales del objeto permanecen tal cual en la imagen.

El punto de fuga estará situado aproximadamente en la parte central de la fachada, pero en este caso no tienen ningún protagonismo.

Composición a un punto de fuga

A pesar de que no hay ningún punto de fuga protagonista, fíjate que la perspectiva de la escena tendrá infinitos puntos de fuga. Por ejemplo las sombras del tejado tienen una determinada inclinación, los techos inclinados de las torres, los edificios que están al fondo, cada tramo de las hojas que aparecen en primer plano…

Volviendo a la idea de por qué se ha elegido este tipo de composición…

Como la cámara genera una perspectiva rectilínea, sólo podemos mantener las proporciones de elementos que estén situados en los planos paralelos al plano del cuadro.

Y sólo se mantienen las proporciones de los elementos incluidos en cada uno de esos planos (no de los elementos de un plano con respecto a los de otro plano)

En fotografía de arquitectura, por ejemplo en fotografía de interiores, se suele usar mucho la composición basada en un único punto de fuga.

Se toma como referencia una de las paredes de la habitación, y se elige el punto de vista de tal forma que el plano del sensor (plano del cuadro) queda perfectamente paralelo al plano de esa pared de referencia.

De esa forma, las líneas rectas que forman la pared de referencia aparecerán paralelas entre sí, tanto las verticales como las horizontales.

Y todos los elementos que se encuentren en ese plano, por ejemplo en una estantería, los cuadros, las ventanas… mantendrán sus tamaños relativos y sus proporciones (podríamos utilizar una regla para medir en la imagen tamaños relativos)

Las líneas correspondientes a las paredes perpendiculares a la de referencia fugarán todas hacia un único punto de fuga, al igual que todas las líneas paralelas a estas paredes.

Las líneas de los demás elementos de la habitación (que no sean paralelas a la pared de referencia ni a las paredes laterales) tendrán sus propios puntos de fuga. Como siempre, habrá infinitos puntos de fuga, pero hay uno muy claro y evidente (por eso se la suele llamar composición a un punto de fuga o de un punto de fuga).

Este tipo de composición nos transmite una sensación de simetría, normalmente tienden a ser composiciones relativamente estáticas.

En el caso de fotografía de arquitectura da una sensación de confianza, de que lo que estamos viendo (al menos la pared de referencia) corresponde con la realidad de la escena en cuanto a medidas y proporciones.

 

Otro ejemplo de composición a un punto de fuga: Iglesia de Toftlund (Toftlund Kirke), en Dinamarca

En este caso se han buscado las dos cosas: las líneas en fuga dirigen la mirada hacia un protagonista y el protagonista (la fachada de la torre) mantiene sus proporciones relativas en la perspectiva.

 

Composición a un punto de fuga

 

Pero fíjate bien porque tiene trampa.

Hay un punto de fuga muy claro, que corresponde al sendero principal en el jardín y los setos. Ese punto de fuga nos lleva a la fachada de la iglesia y por eso elegí esa composición en el momento de hacer la foto.

Composición a un punto de fuga

Pero si te fijas en la estructura de la torre, las líneas que corresponden a la profundidad deberían fugar al mismo punto de fuga (azul), y sin embargo parece que tienen su propio punto de fuga (naranja).

¿Por qué ocurre esto?

Cuando estaba allí, haciendo las fotos no fui consciente, pero resulta que las líneas del jardín (sendero y setos) no están alineadas con la estructura de la iglesia, no son paralelas. Si miras una imagen por satélite verás que el sendero y los setos sí son paralelos entre sí, pero forman un pequeño ángulo con respecto al eje principal de la iglesia.

Sigue siendo una composición a un punto de fuga, porque hay un punto de fuga muy evidente o destacado, que podemos percibir fácilmente como observadores (o intuir que las líneas paralelas convergen hacia un punto).

Pero he querido incluir este ejemplo para que veas que cada objeto de la escena que no esté alineado tendrá sus propios puntos de fuga.

Al igual que todas las líneas rectas que no estén alineadas con las que hayamos tomado como referencia (en este caso hemos tomado como referencia el objeto ‘sendero y setos’): por ejemplo las líneas de los tejados (de cada uno de los tejados) tendrán cada una su propio punto de fuga.

 

Composiciones basadas en 2 puntos de fuga

En este caso, el plano del cuadro (plano del sensor) está alineado con una de las ‘dimensiones’ del objeto que hemos elegido como referencia.

En la mayoría de los casos, el plano del cuadro estará alineado por ejemplo con las aristas verticales del edificio o de la habitación, lo que implica que el plano del cuadro es perpendicular al suelo.

