Deformación por perspectiva en los bordes del encuadre

Hablaremos sobre la deformación de objetos situados hacia los bordes del encuadre: qué la causa, por qué percibimos que esos elementos están deformados y algunos experimentos para hacer en casa.

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

Para entender este capítulo y sacar conclusiones útiles es muy importante que hayas leído antes los capítulos anteriores de la serie sobre perspectiva en fotografía.

Y especialmente los capítulos relacionados con la percepción visual humana:

 

Si no entiendes medianamente bien esos capítulos, todo lo que vamos a ver aquí, por mucho que lo intente razonar, te va a sonar a cuento chino.

En esos capítulos he incluido referencias a libros, artículos, etc. para que puedas investigar por tu cuenta. Sobre el tema de percepción de profundidad es mejor que busques información en fuentes relacionadas con psicología y neuropsicología (en inglés puedes buscar por ejemplo cues for depth perception o similar).

Antes de entrar en materia, te voy a proponer un experimento muy sencillo.

En la imagen siguiente aparecen diferentes representaciones de un cubo (imagina un cubo perfecto con todos sus lados de la misma longitud). Algunas figuras corresponden a una perspectiva rectilínea, otras a otro tipo de proyecciones y otras son perspectivas inventadas a ojo.

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

El experimento consiste en que anotes en un papel o en algún sitio cuáles de esos cubos te parecen ‘normales’, tal como los verías en la realidad, y cuáles te parecen deformados. Y de los que aparecen deformados, cuáles de ellos corresponden a deformación por perspectiva rectilínea, a deformación por otro tipo de perspectiva (ojo de pez por ejemplo), y los que están hechos a ojo, sin seguir ninguna regla geométrica.

Más adelante los analizaremos y de paso podrás comprobar si tienes algún problema de visión (es broma, lógicamente)

 

Voy a aprovechar la primera parte de este artículo para dar otra vuelta al tema de la percepción visual humana  (sí, sí, el pesado vuelve a la carga… ya lo avisé al principio de la serie)

 

Percepción visual (profundidad), resumen rápido

Cómo reconstruye el cerebro una escena tridimensional:

  • Los ojos se pueden modelar bastante bien suponiendo una proyección cónica lineal, que genera una perspectiva rectilínea.
  • El cerebro utiliza esa perspectiva (esa imagen proyectada en la fóvea y la parte central de la retina) y la analiza para extraer información sobre profundidad: a qué distancias relativas están las cosas que nos rodean
  • El cerebro utiliza muchos mecanismos redundantes. A pesar de lo que cree mucha gente, la visión binocular es sólo uno de los muchos mecanismos que intervienen y sólo funciona bien a distancias cortas. En cualquier caso, unos mecanismos funcionan mejor en unas situaciones y otros funcionan mejor en otras.
  • Cuando vemos una foto (imágenes planas: foto, vídeo, dibujo, etc.), sólo funcionan los mecanismos relacionados con el análisis de imagen: mecanismos de interpretación de la perspectiva (que se basan fundamentalmente en comparación de tamaños de objetos de la escena)
  • Los mecanismos relacionados con la visión binocular no funcionan al mirar una foto (su contenido) porque el contenido de la foto está sobre un plano: no se puede extraer información por triangulación, paralaje, estereopsis, etc.
  • Si no tuviéramos los mecanismos de interpretación de la perspectiva no podríamos percibir profundidad en las imágenes (fotos, vídeo, juegos de ordenador, etc.)
  • El ojo convierte la información 3D en información 2D (hace una proyección) y el cerebro tiene que reconstruir un mundo 3D interior (nuestra percepción de la realidad) a partir de la información 2D. Como es lógico, hay una pérdida importante de información en el proceso: se genera ambigüedad.
  • Esa ambigüedad se gestiona en el cerebro en una especie de capa de interpretación, que decide en tiempo real cuál de las posibles reconstrucciones 3D es más coherente o la más probable en función del contexto y de la experiencia previa.

 

Deformación por perspectiva

Esto ya lo hemos visto en otros capítulos, pero voy a intentar explicarlo desde otro ‘punto de vista‘.

Vamos a intentar seguir una serie de pasos a modo de línea de razonamiento.

