Auriculares recomendados para grabación y edición de audio

¿Por qué son tan importantes los auriculares? ¿Son todos los auriculares iguales? ¿Qué criterios seguiría para elegir unos buenos auriculares para monitorización y edición de audio?

 

Auriculares y gestión de sonido

 

Voy a tratar de responder todas esas cuestiones.

Simplemente recordarte que este artículo forma parte de la serie sobre audio, donde vemos cómo mejorar la grabación y gestión de sonido.

 

¿Qué aportan los auriculares y por qué son importantes?

Para entenderlo bien vamos a ver primero un caso ideal de grabación de audio en estudio.

 

Estudio de grabación profesional

En esa situación ideal tenemos por un lado la sala de grabación, que es un recinto con acondicionamiento acústico específico para grabación, y por otro lado tenemos la sala de control, también tratada acústicamente, pero en este caso para favorecer la monitorización, la edición, mezcla, etc.  (todas estas fases y flujo de trabajo lo vamos a resumir nosotros en la palabra edición de audio por simplificar).

El concepto más importante en esa situación ideal es la acústica.

La sala, la acústica de la sala, modula todo el sonido. Tanto en la parte de grabación como en la parte de escucha y edición.

En la parte de escucha hay que tener en cuenta también por supuesto el comportamiento de los altavoces (monitores en el caso de los estudios).

Por muy buenos que sean los micrófonos, la electrónica de audio y los monitores de reproducción del sonido…  Si la acústica es mala en la sala de grabación o en la sala de reproducción, el sonido final no tendrá nada que ver con el original.

Es decir, por resumir, vamos a intentar entenderlo con el siguiente esquema:

 

Auriculares y gestión de sonido

 

Tenemos la fuente de sonido, una voz por ejemplo. Ese sonido sería nuestra referencia: contiene toda la información y los matices  (en este contexto, con información me refiero a todas las características de esa voz desde el punto de vista del sonido, no al contenido del mensaje)

El sonido llega al micrófono, pero también llega una parte que corresponde a la sala de grabación (la acústica).

Podemos imaginar la sala de grabación, el recinto, como una especie de caja negra que modifica el sonido original y le añade ‘color’, una especie de filtro.

El sonido es captado por el micrófono, que también añade su propio color.

A partir de ahí vendrá el tratamiento de la señal eléctrica primero (preamplificadores y filtros analógicos) y de la señal digital después. Este proceso añade su propio color a la señal de audio.

Al final de la cadena vendría el proceso de reproducción: transformar la señal de audio en sonido.

Los monitores o altavoces tienen, como es lógico, un determinado comportamiento físico que influye en cómo se va a reproducir el sonido.

Y ese sonido pasa al recinto, donde vuelve a ser modificado (coloreado) por la acústica.

Finalmente llega a nuestros oídos (que también tienen su comportamiento físico, más el tema de la percepción de cada persona, etc. pero no vamos a entrar ahí para no volvernos locos).

Recuerda que cuando hablamos de color en audio nos referimos a cómo cambian los matices del sonido final con respecto al original. Es una especie de analogía, porque los humanos entendemos mejor la parte visual.

En un estudio de grabación profesional se intentan tener controlados todos los elementos de esa cadena o flujo de información.

 

Home studio / estudio de grabación en casa

Cuando grabamos en casa el principal cuello de botella será generalmente la acústica.

Repito esta frase para que se nos quede grabada a fuego:

Por muy buenos que sean los micrófonos, la electrónica de audio y los monitores de reproducción del sonido…  Si la acústica es mala en la sala de grabación o en la sala de reproducción, el sonido final no tendrá nada que ver con el de la fuente de sonido original.

Podemos intentar hacer un tratamiento acústico de la sala, pero ten presente que esto no consiste en empapelar la habitación con espuma o colocar cuatro paneles absorbentes para que quede más ‘profesional‘.

Aquí tienes información sobre acústica y el tratamiento acústico. Te recomiendo leerlo, porque al menos te dará una idea global de los fenómenos físicos que tienen lugar en una sala. Y te dará un poco de criterio para no tirar el dinero en accesorios que no valen para nada.