Todas las líneas horizontales que corresponden a las paredes fugarán hacia uno de los dos puntos de fuga principales (F1 y F2 por ejemplo).

Vamos a tomar como referencia de nuevo la fachada de Rosenborg Slot en Copenhague, Dinamarca, pero esta vez desde un punto de vista diferente, que correspondería a una perspectiva oblicua en dibujo:

 

Perspectiva dos puntos de fuga - Rosenborg Slot

 

Todas las líneas verticales de la escena siguen siendo verticales en la perspectiva.

Es una composición más natural y que nos da una idea global de la estructura del edificio o del espacio interior.

Perdemos las referencias exactas en cuanto a las proporciones de los elementos que aparecen en la escena, pero como observadores seguimos teniendo una referencia aproximada bastante buena (al menos intuitiva) de cómo es ese espacio.

Vamos a analizar la perspectiva anterior, porque también tiene trampa.

Las líneas más evidentes son las del muro que tenemos en primer plano, y vemos claramente que fugan hacia la derecha y hacia la izquierda.

Trazamos esas líneas para hacernos una idea de la posición de los puntos de fuga  y también trazamos las que corresponden a las líneas principales del edificio:

Composición a tres puntos de fuga

¿Qué pasa aquí? ¿Hay cuatro puntos de fuga?

Hay infinitos puntos de fuga en la escena, pero si simplificamos el edificio como un ortoedro (una caja, como hacemos en dibujo), debería tener dos puntos de fuga, no cuatro.

A estas alturas ya deberías intuir qué es lo que ocurre: las paredes del muro no están alineadas con las paredes del palacio, no son paralelas, y por tanto tienen puntos de fuga diferentes.

Lo podemos ver en una vista de satélite:

Perspectiva dos puntos de fuga - Rosenborg Slot

 

Te animo a que cojas tus propias fotos de edificios y las analices para intentar trazar sus puntos de fuga, y hacerte una idea de dónde estarían situados los puntos de fuga del propio edificio (suponiendo que es una caja con planos perpendiculares entre sí) y dónde estarían los puntos de fuga de otros objetos de la escena.

 

Composiciones basadas en 3 puntos de fuga

En este tipo de composiciones el plano del cuadro está desalineado con todas las líneas que delimitan la forma del objeto, con todas sus ‘dimensiones’ o aristas por decirlo de alguna forma.

Todas las líneas principales del objeto fugan en la perspectiva resultante.

En este ejemplo vemos la  Catedral de Ribe, en Dinamarca

Está en una plaza relativamente pequeña y para conseguir el encuadre es necesario inclinar el plano del sensor (apuntar un poco hacia arriba)

Composición a tres puntos de fuga - Catedral de Ribe

 

Como vemos, las líneas verticales del edificio ya no aparecen verticales en la perspectiva: fugan hacia un punto situado en la vertical (en este caso en la parte superior porque inclinamos el sensor hacia arriba).

Es muy importante entender que esa ‘deformación’ es un efecto de la perspectiva, de la proyección rectilínea, no tiene nada que ver con que el objetivo sea un angular y no tiene que ver con las posibles distorsiones (aberración geométrica) que pudiera introducir.

Si hiciéramos la misma foto con una cámara oscura (estenopeica), que no usa ningún tipo de lentes y que no puede generar aberraciones geométricas, obtendríamos exactamente el mismo resultado.

En el trazado de rectas principales para la perspectiva anterior podemos intuir la posición de los diferentes puntos de fuga (del edificio principal) y también nos da una idea de la altura y situación del punto de vista.

Composición a tres puntos de fuga - Catedral de Ribe

Vamos a ver otro ejemplo de composición a tres puntos de fuga, en este caso es una foto del Castillo de Kolding (Koldinghus), Dinamarca:

 

Composición a tres puntos de fuga - Castillo de Kolding

 

Es una perspectiva más exagerada (vista de hormiga) porque el punto de vista está situado casi por debajo de la base del edificio (el edificio está situado en una loma y ésta es la parte más baja del sendero que rodea al castillo)

 

Composición a tres puntos de fuga - Castillo de Kolding

 

Como digo, te animo que analices tus propias fotos de edificios (o que contengan objetos geométricos simples para que te sea más sencillo) para hacer el trazado de las líneas de fuga y ver que la perspectiva no es algo mágico, ni etéreo, ni complejo.

Analizando tus imágenes vas a poder intuir por ejemplo cómo estaba colocado el plano del sensor con respecto a la vertical y dónde estaba aproximadamente el punto de vista (tu cámara)

Y cuando estés en situaciones similares vas a tener presente en el momento de hacer la composición cómo afecta, al menos de forma intuitiva, la posición del punto de vista (distancia) y la inclinación del plano del sensor con respecto al objeto de interés.