 

La geometría no discrimina

En la perspectiva rectilínea, en una proyección cónica, no hay nada en la geometría (en sus matemáticas si lo quieres ver así) que nos diga: atención, ese objeto que has representado está deformado, mientras que ese otro de ahí, no está deformado.

Todos los elementos en la perspectiva resultante tienen el mismo estatus. No hay objetos ‘deformes’, ni objetos ‘perfectos’.

La forma del objeto en la perspectiva viene exclusivamente de su proyección geométrica (que es aplicar una función de mapeo a cada punto de la escena).

Es importante entender que en la parte geométrica (proyección / perspectiva) no hay nada que separe entre objetos deformados y no deformados. No existe tal cosa.

De hecho, sólo habría una clasificación posible: todos los objetos físicos reales (con sus correspondientes dimensiones) aparecen deformados en la perspectiva resultante. Todos.

Por el simple hecho de que los tamaños en la perspectiva son inversamente proporcionales a las distancias al punto de vista: no se conservan las proporciones, tal como están en el mundo físico.

 

Los ojos y la proyección rectilínea

Vamos entonces al siguiente paso.

Los ojos envían al cerebro el resultado de una proyección cúbica: una perspectiva rectilínea.

En esa materia prima que recibe el cerebro, en esa perspectiva: todos los objetos están deformados con respecto a sus dimensiones reales de la escena.

Sé que esto resulta muy anti-intuitivo.

Y es una idea que genera rechazo inicialmente: es absurdo porque yo no veo las cosas deformadas, lo veo todo ‘perfecto’, sin deformaciones.

Pero piénsalo un poco.

Como he comentado en otros artículos anteriores, cuando vemos cualquier escena podemos percibir claramente todas las características de la perspectiva rectilínea:

  • Las líneas rectas de la escena las vemos como rectas
  • El tamaño relativo de los objetos es inversamente proporcional a la distancia a la que están de nosotros
  • Vemos el escorzo de los objetos, por ejemplo un círculo que no está en un plano frontal lo vemos como una elipse
  • Vemos que las rectas suficientemente largas fugan (las vemos inclinadas a pesar de que sabemos que son por ejemplo horizontales, paralelas al suelo)

Excepto la primera (líneas rectas), todo lo demás son deformaciones con respecto a la realidad física.

Si no te convence esta idea, déjala aparcada por ahí de momento.

 

El ángulo de visión del ojo

Ahora vamos a dar otro paso más.

Los ojos tienen un ángulo de visión muy estrecho. La zona de máxima agudeza visual ocupa un ángulo de unos 2 grados.

Intenta leer sin mover los ojos, por ejemplo, centra la mirada AQUÍ, e intenta leer las palabras a izquierda o derecha, utilizando sólo la visión periférica…

Es imposible ir más allá de una o dos palabras, y además es muy molesto e incómodo. Tu mirada se va a mover, por mucho que intentes mantenerla en un punto de la pantalla.

El ángulo de visión, incluyendo la visión periférica cercana-media (donde sólo podemos apreciar formas borrosas, pero no detalle), se suele estimar en unos 60 grados (30 grados con respecto al eje óptico del ojo). Eso sería en horizontal, en vertical un poco menos.

Percepción visual ángulo visión ojo

Da un poco igual ese ángulo, lo importante es entender que el ojo proporciona un determinado ángulo de visión dentro del cual podemos reconocer formas con cierto detalle.

En nuestro día a día, cuando queremos ver un objeto, nos alejamos o nos acercamos en función de su tamaño (no tenemos zoom en los ojos), para incluirlo en el encuadre y verlo en su conjunto.

Si el objeto o la escena ocupa un campo de visión muy amplio y no nos podemos alejar mucho, lo que hacemos es mover la cabeza (hacemos un barrido) para observar al objeto en su totalidad.

 

Mover la cabeza implica cambiar la perspectiva

Otra cosa que es importante entender: cuando nos alejamos de un objeto, cuando nos acercamos o cuando movemos la cabeza (o los ojos)… en todos esos casos estamos cambiando la perspectiva.

Movemos el punto de vista del ojo en distancia o cambiamos su dirección (en este caso cambiamos la orientación del plano del cuadro, si queremos seguir el criterio de dibujo técnico)

Cambiar el punto de vista implica cambiar la perspectiva resultante, la forma del objeto en la imagen.