Vamos a suponer que trabajamos en una sala con una acústica regular (ni pésima, ni excelente).

En la parte de grabación podemos intentar limitar los efectos de la acústica colocando el micrófono a la distancia óptima de la fuente de sonido, buscando la posición y orientación del micrófono en función de su patrón de captación, eligiendo el micrófono adecuado (por ejemplo un micrófono dinámico si la acústica no es muy buena), etc.

¿Cómo sabemos que lo que hemos grabado se ha grabado con calidad suficiente?

Y si hemos hecho cambios en el audio en edición, ¿cómo sabemos que el audio que hemos editado se escucha como nosotros queremos?

Aquí entramos en lo que sería una especie de efecto Juan Palomo (el Rey Palomo de Quevedo: ‘Yo me soy el Rey Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como‘)

La sala en la que editamos y el equipo con el que reproducimos el sonido para editar (altavoces / monitores) nos van a dar una referencia sesgada:

  • Si usamos altavoces, el sonido va a estar modulado por el comportamiento de esos altavoces: su respuesta en frecuencia y su comportamiento dinámico (que tiene que ver con la construcción, materiales, inercias de los elementos móviles, etc.)
  • Si usamos altavoces, el sonido va a estar modulado por la sala, por su acústica.
  • Y se va a añadir todo el sonido ambiente del lugar, que nos va a impedir apreciar los matices y los pequeños defectos

 

Y como tenemos una referencia sesgada, todos los ajustes que hagamos en el audio van a estar igualmente sesgados.

El sonido acabará sonando bien para nosotros, sí, pero es perfectamente posible que no suene bien para otras personas, que van a reproducir ese audio en equipos y entornos diferentes.

 

Entonces, ¿por qué son importantes los auriculares?

En primer lugar porque eliminamos de la ecuación el comportamiento de la sala, su acústica.

En segundo lugar, porque aislamos parte de los sonidos del entorno y eso nos va a permitir apreciar más matices del sonido que escuchamos a través de los auriculares.

 

Auriculares para eliminar acústica y ruido ambiente

 

Estos puntos aplicarían a cualquiera de las situaciones típicas: edición de la grabación de un podcast, emisión en directo / streaming  y edición del audio de un vídeo.

Los auriculares son imprescindibles también para monitorizar durante la grabación si grabamos y monitorizamos en la misma sala.

Si utilizamos altavoces (monitores) cuando nos grabamos a nosotros mismos, en la misma sala, el micrófono captará también ese sonido y se producirán acoples, ecos y otros tipos de efectos no deseados.

También es fundamental otra cuestión que veremos a continuación…

 

¿Son todos los auriculares iguales?

No.

Como ocurre con los altavoces, cada modelo de auriculares tendrá su propio comportamiento.

El comportamiento lo vamos a resumir en su respuesta en frecuencia.

Hay otros efectos, pero ya habría que entrar en matices muy sutiles, más difíciles de percibir, y quedan fuera del contexto de este artículo.

La mayoría de los auriculares del mercado están pensados, diseñados y construidos para ofrecer una buena experiencia de uso. Están pensados para consumir sonido. Para un usuario tipo que simplemente quiere conectar los auriculares y que reproduzcan de una forma agradable la música, la voz cantada, la voz hablada…

Por ejemplo, muchos de los auriculares potencian los graves para compensar las limitaciones físicas del diafragma, suben un poco las altas frecuencias para dar un poco de brillo y a veces reducen los medios para conseguir una curva en V bastante típica en muchos modelos.

Podríamos decir que en general ofrecen un sonido cocinado, que resulta más placentero en muchos estilos musicales.

 

Por su parte, los auriculares pensados para edición de audio siguen otro criterio:  ser transparentes en la medida de lo posible .

Los monitores de estudio y los auriculares para edición de audio intentan tener una respuesta en frecuencia muy plana, o al menos (ya que es físicamente imposible conseguir eso) una respuesta en frecuencia equilibrada, que no destaque en exceso unas frecuencias sobre otras.

Siguiendo la analogía del color, diríamos que este tipo de auriculares intentan colorear lo menos posible el sonido.

