Grabar sonido en una sala con mala acústica (parte 8)

Algunos consejos y recomendaciones para grabar en una habitación con mala acústica

 

Este artículo forma parte de la serie sobre acústica y tratamiento acústico de una sala.

A lo largo de la serie hemos ido viendo los fenómenos que afectan al sonido en un recinto: reverberación, reflexiones primarias, ecos flotantes y modos propios de una sala (resonancias).

También hemos hablado de la diferencia entre aislamiento y tratamiento acústico: tratamiento acústico no tiene nada que ver con aislamiento acústico.

Y también hemos visto cómo planificar un tratamiento acústico básico en una habitación y un ejemplo de tratamiento acústico con paneles de material absorbente.

Todo eso está muy bien, pero no siempre se puede hacer un tratamiento acústico en una habitación y muy pocas veces se va a poder hacer un buen aislamiento acústico…

¿Qué hacemos entonces?

 

1.- Micrófono cerca de la fuente de sonido

Esta es la regla de oro de la grabación de sonido: siempre que se pueda coloca el micrófono lo más cerca posible de la boca o del instrumento que quieres grabar (respetando la distancia mínima de cada micrófono y, sí, cada instrumento puede tener su propia distancia óptima)

Esto es aplicable siempre, en cualquier situación: si tenemos mala acústica en la sala, si hay ruido ambiente dentro de la propia sala o que llega desde el exterior…

No vamos a mejorar la acústica o el ruido ambiente de forma mágica, pero nos vamos a colocar en una situación mucho más favorable:

 

Posición del micrófono. Relación señal a ruido SNR

 

Las reflexiones primarias van a recorrer una distancia mucho mayor con respecto al sonido directo y llegarán con una diferencia de amplitud mucho mayor.

Y lo mismo ocurre con la reverberación y el ruido ambiente, su intensidad va a ser comparativamente pequeña con respecto al nivel del sonido principal.

Lo que hacemos es mejorar la relación señal a ruido (SNR) del sonido justo antes de convertirlo en señal eléctrica.

 

Hay límites:

  • En muchos micrófonos se produce el ‘efecto de proximidad’, que es un incremento en las frecuencias graves cuando hablamos muy cerca. Cada micrófono es diferente, tendrás que encontrar un compromiso. A partir de unos 8-10 centímetros de separación se suele encontrar un buen equilibrio.
  • En algunas situaciones, por ejemplo en vídeo, cine, etc. no interesa que el micrófono aparezca en el plano. En esos casos hay que buscar de nuevo un equilibrio, pero tratando siempre de que esté lo más cerca posible de la fuente de sonido.

 

 

2.- Usar el patrón direccional del micrófono a nuestro favor

En estudio lo más habitual será usar un micrófono con patrón polar cardioide.

De esta forma eliminamos o atenuamos todas las reflexiones primarias y secundarias que lleguen desde la parte posterior y los laterales del micrófono.

 

Tratamiento acústico de una habitación - Geometría reflexiones

 

Hay que tener cuidado con los micrófonos con patrones más direccionales si están basados en tubos de resonancia, como los shotgun medios y largos.

Este tipo de micrófonos es especialmente sensible con la reverberación y además están pensados para ser usados a cierta distancia de la fuente de sonido.

Por lo tanto en interiores es un poco más delicado su uso, pueden aparecer efectos de filtrado en peine generados por el propio micrófono (ya que la reverberación y las reflexiones en la sala interfieren con su funcionamiento normal).

 

El patrón direccional del micrófono también lo usaremos para limitar o reducir las fuentes de ruido: ventiladores de un ordenador, ventana que da a la calle, aparato de aire acondicionado…

 

 

3.- Micrófonos dinámicos vs micrófonos de condensador

Los micrófonos dinámicos suelen tener una sensibilidad mucho más baja que los micrófonos de condensador.

El principio de funcionamiento de los dinámicos hace que necesiten más presión sonora para mover el diafragma.

Esto nos obliga a usarlos en una posición más cercana (mejor relación señal a ruido) y además rechazan o reducen de forma natural los sonidos muy débiles que corresponden a la reverberación y el ruido ambiental.

Además su respuesta en frecuencia suele ser más limitada en las altas frecuencias: nos quitamos parte de los problemas, aunque la reverberación en alta frecuencia suele ser la más fácil de corregir.

En una habitación con mala acústica es preferible usar un micrófono dinámico porque nos va a facilitar las cosas.

Pero lógicamente va a depender mucho de la distancia entre micrófono y fuente de sonido. Si el micrófono va a estar cerca, un micrófono de condensador puede ser también una buena opción (aunque habrá que tener más cuidado)

 

 

4.- Evita el centro de la sala

En el centro de la sala se suelen acumular los máximos de los modos resonantes y las reflexiones primarias van a llegar todas con una amplitud similar y con un desfase similar.