 

Ver vs percibir

Imagina un objeto cualquiera de tu casa, o que tengas a mano en este momento.

Lo puedes rotar, alejar, acercar… en cada una de esas situaciones verás una forma diferente del objeto. Una perspectiva diferente.

Coge un teléfono móvil o un objeto similar, colócalo para verlo casi de canto y a lo largo. Por ejemplo, la parte inferior del móvil más cerca de tus ojos y la parte superior del móvil más alejada, viéndolo casi de canto.

Podrás ver perfectamente que el ancho de la parte inferior es mayor que el ancho de la parte superior. Es la perspectiva.

Pero tú sabes (tu cerebro lo sabe), porque lo puedes medir incluso, que el móvil es básicamente un rectángulo perfecto.

 

¿Estas viendo el objeto real, con la forma que corresponde a sus dimensiones físicas?

No.

Lo que ves (tus ojos) es la perspectiva correspondiente al objeto en cada caso.

Que, como hemos razonado anteriormente, implica que tu cerebro está ‘viendo’ una imagen ‘deformada’ del objeto.

 

¿Percibes el objeto real, con la forma que corresponde a sus dimensiones físicas?

Sí.

La capa de interpretación del cerebro identifica (reconocimiento de formas) que es el mismo objeto en todos los casos: cuando estás más cerca, cuando estás más lejos, si lo miras desde un poco más arriba, abajo, desde más a la izquierda, más a la derecha…

Y aunque la forma es diferente en cada caso, debido a la perspectiva, el cerebro descuenta esa ‘deformación’ y reconstruye en nuestra mente al objeto 3D real, con sus dimensiones aproximadas.

 

Hemos separado un poco lo que implica ver (la imagen que proporcionan los ojos) de lo que implica percibir (la reconstrucción, reconocimiento, etc. que realiza el cerebro a partir de esa imagen)

 

Ten en cuenta que esa distinción entre ‘ver’ y ‘percibir’ la he utilizado porque me parecía la forma más clara de expresarlo. El concepto ‘ver’ ya incluye probablemente la parte de percepción. Quizás tendría que haber utilizado ‘mirar’. Pero quería mostrar de alguna forma que en la visión es mucho más importante la parte de interpretación (percepción) que la parte física (proyección, fisiología del ojo, etc.)

 

Cuando el cerebro falla

¿Vamos bien hasta aquí?

Otra cosa que hay que tener en cuenta es que el cerebro no funciona como un ordenador.

El cerebro no aplica ‘matrices de transformación’ o funciones matemáticas para reconstruir un objeto 3D a partir de información 2D.

El cerebro funciona básicamente por reconocimiento y comparación de formas y patrones. Es una red neuronal que necesita un entrenamiento. Y una vez entrenada con las imágenes que proporcionan los ojos (a lo largo de la infancia principalmente, pero básicamente a lo largo de toda la vida) es capaz de hacer ese tipo de ‘transformaciones’ de una forma ‘orgánica’, no matemática.

La parte de la percepción visual de una persona adulta ha sido entrenada con un conjunto (increíblemente enorme) de perspectivas.

Pero en ese conjunto no han participado las perspectivas que corresponden a situaciones que el ojo ‘desnudo’ no puede alcanzar o que no son cómodas para el ojo o que son muy poco habituales.

Cuando vemos una perspectiva que se sale de ese conjunto de entrenamiento, el cerebro la va a interpretar de forma incorrecta.

Va a intentar hacer la reconstrucción 3D del objeto o de la escena, y lo conseguirá, pero fallará en la estimación de tamaños o distancias.

A esos fallos en la capa de interpretación de la percepción visual, debidos a la perspectiva, se les suele llamar deformación por perspectiva.

Y dentro de esa categoría estarían varios efectos típicos: separación de planos, deformación de las caras en retrato por ejemplo, deformación de objetos situados hacia los bordes en perspectivas muy abiertas, compresión de planos…

 

¿Cuándo hay deformación por perspectiva?

(En el contexto de la visión humana)

Respuesta corta: siempre.

La pregunta correcta sería: ¿cuándo notamos (percibimos) deformación por perspectiva?