Como digo, es físicamente imposible conseguir eso, pero digamos que es una respuesta en frecuencia mucho más plana y más transparente que la que ofrecen unos auriculares comerciales pensados para escuchar música.

Tenemos que pensar en estos auriculares como en aparatos de medida: nos van a dar una referencia.

Esa referencia no es universal, no es absoluta, ojo.

Pero sí es una referencia mucho menos sesgada, que nos va a permitir:

  • Comparar nuestro audio de una forma fiable con otros audios que sabemos que han tenido una producción profesional (lo que se suele conocer como tracks de referencia)
  • Garantizar que nuestro audio tiene al menos unos criterios de calidad aceptables

 

Recuerda que los monitores de estudio y los auriculares para edición de audio no están pensados para consumo (aunque se pueden usar perfectamente, ya que somos nosotros los que tenemos el control y podemos ecualizar el sonido que enviamos a los auriculares: lo podemos cocinar nosotros a nuestro gusto).

El sonido en este tipo de auriculares suele ser más plano, más ‘soso’ en los graves y como consecuencia de ello, quizás notemos más las altas frecuencias y nos resulten algo molestas.

 

¿Es necesario comprar unos auriculares especializados?

Como respondería un ingeniero al 99% de las preguntas: depende.

Para las aplicaciones que estamos viendo en esta serie sobre audio, es decir, una gestión básica de audio, que corresponde normalmente a voz hablada, no serían estrictamente necesarios unos auriculares especializados.

Con unos auriculares medianamente decentes que tengamos en casa ya podríamos trabajar con ciertas ventajas:

  • Vamos a aislar la acústica de la sala
  • Vamos a aislarnos de los sonidos del entorno
  • Vamos a ser capaces de percibir muchos más matices del sonido

 

En muchos casos, con eso ya tendríamos suficiente para detectar por ejemplo algunos tipos de ruido electrónico (hiss, hum, etc.) que se nos hayan colado en la grabación.

También vamos a ser capaces de percibir ruidos (sonidos) del entorno que haya captado el micrófono: el motor de una nevera, del aire acondicionado, el vecino dando golpes…

 

Pero vamos a seguir teniendo una referencia sesgada en cuanto a la ecualización de nuestro audio, ya que esos auriculares están añadiendo probablemente bastante color (están cocinando el audio para que suene mejor en nuestros oídos)

 

Un ejemplo típico:

Imagina que estoy editando un vídeo o un podcast que acabo de grabar.

Y decido usar los primeros auriculares que encuentro a mano, por ejemplo los que uso con el móvil.

Al reproducir en edición (con esos auriculares) noto que en la grabación mi voz suena muy grave, y además la percibo sin brillo, sin detalle en altas frecuencias.

Por lo tanto ecualizo el audio para compensar: bajo en la zona de los graves y subo un poco en la zona de los agudos.

Ahora ya tengo un sonido que me gusta.

Perfecto. Decido publicar el contenido.

Pero luego me da por revisar el contenido publicado, desde los altavoces de la TV del salón, y resulta que suena totalmente diferente, muy apagado en los graves.

Y veo que hay comentarios de usuarios que dicen que es muy molesto el sonido de las eses…

Y otros usuarios comentan que escuchan un ruido molesto (hiss por ejemplo, ruido electrónico, que mis auriculares no han sido capaces de mostrarme)

 

Es un ejemplo típico del efecto Juan Palomo.

Es decir, los auriculares me han dado una referencia que no es válida, y he tomado decisiones erróneas en edición basándome en esa referencia.

Y el problema es que para el siguiente capítulo del podcast o para el siguiente vídeo quizás use otros auriculares, con lo que tendré otra referencia y tomaré otras decisiones.

Mis publicaciones tendrán un audio que no tiene una buena referencia, que incluye posiblemente defectos (ruidos por ejemplo, que no detecto) y que no es consistente, en cada capítulo suena diferente.

 

Que no cunda el pánico, porque todo esto no suele ser tan crítico en el caso de grabación de voz hablada,  ni suele ser crítico para los usos típicos que estamos viendo en esta serie sobre audio: podcast, vídeo, directos…

En general no vamos a hacer una edición salvaje del audio.