Los efectos negativos provocados por la acústica de la sala suelen ser más notorios en la zona central.

El peor escenario sería seguramente la zona central de una habitación pequeña y cuadrada (simétrica).

Tampoco interesa colocar el micrófono junto a las paredes, el suelo o el techo. En esas zonas se sitúan los máximos de presión de todas las ondas de sonido, incluyendo las ondas estacionarias de los modos propios.

Además, si estás muy cerca de una pared desnuda las reflexiones desde esa pared serán muy intensas y generarán un filtrado en peine más perceptible.

 

Los modos propios afectan sobre todo a las frecuencias bajas, por debajo de 200-300 Hz si la sala no es extremadamente pequeña.

Si notas algún tipo de distorsión en los graves o un énfasis en esas frecuencias (parecido al efecto de proximidad de un micrófono) prueba a cambiar la posición del micrófono, medio metro a izquierda, derecha, arriba o abajo… para ver si se nota alguna diferencia.

Los patrones de los modos propios (sus máximos y mínimos) ocupan una posición bastante fija dentro del espacio de la habitación. La mayoría de las veces podremos evitar un determinado modo moviendo un poco el micrófono.

 

 

5.- Elige una sala más grande

Las salas pequeñas tienen dos problemas:

  • Las primeras reflexiones (y todas las demás) llegan al micrófono con más intensidad debido a que la intensidad decrece con el cuadrado de la distancia
  • Las ondas estacionarias (las frecuencias de resonancia del recinto) estarán en frecuencias más altas, donde ya compiten directamente con las frecuencias de la voz.

Si además la sala es muy cuadrada, muy simétrica, como un cuarto de baño o una cocina, algunas de esas ondas estacionarias van a coincidir en posiciones similares y se van a reforzar.

El salón de una casa normal (amueblada y con la decoración habitual) suele tener una acústica más o menos decente:

  • Suele ser un recinto relativamente grande
  • Los muebles y la decoración quitan una parte de las reflexiones directas y ayudan a reducir la reverberación por absorción
  • El aislamiento no es muy eficiente hacia el interior de la casa (puerta grande hacia el pasillo o el resto de la casa), con lo que la energía de baja frecuencia de la reverberación y de los modos propios puede decaer más rápidamente

 

Lógicamente no siempre vamos a poder usar el salón porque es uno de los espacios más usados de la casa.

Pero la idea es que una habitación más grande (amueblada y decorada) suele tener una mejor acústica que una pequeña.

 

 

6.- Filtro paso alto. High Pass / Low Cut

Algunos micrófonos incluyen un filtro paso alto. Suele estar marcado como Hi, Low cut, o con el símbolo que representa la respuesta en frecuencia.

 

Micrófono - High Pass Filter / Low cut / Filtro paso alto

 

Los problemas con las resonancias de la sala y muchos ruidos de fondo habituales tienen su energía concentrada en las frecuencias más bajas.

Por debajo de 80Hz no hay demasiada información de la voz y de otros instrumentos.

En un ambiente con algo de ruido o con problemas de acústica en las frecuencias bajas suele ser recomendable activar ese filtro.

Muchos micrófonos tienen la frecuencia de corte en esos 80Hz. En otros modelos se puede elegir entre varias opciones de filtrado.

Una vez esté activo el filtro, las frecuencias por debajo de la de corte van a ser atenuadas y eliminadas, dejando una señal más limpia.

Ten en cuenta que esto implica que perdemos también la parte de la señal que correspondía a esas frecuencias bajas, pero en una habitación con un nivel alto de ruido o reverberación normalmente vale la pena.

 

 

7.- El armario

No soy muy fan de esta recomendación, pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas…

Si la acústica de tu habitación es un desastre y no hay otro remedio, puedes probar a situar el micrófono dentro de un armario con ropa.

En el interior del armario hay una absorción bastante alta, sobre todo en medias y altas frecuencias, y vas a tener una especie de sala bastante seca que puede venir bien para grabar voz.

El problema con esto es el que hemos comentado a lo largo de toda la serie sobre acústica: las frecuencias más bajas van a seguir rondando por ahí, y puedes tener ese efecto de bola de graves, un sonido muy seco en alta frecuencia pero más vivo en baja frecuencia.

Como cada habitación es diferente, cada armario es diferente y cada uno tendrá ropa diferente… es imposible decir si este apaño vale la pena o no. Cada uno tendrá resultados diferentes.

Otro problema es que en esa situación es complicado sentirse cómodo a la hora de hablar. Es un entorno que puede resultar muy poco natural o incluso agobiante.

Si eso va a afectar a tu forma de hablar y va a perder naturalidad… creo que personalmente prefiero un sonido con más imperfecciones técnicas pero más natural, más auténtico.