Y la respuesta sería: depende.

De nuevo, volvemos a lo mismo: todo lo que vemos, lo vemos deformado.

Dentro de un rango de situaciones esa deformación la descuenta el cerebro. Y para esas situaciones no percibimos deformación.

Pero como es algo que depende de la percepción visual, y la percepción depende de esa capa de interpretación del cerebro, y esa capa incluye procesos mentales de alto nivel (cognitivos superiores) en los que influye el contexto: el contexto físico de la escena y muchísimos otros factores, incluyendo experiencias previas, ideas preconcebidas, etc…

… no hay una frontera que delimite cuándo percibimos que algo parece ‘deformado’ o que nos avise de que el cerebro está estimando mal distancias o tamaños.

 

No se puede medir la deformación por perspectiva.

No podemos decir: ese objeto está deformado un 4%…

Porque cada persona, o una misma persona en diferentes situaciones, puede percibir esa sensación de deformación de una manera diferente.

Sí podemos saber en qué situaciones será muy probable que la mayoría de las personas perciban ‘deformación’.

Y cuando nos vamos a situaciones extremas todas las personas notarán claramente que la escena no la perciben ‘normal’. Que extrapolando a partir de su experiencia, si una persona estuviera en la escena real, no la percibiría así.

 

Deformación por perspectiva en el día a día

En nuestro día a día, en las escenas reales cuando las vemos con nuestros ojos, no solemos percibir deformaciones por perspectiva.

Precisamente porque las perspectivas que proporcionan nuestros ojos son las habituales, las que han formado parte del entrenamiento de la red neuronal.

Pero si te fijas de forma consciente, sí podrás hacer esa separación entre lo que estás percibiendo de una escena (su forma proyectada) y cómo es la escena física real. Como hacíamos en el ejemplo del teléfono móvil.

Si no nos fijamos de forma consciente, es muy difícil percibir nada de eso.

El cerebro nos simplifica la vida y nos los da todo ‘mascadito’. En nuestra mente tenemos una reconstrucción 3D bastante fiel a lo que es la realidad física que nos rodea.

Muchas veces falla (constantemente, de hecho), pero son fallos que no nos afectan, y de los que no nos damos cuenta en absoluto.

 

Las deformaciones por perspectiva las notamos sobre todo al visualizar imágenes: fotografía, vídeo, dibujo técnico, dibujo artístico, etc.

Básicamente cuando esas imágenes corresponden a perspectivas que se salen de nuestra experiencia.

En dibujo técnico y artístico podemos recrear encuadres que serían imposibles con nuestros ojos (o si son posibles serían situaciones muy poco frecuentes).

Y lo mismo ocurre con las cámaras. Con la combinación adecuada de cámara y objetivo podemos conseguir encuadres que no podríamos conseguir con los ojos.

 

El experimento de los cubos

Volvemos a la imagen con las perspectivas de los cubos:

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

Tengo que decir que todas las figuras corresponden a perspectivas rectilíneas teóricas ‘perfectas’ de un cubo perfecto.

La única deformación que aparece es la deformación por perspectiva (rectilínea). En la imagen no hay perspectivas hechas a ojo. No hay perspectivas que correspondan a un ojo de pez o similar.

Te conté una pequeña mentirijilla, porque como se trata de percepción, el condicionamiento (expectativas, etc.) forma parte del contexto. La mentirijilla también forma parte del experimento, no es para tomarte el pelo.

Si has marcado alguna de las figuras como ‘ojo de pez’ muy probablemente es porque yo he ‘sugerido’ que había ese tipo de perspectivas. Las perspectivas ‘inventadas’ o hechas a ojo, si no se van mucho de la geometría teórica, creo que son mucho más difíciles de detectar, sólo una persona que esté muy acostumbrada al trazado de perspectivas quizás.

Como digo, el cerebro no funciona como un ordenador (una matriz de transformación o similar), no puede decir: esa perspectiva falla por un 5%, o el ángulo de esa recta tendría que ser 7 grados en lugar de 9…

El cerebro interpreta la perspectiva de una forma muy flexible, por comparación: [ se parece a como yo vería un cubo real ] | [ no se parece a como vería el cubo real ]

Cada persona, y la misma persona dependiendo de la situación y el contexto, percibirá a veces deformación y otras veces no.