Y no necesitamos los criterios de calidad de una producción musical profesional.

Pero cuesta muy poco hacer las cosas medianamente bien.

Con medios relativamente modestos y poniendo de nuestra parte podemos obtener un audio con unos estándares de calidad muy altos.

 

Referencia de niveles de audio

Esto es algo muy importante.

La referencia de los niveles de audio (si tu audio va a sonar muy alto o muy bajo) nunca, nunca, nunca, nunca te la van a dar los auriculares o los altavoces.

La referencia de niveles en audio digital te la da un medidor de pico y un medidor o módulo de gestión de LUFS (Loudness Unit Full Scale), que son ayudas visuales o numéricas que están integradas en la mayoría de programas de edición de audio y en la mayoría de editores de vídeo.

Nunca tomes como referencia el volumen de sonido tal como lo escuchas con tu equipo.

Aquí tienes una explicación más detallada y muy sencilla de cómo hay que gestionar los niveles de audio tanto en grabación como para la publicación del contenido.

 

La importancia de tener referencias fiables

Hablo todo el tiempo de tener una referencia.

En el caso de los niveles de audio está muy claro. Si has leído ese artículo que comentaba en el apartado anterior lo entenderás perfectamente.

Lo mismo ocurre con la ‘calidad‘ del audio.

El término ‘calidad’ lo pongo entre comillas porque engloba muchos matices, y la mayoría de ellos son subjetivos.

Pero nos vamos a quedar sobre todo con la calidad técnica:

  • Que sea un sonido lo más limpio posible, sin ruidos electrónicos ni ruidos externos no deseados.
  • En el caso de la voz hablada es muy importante que se entienda perfectamente, que no haya por ejemplo mucha reverberación en la sala de grabación o cualquier otro problema con la acústica que degrade esa nitidez.
  • Intentar evitar sonidos molestos: pops, sibilantes (eses) muy evidentes, etc.
  • Ecualización, sobre todo el balance entre graves y agudos con respecto a los medios. Todo esto depende a su vez del tipo de voz, etc.

 

Hay que tener en cuenta (como ocurre con los niveles de audio) que luego cada usuario va a escuchar el sonido en unos determinados equipos, cada uno de su padre y de su madre, en ambientes de todo tipo (el salón de casa, en el coche…)

Es decir, no puedes controlar cómo van a escuchar tu sonido.

Pero sí puedes intentar ofrecer de partida el mejor sonido posible.

Imagina por ejemplo que tu audio tiene una calidad técnica de 60 puntos sobre 100…

Habrá un porcentaje importante de usuarios que van a detectar esos defectos al reproducir el sonido y que les puede resultar molesto.

Si tu audio tiene una calidad técnica de 90 puntos sobre 100…

La mayor parte de usuarios va a percibir un sonido perfecto, sin distracciones ni defectos molestos. En voz hablada no tienes que buscar estándares de producción musical, ni las personas que lo escuchan van a buscar esos estándares. Simplemente quieren entender la voz, sin distracciones y sin sonidos molestos.

Los auriculares nos permiten detectar ese tipo de defectos, que de otra forma quedarían totalmente enmascarados (por ejemplo si reproducimos con altavoces en una sala sin tratamiento acústico y con el sonido ambiente típico de un entorno residencial)

 

Criterios para elegir unos auriculares

Para los casos típicos que hemos comentado (voz hablada para podcast, vídeo, directos….) no hace falta comprar auriculares específicos para edición de audio. Aunque sí es recomendable.

Si decides usar unos auriculares genéricos:

  • La mayoría de los auriculares de marcas conocidas ofrecen una calidad de reproducción decente.
  • Da más o menos igual el tipo: intraurales (de botón, in-ear), supraurales (de diadema, no cubren  toda la oreja, on-ear), circumaurales (de diadema, cubren toda la oreja, over-ear)
  • Usa preferiblemente auriculares con cable.
    Los auriculares bluetooth, a igualdad de gama suelen ofrecer una calidad de reproducción un poco más pobre.
  • Utiliza siempre el mismo modelo.
    Editando siempre con un mismo modelo vas a poder ‘calibrar’ tus oídos y vas a tener una idea intuitiva del comportamiento de esos auriculares.
  • Utiliza referencias externas (tracks de referencia), por ejemplo puedes escuchar con esos mismos auriculares algún podcast o vídeos en los que aparezcan voces similares a la tuya, y que sabes que tienen un producción de sonido profesional. Esto te va a ayudar en ese proceso de calibrar tus oídos para esos auriculares concretos.