 

 

8.- Cosas que no funcionan

Para terminar vamos a ver por encima algunos trucos, consejos y productos que no suelen funcionar bien.

 

Tratamiento acústico cutre

El tratamiento acústico no es algo trivial. Cualquier cosa que hagas en la habitación es posible que se perciba como un cambio en el sonido, pero eso no quiere decir que sea un cambio a mejor.

Si haces algún tipo de tratamiento acústico, que sea con criterio. No esperes soluciones mágicas.

Es preferible convivir con una acústica regular, en lugar de gastar tiempo y dinero en ‘trucos’ o productos que en el mejor de los casos no van a afectar y en el peor de los casos van a empeorar la acústica.

No gastes dinero en espuma acústica cutre: fina, de baja densidad… Eso es como no hacer nada, sólo es una decoración cara. Podrías poner en la pared unos calzoncillos y harían el mismo efecto (vale, estéticamente no sería lo mismo)

 

Aislamiento acústico cutre

El aislamiento acústico es algo muy complejo. Las soluciones hechas por uno mismo con cuatro materiales no funcionan.

No gastes tiempo, dinero y esfuerzo en ese tipo de inventos. Créeme. O mejor que eso, no me creas: infórmate bien antes de intentar nada de esto.

Si decides hacer una obra para mejorar el aislamiento acústico de una sala: contrata a alguien que sepa, una empresa especializada.

No es algo trivial que pueda hacer alguien sin conocimientos ni experiencia.

Muy importante también: el aislamiento acústico perfecto no existe. Si alguien te vende eso te está mintiendo. En una sala tiene que haber una puerta, tiene que haber un sistema de ventilación… Un proyecto de aislamiento ofrecerá o tendrá como objetivo un cierto nivel de atenuación: 20dB, 30dB, 40dB…

Mira qué necesitas. Qué nivel de sonido tienes fuera de tu sala y qué necesitas en su interior. O al revés, que niveles tendrás en el interior (p.e. si vas a tocar instrumentos o a cantar) y cuánto se tienen que atenuar para no resultar molestos a los demás.

 

Cabinas de locución (vocal booth) abiertas

Son estas pantallas portátiles, con material absorbente, que se colocan detrás del micrófono.

Este tipo de accesorios no suelen servir para nada o su influencia es muy pequeña.

Si usas el micrófono a cierta distancia, esas pantallas son transparentes para el sonido. Sólo van a parar las reflexiones de ondas de muy alta frecuencia. El sonido no es un rayo láser que se pueda parar poniendo un papel delante. El sonido inunda toda la habitación.

Si usas el micrófono muy cerca de tu boca, el efecto de tener o no tener la pantalla va a ser mínimo.

Si usas un micrófono con patrón polar cardioide, precisamente esa parte trasera del micrófono es la que está más protegida. Los problemas de reflexiones y reverberación vendrán desde la parte frontal del micrófono.

 

Estas pantallas o cabinas abiertas pequeñas no tienen nada que ver con las cabinas de locución cerradas. Hay productos que sí ofrecen un buen nivel de aislamiento. Es como tener una habitación flotante dentro de la habitación normal. Son productos caros pero en general más baratos de lo que sería un proyecto de aislamiento de una habitación completa.

 

 

Moquetas, alfombras, toallas…

Esto formaría parte un poco del ‘tratamiento acústico cutre’, pero tampoco se puede generalizar.

Hay que intentar entender cómo funciona el sonido y qué efectos va a tener cada solución.

Las moquetas y las alfombras sólo van a absorber frecuencias altas porque están literalmente pegadas al suelo (que es un punto de máxima presión para las ondas, donde peor funcionan los materiales absorbentes porosos).

El problema con los materiales textiles de uso común es que no son densos. Y es muy difícil conseguir un espesor que permita absorber la reverberación de una forma más o menos homogénea en todas las frecuencias.

Si llenamos toda la habitación de este tipo de materiales (o de espuma acústica cutre) vamos a matar completamente la sala en frecuencias altas y tendremos una habitación muy viva en baja frecuencia.

En general es preferible tener un poco más de reverberación, pero más balanceada.

Las cortinas acústicas, los edredones, colchones, etc.  Es imposible generalizar. El resultado va a depender mucho más de cómo se usan que del material o el elemento en sí.

De todas formas, volvemos al ejemplo del armario: si toda esa parafernalia hace que tus grabaciones pierdan naturalidad (porque no estás cómodo en esas condiciones) tendrías que valorar si realmente vale la pena.

 

 

Toda la serie sobre acústica

Te recomiendo leer toda la serie, para tener al menos una idea de lo que ocurre con el sonido en una habitación y qué efectos tiene a la hora de grabar y a la hora de escuchar.

Algunos capítulos pueden ser un poco técnicos, pero he intentado que se entienda todo de una forma visual.