Dicho de otra forma: para percibir deformación tiene que ser una perspectiva bastante extrema o la persona tiene que estar ‘buscando’ activamente (de forma consciente) ese tipo de detalles.

 

¿Cómo los percibo yo?

Yo estoy condicionado porque tengo toda la información de contexto: cómo he trazado las perspectivas, qué quería mostrar, etc.

Repito que es una cuestión de percepción, de interpretación, no hay una respuesta objetiva y única.

En mi caso, tengo claro que la figura (e) representa un cubo muy deformado.

La (a), la (b), la (g) y la (i) me parecen formas que creo que corresponderían con lo que yo vería percibiría en la realidad.

Para las demás figuras, creo que en general las percibo con cierta ‘deformación’. Por ejemplo la (f) y la (h) me parecen más prismas que cubos perfectos.

 

¿Qué diferencias hay entre unos cubos y otros?

La única diferencia es la posición del punto de vista con respecto al cubo.

Es una perspectiva trazada a dos puntos de fuga en todos los casos (plano del cuadro paralelo a las aristas verticales del cubo).

Si hubiéramos hecho las perspectivas con cámara, simplemente tendríamos que mantener el sensor perpendicular al suelo. Esto lo vimos en el capítulo sobre objetivos tilt-shift (descentrables).

Además, en este caso tendríamos que haber mantenido siempre el plano del sensor en la misma orientación (por ejemplo paralelo a una pared hipotética que hubiera en el fondo)

Podríamos haber elegido cualquier otra posición y dirección del punto de vista, pero he elegido ésta porque sin ser tan ‘especial’ como la composición a un punto de fuga, sí permite simplificar un poco y sacar conclusiones de una forma más sencilla.

 

¿Qué tienen en común los cubos ‘no deformes’?

Que el punto de vista está relativamente lejos del cubo en la escena y que está bastante centrado en el encuadre.

 

¿Qué tienen en común los cubos ‘deformes’?

Que el punto de vista está muy cerca del cubo o que el cubo queda muy separado del centro del encuadre.

El centro del encuadre lo marca la proyección ortogonal del punto de vista sobre el plano del cuadro.

Por ejemplo, en esta situación, el observador (situado en el punto de vista) está mirando hacia el frente (proyección del punto de vista en el plano del cuadro) y ese sería el centro del encuadre. El cubo en este caso estaría situado hacia la derecha del encuadre.

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

Por si quieres intentar replicarlo en casa, voy a indicar de forma aproximada la configuración de la escena en cada caso. Las medidas las voy a poner sin unidades, suponiendo que el lado del cubo es 1, las demás distancias son con respecto a esa unidad arbitraria.

Si tienes un cubo en casa, por ejemplo de unos 50cm de lado para facilitar las cosas y minimizar errores (p.e. posición de la pupila de entrada), puedes intentar replicar las perspectivas utilizando una cámara.

El cubo permanece siempre en la misma posición y orientación, no se toca. La distancia del punto de vista es con respecto a la arista más cercana. En los casos [ a, b, c, d, e, f ] la línea de horizonte (altura del punto de vista respecto al suelo) es de aproximadamente 1.5 unidades. En los casos [ g, h, i] la línea de horizonte está a unas 3 unidades de altura.

  • (a) Punto de vista centrado y a unas 4 unidades (si el lado del cubo mide 50cm, el punto de vista estaría a 2 metros)
  • (b) Punto de vista a 2 unidades y centrado
  • (c) Punto de vista centrado a aproximadamente 1 unidad de distancia
  • (d) Punto de vista a 1 unidad de distancia, desplazado a la derecha aprox. 1 unidad  (la arista izquierda del cubo corresponde con un ángulo de visión horizontal de unos 60 grados)
  • (e) Punto de vista a 1 unidad, desplazado a la izquierda 1 unidad (la arista derecha corresponde a un ángulo de visión de unos 80 grados)
  • (f) Punto de vista a unas 4 unidades, desplazado a la izquierda 1 unidad (ángulo de visión de unos 80 grados para que aparezca en el encuadre)
  • (g) Punto de vista a unas 8 unidades, desplazado a la izquierda 1 unidad (ángulo de visión de unos 60 grados)
  • (h) Punto de vista a unas 8 unidades, desplazado 3 unidades a la izquierda (ángulo de visión de unos 80 grados)
  • (i) Punto de vista a unas 4 unidades, desplazado a la derecha 0.5 unidades (ángulo de visión de unos 40 grados)

 

 

Explicación

En una escena real, si el cubo es relativamente pequeño o tenemos espacio suficiente para alejarnos, siempre lo vamos a percibir como (a) o (b) o cualquier otra perspectiva con el punto de vista centrado en el objeto.