 

Dicho esto…

Lo ideal, si te lo puedes permitir, es usar unos auriculares más orientados a edición y mezcla de audio, ya que nos van a facilitar la tarea y nos van a dar una referencia más fiable o más fácil de interpretar.

Algunos criterios o decisiones:

 

¿Circumaurales, supraurales, intraurales?

Los auriculares circumaurales ofrecen un mejor aislamiento del sonido ambiente.

También incluyen diafragmas (transductores) más grandes, que facilitan la reproducción de graves, aunque la tecnología ha evolucionado mucho, sobre todo en auriculares pequeños tipo intraural (in-ear) y creo que en la actualidad no sería un criterio tan decisivo.

En general mi primera opción serían unos circumaurales.

Hay circunstancias en las que no nos va bien llevar unos auriculares grandes, por ejemplo si vamos a tener que editar en lugares muy diferentes (viajes, etc.). En esos casos prefiero unos intraurales (in-ear / de botón) decentes.

Porque creo que la característica más apreciada en estos casos es que nos aislen bien del sonido ambiente.

Los supraurales por regla general no nos van a aislar bien del exterior, así que serían los últimos de mi lista de favoritos (hablando siempre de este uso en concreto:  monitorización y edición de audio)

 

¿Circumaurales abiertos o cerrados?

Los circumaruales cerrados son los de toda la vida.

El diafragma está en el interior de una cavidad cerrada, y una vez colocados en las orejas se convierten en un recinto prácticamente hermético desde el punto de vista del sonido.

La principal ventaja es que nos aislan muy bien del sonido ambiente exterior.

 

Los circumaurales abiertos, a igualdad de gama, características, etc. generan un sonido más ‘limpio’ porque evitan algunos efectos secundarios relacionados con resonancias que pueden aparecer en un espacio cerrado.

Son un poco más cómodos. La oreja ‘respira’ y eso lo notaríamos en sesiones largas.

Para disfrutar de la música creo que son geniales.

Pero no aislan tan bien el sonido ambiente exterior, así que todas esas ventajas técnicas se pierden si no los usamos en un entorno muy silencioso.

Y además hay que tener en cuenta que el sonido ‘escapa’ a través de los auriculares, así que no nos valdrían (o habría que tener mucho cuidado) para monitorización de la grabación si la hacemos en la misma sala. Es decir, el sonido que escapa de los auriculares lo podría captar el micrófono.

 

Yo personalmente elegiría unos circumaurales cerrados.

Son más versátiles y en la mayoría de los casos vamos a tener que editar nuestros audios en entornos que no son tan silenciosos, con lo que perderíamos esos matices y esas ventajas que aportan los abiertos.

 

Impedancia y sensibilidad de los auriculares

Aquí entramos en detalles técnicos.

La sensibilidad nos habla del nivel de señal necesario para conseguir una determinada presión sonora (volumen de sonido)

Si los auriculares tienen una sensibilidad muy baja, el equipo que los alimenta (interfaz de audio, tarjeta de sonido del ordenador, móvil, tablet…) necesitará un amplificador de salida de mayor potencia para conseguir un volumen dado.

La mayoría de los auriculares del mercado están en un rango de sensibilidad media / alta, y pueden funcionar perfectamente con todos tus dispositivos.

Los datos de sensibilidad que proporcionan los fabricantes no suelen ser una referencia fiable. No porque incluyan datos falsos o erróneos, sino porque dependen del proceso de medida (la metodología) y de las unidades.

En muchas hojas de características ni siquiera se incluyen las unidades, con lo que si te dicen que unos auriculares tienen una sensibilidad de 96 dB no te están diciendo nada.