En el siguiente capítulo veremos cómo se podrían evitar esas líneas de fuga verticales al fotografiar edificios.

 

Fotografía de arquitectura y puntos de fuga

A modo de resumen del capítulo, vamos a tomar como ejemplo la fotografía de arquitectura, porque es donde creo que se ve más claro cómo afecta la elección del punto de vista y otros aspectos relacionados con la perspectiva.

En arquitectura y fotografía inmobiliaria es muy importante transmitir una cierta sensación de solidez en la construcción: paredes verticales, líneas rectas, proporciones…

Un porcentaje muy alto de las fotos de arquitectura (al menos en interior) son composiciones basadas en un punto de fuga y dos puntos de fuga.

Recuerda que cuando hablamos de puntos de fuga en este contexto (1, 2, 3 puntos de fuga) es siempre con respecto a un determinado objeto de la escena, por ejemplo con respecto a una pared (plano) o una esquina (arista).

 

Un punto de fuga

En fotografía de interiores (por ejemplo para inmobiliaria) se suele buscar mucho la composición con un único punto de fuga principal.

Se elije una pared de la estancia como referencia, de tal forma que el plano del cuadro (o lo que es lo mismo, el plano del sensor) tiene que estar perfectamente alineado con la pared, los dos planos tienen que ser paralelos.

Las líneas horizontales de la pared seguirán siendo horizontales en la imagen. Y lo mismo ocurre con las verticales.

Es decir, en esa pared y en todos los planos paralelos a la misma conservaremos perfectamente las proporciones entre sus elementos y conservaremos los ángulos relativos.

Las composiciones con un punto de vista tienden a ser bastante estáticas y transmiten una sensación de veracidad, ya que mantienen las proporciones del elemento de interés.

En este tipo de fotografías se intenta buscar la ‘perfección’, en el sentido de que las líneas horizontales tienen que aparecer horizontales y las líneas verticales tienen que aparecer verticales en la imagen final.

Es muy importante alinear bien el sensor con la pared de referencia.

Es casi imprescindible el uso de un buen trípode y algún sistema que permita nivelar correctamente la cámara.

Si no se consigue alinear perfectamente el sensor en el momento de la toma (no es sencillo) se tendría que intentar ajustar en edición con alguna herramienta de corrección de perspectiva.

En estancias muy pequeñas no siempre son posibles las composiciones a un punto de fuga. A veces no hay espacio físico para conseguir un encuadre adecuado y en muchos casos una composición a dos puntos de fuga ofrece la información necesaria.

 

Dos puntos de fuga

Para dar más dinamismo y también información sobre la distribución de espacios y elementos se suelen usar las composiciones con dos puntos de fuga.

El sensor sigue estando perpendicular al suelo, pero ahora buscamos una composición que incluya dos o más paredes.

En este caso, todas las líneas horizontales de la escena van a fugar.

Las líneas verticales siguen siendo verticales en la perspectiva, para dar esa sensación de solidez, de que la imagen está mostrando un espacio real, bien construido.

La parte de nivelado del sensor sigue siendo muy importante, pero no es tan crítica como en el caso de las composiciones con un punto de fuga.

 

Altura del punto de vista

La altura del punto de vista también va a afectar a la importancia relativa de cada espacio de la escena.

Por ejemplo, un punto de vista bajo (más cerca del suelo) va a dar más protagonismo al suelo, con respecto al techo.

Un punto de vista muy alto dará más protagonismo a la parte del techo.

En muchos casos se elige un punto de vista situado justo a mitad de altura (entre suelo y techo).

Pero, aunque intervienen cuestiones de perspectiva, en la mayoría de los casos es un tema de composición y va a depender mucho de la estructura de la estancia y los elementos que contiene.

En este tipo de fotografía, el trípode es el mejor amigo del fotógrafo.

 

Tres puntos de fuga

Y finalmente estarían las composiciones en las que el sensor deja de estar en posición perpendicular a uno de los planos (el suelo), que serían un poco más artísticas, para dar otros puntos de vista un poco más originales y mostrar ciertos detalles aislados.

En estos casos, ninguna de las líneas paralelas a las ‘dimensiones’ (alto, ancho y profundo) aparecerá paralela en la imagen.

Todas fugarán hacia los puntos de fuga que correspondan en función del punto de vista elegido.

 

Siguiente artículo de la serie:

 

Capítulo inicial sobre la Perspectiva en fotografía.

Todos los artículos de la serie sobre perspectiva en fotografía