En situaciones en las que no tenemos mucho espacio, podríamos llegar a percibirlo como (c), pero no sería nuestro punto de vista preferido ni el más habitual.

Y esos casos (como el c) corresponderían con el efecto de separación de planos: la arista más cercana se ve mucho más grande en comparación con las otras, el cerebro pierde la referencia de distancias y percibe el cubo ‘deformado’.

Todas las demás situaciones, en las que el cubo queda alejado del centro del encuadre no corresponderían con una situación real, del comportamiento de un observador de la escena.

Para entenderlo vamos a ver por ejemplo el caso del cubo (f)

La siguiente imagen representa cómo vería una cámara la escena y cómo la vería un observador humano sin mover la cabeza:

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

Las líneas de puntos y los colores son una forma de indicar qué zonas veríamos más nítidas y que zonas veríamos más borrosas.

Del cubo sólo veríamos una especie de bulto borroso porque se encuentra más allá incluso de la visión periférica media. Sabemos que está ahí, para eso está la visión periférica, pero es imposible que sepamos cómo es su forma.

Es muy posible que la imagen del cubo en esa situación ni siquiera corresponda a una perspectiva rectilínea en el ojo, porque es proyectada sobre la superficie esférica de la retina, muy fuera de la fóvea. Pero da igual, porque no sabemos cuál es su forma ni sus detalles.

 

Esa situación (la perspectiva que recrea la cámara) no se daría nunca con un observador humano en una escena real normal.

Esa persona giraría la cabeza para ver qué es esa ‘cosa’ que está ahí en su visión periférica.

Nos tendrían que sujetar la cabeza de alguna forma para evitar que hagamos ese tipo de movimientos, porque forman parte del funcionamiento de la visión, en el que intervienen además los mecanismos de atención.

No giraríamos la cabeza si ese elemento no nos llama la atención en absoluto o hay otros elementos de la escena que nos llaman mucho más la atención.

Pero lo que está claro es que nunca vamos a percibir el cubo tal como aparece en la foto: si nos llama la atención giraremos la cabeza, si no nos llama la atención ni siquiera lo percibiremos como forma-objeto, y no sabremos cuál era su forma exacta.

Y al girar la cabeza, el observador tendría una vista detallada del cubo, pero con una perspectiva diferente (ha movido el plano del cuadro):

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

La cámara o el trazado de la perspectiva en dibujo técnico nos da la posición (con respecto a otros elementos de la escena) y la forma del cubo, todo a la vez, en una única perspectiva global.

El observador humano realiza sin embargo una reconstrucción diferente de la escena:

  • El cubo está en la posición que corresponde (coherente con las posiciones relativas de los demás elementos de la escena)
  • Pero la forma del cubo percibida sería totalmente diferente. En este ejemplo correspondería casi a una perspectiva frontal (1 punto de fuga), y no se parecería a la forma del cubo en la perspectiva global que hace la cámara.

 

Esa discrepancia entre lo que percibimos en una situación real y lo que percibimos al contemplar la representación (f) del cubo es lo que nos hace sentir o percibir cierta deformación en el cubo (f).

Dicho de otra forma…

La red neuronal del cerebro que corresponde a la interpretación de perspectivas nunca ha sido entrenada con perspectivas parecidas a las de la figura (f). Es imposible, porque nuestros ojos nunca proporcionarían una versión nítida de esa perspectiva.

Pero como la red neuronal es tan flexible, aunque ‘notamos’ cierta deformación al ver esa perspectiva, tampoco nos explota la cabeza: reconocemos perfectamente que se trata de una especie de cubo o un prisma.