La sensibilidad se suele indicar en dB SPL / V o dB SPL / mW

Decibelios referidos a SPL (sound pressure level) nos da una medida de presión sonora, de volumen de sonido.

La mayoría de las veces la sensibilidad simplemente aparecerá como dB/V o dB/mW

En el primer caso nos da una idea del nivel sonoro que producen los auriculares por cada voltio aplicado a su entrada (1V RMS)

En el segundo caso nos da una idea del nivel sonoro en función de la potencia entregada a los auriculares, expresada en milivatios.

 

Para que te hagas una idea, la mayoría de los auriculares están por encima de los 110dB /V, que correspondería a unos 95 dB/mW para auriculares con impedancias del orden de 32 ohmios.

Ese tipo de auriculares los podemos usar con todos los dispositivos y nos van a proporcionar un volumen más que suficiente (a menos que tengas necesidad de destrozar tus tímpanos)

Ten en cuenta que es una escala logarítmica, cambios pequeños en la escala implican cambios grandes en la percepción de volumen.

Por ejemplo, el rango de 100-105 dB / V se considerarían ya auriculares con poca sensibilidad, que necesitarán probablemente una etapa de amplificación con mayor potencia.

Y por ejemplo también puedes encontrar auriculares de muy alta sensibilidad, por encima de los 120dB / V, que pueden funcionar igualmente con cualquier equipo. Pero pueden tener el problema de que en algunos dispositivos hay que bajar tanto el volumen que se podría llegar a notar el nivel de ruido electrónico del propio dispositivo.

Mi recomendación, para el uso y el contexto que comentamos aquí en este artículo, sería elegir auriculares en ese rango de los 110-115 dB SPL/V

 

La impedancia por su parte es un dato simplemente técnico, que en principio no nos va a aportar gran cosa (en la inmensa mayoría de los casos puedes ignorar este dato).

La impedancia relaciona el voltaje con la potencia. Para conseguir una misma potencia (que podríamos interpretar como volumen de sonido), necesitaremos aplicar una amplitud mayor (más voltaje) cuanto mayor sea la impedancia.

La impedancia puede limitar un poco el volumen máximo de sonido que proporcionan los auriculares en determinados dispositivos (móviles por ejemplo)

Esto depende muchísimo de la tecnología que utilicen los auriculares, sensibilidad, etc. Pero como regla general, auriculares por debajo de unos 80-100 Ω (ohmios) van a funcionar sin problemas con prácticamente cualquier dispositivo, con un volumen de sonido razonable.

Auriculares con impedancias mayores: 250Ω, 600Ω… están pensados para equipos profesionales o equipos de alta fidelidad.

No hay una correlación directa entre impedancia y calidad de sonido, pero lógicamente la combinación de auriculares de gama alta (con alta impedancia), en equipos de gama alta… por lo general va a proporcionar un sonido más fiel, con más matices.

 

Percepción y subjetividad

Describir el comportamiento de unos auriculares (las sensaciones que transmite, detalles y matices que podemos percibir) es imposible.

Si pides a 100 personas que describan cómo perciben una determinada música o un sonido con un determinado modelo de auriculares: tendrás 100 versiones diferentes, aunque habrá rasgos comunes.

Cada persona percibe el sonido de una forma diferente.

No sólo por cuestiones fisiológicas relacionadas con los oídos, edad, etc. sino también por cómo el cerebro percibe e interpreta los sonidos.

Además, el oído (realmente el cerebro) se puede entrenar para captar más matices y detalles.

Y por otra parte el oído (realmente el cerebro) se acostumbra rápidamente y se acomoda a la situación: auriculares, tipo de sonido, volumen, estilo de música, etc.

Nosotros no buscamos aquí los auriculares ideales para un tipo de música o que casan mejor con la forma de percibir el sonido de cada uno.

Buscamos lo más parecido a un aparato de medida, una herramienta, que nos dé una referencia más o menos fiable, que nos permita tomar decisiones acertadas en el proceso de monitorización (grabación / emisión en directo) y de edición.

Si ves comparativas o recomendaciones sobre auriculares, intenta siempre descontar la parte que podría ser subjetiva, la parte relacionada con la percepción y con los gustos personales de la persona que está haciendo la recomendación.

Como siempre digo, huye de las opiniones situadas en los extremos: esto es lo mejor del mundo, esto es lo peor del mundo. No te van a aportar nada.

 

Auriculares recomendados para edición de sonido

Además de los criterios que hemos visto en el apartado anterior, mi recomendación es que elijas algún modelo conocido.

Hay una serie de auriculares con muy buena relación calidad precio, que podríamos decir que son en sí mismos una especie de estándar o de referencia.

Todos estos modelos vas a poder utilizarlos en prácticamente todos los dispositivos: interfaz de audio, ordenador, móvil…

Pero dependiendo del conector del dispositivo es posible que tengas que buscar algún adaptador. El conector típico de este tipo de auriculares suele ser el jack 3.5mm TRS (muchos modelos incluyen el adaptador a jack de 1/4 de pulgada). Para algunos móviles será necesario usar un adaptador TRS a TRRS.

Aquí tienes más información sobre conectores y cables de audio.

Al igual que ocurre con los micrófonos, en el caso de los auriculares la calidad normalmente está correlacionada con el precio. Pero a partir de un mínimo de calidad, el incremento en prestaciones es normalmente muy sutil, y probablemente esos matices sólo los notaría alguien con el oído entrenado y con mucha experiencia.

Desde mi punto de vista, no vale la pena comprar unos auriculares de 500 euros si no tienes experiencia previa, ni un oído entrenado, porque no te van a aportar nada diferente a lo que te aportarían unos auriculares decentes más baratos.

Todos estos auriculares que voy a recomendar se utilizan en entornos de producción profesional, no son juguetes.

 

Audio Technica M40x

En caso de duda, personalmente me parece una apuesta segura.

Muy buena relación calidad precio.

La respuesta en frecuencia es bastante neutra, incluso un poco más plana que la de sus hermanos mayores, los M50x.

Es una respuesta en frecuencia con un poco de realce de graves y un poco en la zona de alta frecuencia, mientras que los medios quedan un poco por debajo, pero de una forma bastante equilibrada.

Esto hace que sean muy útiles como herramienta, pero también son unos auriculares que se pueden usar perfectamente para consumir música y cualquier tipo de contenidos.

Se pueden plegar y ocupan muy poco. El cable se puede quitar y además la caja incluye varios cables de diferente forma y longitud.

Son bastante cómodos, aunque con las almohadillas que trae por defecto pueden dar bastante calor en verano y se sienten un poco justas si tienes orejas grandes (yo por ejemplo les cambié las almohadillas por unas genéricas cubiertas con tela y con el diámetro interior un poco más grande).

 

 

Sony MDR 7506

Si hubiera algún estándar universal en auriculares, serían los Sony MDR 7506.

Son probablemente los auriculares más utilizados de la historia en estudios de grabación, en radio, en grabaciones de campo…

También se pueden plegar y ocupan muy poco en modo de transporte, aunque no se les puede quitar el cable.

La principal característica de estos auriculares es su respuesta en frecuencia.

Es una respuesta bastante plana en todo el rango de graves y medios, pero tiene un realce importante en la zona de alta frecuencia. Entre 2KHz y 10KHz podríamos decir que es un realce algo exagerado.

Eso hace que se perciban con claridad todos los matices y todos los defectos del audio que reproducimos.

Es decir, cualquier ruido electrónico, cualquier ruido ambiente no deseado, plosivas exageradas, eses exageradas… Cualquiera de esos problemas saltará como una alarma en el MDR 7506.

Pero por ese mismo motivo no son los más recomendados quizás para consumir música durante horas.

Si no ajustamos un poco con ecualización va a sonar todo con mucho brillo, y posiblemente acabaría cansando, esa prevalencia de agudos fatiga un poco.

Mi criterio de decisión sería:

Hay que pensar en ellos como en una herramienta. Si los vas a usar sobre todo para monitorizar y editar audio, me parecen una opción excelente, te van a facilitar mucho la tarea de detectar defectos en el audio.

Pero si buscas unos auriculares para usarlos también para escuchar música, contenido multimedia o como auriculares para todo uso, yo quizás elegiría otro modelo más ‘neutro’.