Si ese objeto está integrado en una foto por ejemplo, y su forma no es vital para la interpretación global de la escena, es muy posible que esa discrepancia (deformación) pase totalmente desapercibida.

Si el objeto es un elemento muy reconocible (la forma del cuerpo humano, caras, círculos, esferas, objetos geométricos muy reconocibles, sobre todo con forma de ‘caja’, cuadrados…) nos llamará mucho más la atención y percibiremos más claramente la deformación.

Si esos objetos son irregulares, orgánicos, etc. como ocurre en escenas de paisaje, naturaleza… es muy difícil que percibamos ese tipo de deformaciones a menos que sean muy exageradas: elementos que estén muy próximos al punto de vista o muy alejados del centro encuadre usando angulares extremos.

 

Reglas prácticas y conclusiones

Me da miedo usar la palabra ‘regla’, porque creo que mal utilizada puede hacer más daño que otra cosa.

Las ‘reglas de composición’ en fotografía son un ejemplo del daño que puede hacer sobre-simplificar las cosas, reducirlas a unas recetas restrictivas y luego inventar propiedades mágicas y místicas partiendo de la receta. Pero bueno, eso daría para otra serie.

Como ocurre con esas ‘reglas’, lo importante es entender qué se esconde detrás y cómo podemos aprovechar ese conocimiento.

A lo largo del artículo hemos visto:

  • Cómo afectan las limitaciones del ojo: ángulo de visión muy estrecho
  • Cómo compensa el cerebro esa limitación: movimiento de ojos y cabeza
  • Ese mecanismo hace que la reconstrucción de la escena de un observador sea diferente que la que hace una cámara
  • Cuando observamos una foto o el trazado de una perspectiva puede haber objetos cuya forma en la perspectiva global no coincida con la reconstrucción mental que haríamos de ese objeto en persona
  • La discrepancia la percibimos como ‘deformación’
  • Esa sensación de ‘deformación’ es algo continuo y sutil: no existe una frontera entre objetos ‘normales’ y objetos ‘deformes’
  • Esa sensación de deformación forma parte de la percepción (capa de interpretación del cerebro), y por lo tanto intervienen un montón de factores y procesos mentales que incluimos en lo que llamamos contexto.
  • No hay nada en la geometría de la perspectiva rectilínea que nos diga si un objeto está deformado o no (o dicho de otra forma: todos los objetos aparecen deformados en la perspectiva)

 

Desde un punto de vista práctico, hemos visto que la deformación es más perceptible cuando:

  • El punto de vista está muy cerca del objeto de interés
    La distancia la medimos desde el punto de vista hasta el plano (paralelo al plano del cuadro) que contiene al objeto
  • El punto de vista (centro del encuadre) está muy desplazado con respecto al objeto de interés
    Esta distancia la medimos mejor como ángulo con respecto al eje óptico

 

¿Cuándo tendremos más probabilidades de percibir objetos deformados por la perspectiva en nuestras fotos?

  • Cuanto más angular sea el objetivo, más probabilidades de incluir elementos muy alejados del centro del encuadre
  • Cuanto más angular, más probabilidades de incluir elementos cercanos al punto de vista y que cumplan el punto anterior
  • Si el plano del cuadro (plano del sensor) está inclinado con respecto a la posición habitual del objeto (picado, contrapicado, etc.) posiblemente se hará más evidente esa sensación de deformación.
  • Si nos vamos al otro extremo y elegimos teleobjetivos (ángulo de visión muy estrecho) el cerebro fallará a la hora de interpretar las distancias de separación de los objetos, y tendremos el efecto de compresión de planos.

 

Ya lo he comentado a lo largo de toda la serie, pero no está de más repetirlo: la deformación por perspectiva es en última instancia una cuestión relacionada con la percepción (y con la perspectiva lógicamente, si no no se llamaría así), NO tiene nada que ver con la distorsión óptica que pueda introducir un objetivo o una lente (distorsión de barril, de cojín, etc.) y no tiene nada que ver con la proyección no rectilínea que hacen los objetivos de tipo ojo de pez o similares.

 

¿Qué podríamos hacer para evitar deformación por perspectiva en nuestras fotos?