 

 

 

Beyerdynamic DT 770 (versión 32 ohm / 80  ohm)

Es también un estándar en el mundo del sonido profesional.

Tienen una respuesta muy muy plana en todo el rango de graves y medios. Más plana incluso que los MDR 7506.

Y también tienen realce en la zona de alta frecuencia, pero no de forma sostenida como los MDR 7506 (máximo en la zona de los 2KHz), sino de una forma más suave o incremental con el máximo alrededor de 10KHz.

Ofrecen mucha claridad y permiten detectar todos los matices del sonido.

Como auriculares para consumo de música, la respuesta en alta frecuencia hace que cansen menos esos sonidos tan brillantes, con respecto al MDR 7506.

Son muy muy cómodos, aunque algo grandes.

Y no se les puede quitar el cable.

En cualquier caso, personalmente me parecen en general de las mejores opciones en esta gama, y los recomiendo sin dudar lo más mínimo.

Importante: los DT 770 se distribuyen en varias versiones, que varían según su impedancia nominal (32, 80, 250). Yo recomendaría elegir la versión de 32Ω o la de 80Ω. Con la de 32 tendrías la máxima compatibilidad con todos los dispositivos, incluyendo móviles. Con la versión de 80Ω no deberías tener tampoco ningún problema. Yo quizás elegiría los de 80Ω. Si no estás seguro de en qué tipo de dispositivos los vas a usar o tienes previsto usarlos con móviles puedes elegir los de 32Ω. La diferencia en el sonido que reproducen unas versiones y otras no la vas a notar, la podría notar alguien con el oído muy educado y con los auriculares conectados a un equipo de sonido profesional de alta gama.

 

 

Audio Technica M50x

Todo lo que comenté sobre los M40x aplicaría más o menos a los M50x, que serían una gama un poco superior.

A efectos prácticos, mi resumen sería que los M50x ofrecen una reproducción un poco más agradable, más divertida.

Realzan un poco más los graves y las altas frecuencias (su respuesta en frecuencia tiene más esa forma de V, que le da un poco más de fuerza a la música)

Estarían un poco más orientados a consumir música y contenidos. No tanto a edición.

Si los vas a usar exclusivamente para edición, en el mismo rango de precios yo personalmente creo que elegiría los Beyerdynamic DT 770.

Entre los M50x y los M40x, para edición creo que prefiero los M40x.

Los he incluido en esta lista porque son también muy populares, y son buenos auriculares, pero no serían mi primera elección.

 

 

Sennheiser HD 280 Pro mark II

El Sennheiser HD 280 Pro es un modelo muy conocido y que ha sido muy usado en entorno profesional. Voy a hablar sobre todo de la versión II, que es básicamente idéntica al modelo original en la parte de construcción y características, pero creo que mejora un poco en la parte de reproducción de sonido.

La parte de la diadema es un poco aparatosa (no va tan pegada a la cabeza), pero son muy cómodos y aislan mucho del sonido ambiente.

El cable va incorporado a los auriculares, no se puede quitar.

La reproducción de sonido diría que es parecida a la de los M40x.

En la versión mark II, la respuesta en frecuencia es bastante plana en el rango de las bajas y medias frecuencias, prácticamente hasta los 5KHz.

Tiene algo de realce en los graves y un pequeño realce en la zona de los 6KHz. A partir de esa frecuencia se produce una atenuación sostenida hasta los 20KHz.

En la versión original del HD 280 Pro creo que se notaba un poco más la zona de graves y más variabilidad en la respuesta en esa zona de los 6-7 KHz.

Perdemos un poco de detalle en esa zona de más alta frecuencia, por ejemplo si comparamos con los otros modelos que he comentado antes (sobre todo el Sony MDR 7506)

No son auriculares pensados para consumir música y contenido multimedia en general. Posiblemente nos van a sonar un poco planos, un poco sosos si no tocamos nada la ecualización.

Pero para lo que nos interesa, detectar defectos y conseguir una edición correcta en voz hablada, los HD 280 Pro (cualquiera de las dos versiones) nos va a dar una referencia bastante buena.

 

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