Si elegimos un objetivo con una distancia focal equivalente ‘normal’, el propio objetivo nos obligará a elegir un punto de vista suficientemente alejado del objeto, el ángulo de visión relativamente estrecho nos obligará a que el objeto aparezca bastante centrado en el encuadre (con respecto a un objetivo más angular), y también ese ángulo de visión hará que sea menos probable que entren en el encuadre elementos problemáticos.

En este artículo hablo un poco más de qué es un objetivo normal o estándar.

Si necesitamos usar un objetivo muy angular, podríamos intentar sacar del encuadre aquellos elementos que estén muy cerca del punto de vista y muy alejados del centro del encuadre, sobre todo si son elementos muy reconocibles: formas geométricas básicas (círculos, esferas, cubos…) y la forma humana (personas, caras, etc.)

 

Perspectiva - Deformación hacia los bordes

 

Una regla empírica podría ser intentar sacar del encuadre elementos muy característicos que estén más allá de los 30 grados con respecto al centro del encuadre, sobre todo si esos elementos están en un plano muy cercano.

Esta regla se utiliza por ejemplo en dibujo técnico, en trazado de perspectivas cónicas.

Los objetivos normales cumplen que su ángulo de visión horizontal está por debajo de los 60 grados (30 grados a cada lado), es uno de los motivos por los que usar un objetivo normal reduce la posibilidad de que aparezca algún elemento con ‘deformación’.

Hablo todo el tiempo de barrido horizontal, ángulo de visión horizontal, etc. porque me parece más sencillo para entender estos conceptos, pero lo mismo aplicaría en cualquiera de las direcciones.

Tanto la fisiología del ojo, sus movimientos, y los movimientos de la cabeza están más adaptados a ver en ‘horizontal’, como una foto apaisada o una panorámica horizontal.

Para no complicar podemos suponer esa especie de ángulo sólido o cono de 30 grados, pero estaría más bien achatado por arriba y por abajo.

Si hacemos la foto en vertical, en lugar de apaisada, hay que tener en cuenta que ese valor empírico del ángulo sería algo menor.

 

La relación de aspecto también puede influir a la hora de discriminar qué elementos entran en el encuadre y cuáles quedan fuera. Y por tanto influye en la percepción y en las sensaciones tanto en foto como en vídeo.

Los formatos panorámicos (16:9 y los ultra panorámicos del cine) son más propensos a introducir elementos con deformación por perspectiva. Puedes echar un vistazo al artículo sobre objetivos anamórficos y su uso en el cine.

El formato 4:3 probablemente casa mejor con la percepción visual humana.

El formato 3:2 de muchas cámaras sería una especie de compromiso (no hay realmente mucha diferencia con respecto a 4:3)

Aquí tienes más información por si te interesa el tema: Composición: el formato y la relación de aspecto en fotografía y vídeo

 

Esto también quiere decir que  jugando simplemente con el recorte en edición podemos cambiar bastante la percepción que tenemos de una escena. De hecho, lo vimos por ejemplo en el capítulo de separación de planos y angulares.

 

Si necesitamos hacer una toma muy muy abierta a veces puede interesar hacer una panorámica.

Una panorámica se construye uniendo varias imágenes tomadas con un ángulo de visión más estrecho.

En una panorámica típica (no las que hace un objetivo tilt-shift) cada toma corresponde con una perspectiva diferente, porque giramos el plano del cuadro (plano del sensor) mientras barremos la escena.

Esa forma de barrer la escena es muy similar al comportamiento de la visión humana.

Para construir la imagen final hay que coser (stitching) las diferentes tomas y hay que elegir una proyección para mapear las perspectivas individuales de una forma coherente.

Si en ese paso elegimos una proyección rectilínea, sería equivalente a usar un objetivo rectilíneo y tendríamos el riesgo de que se perciba mucha deformación hacia los bordes.

Pero si elegimos una proyección curvilínea (cilíndrica, Mercator, Panini…), aunque algunas de las líneas rectas dejan de ser rectas, la percepción global para un observador de la imagen será probablemente más natural.

Con ese tipo de proyecciones, si la escena contiene muchas rectas (entornos urbanos, etc.) el observador puede notar la ‘distorsión’ que corresponde a las rectas, que ahora aparecen curvadas (sería similar a una distorsión de barril), pero incluso así, la percepción de los elementos hacia los bordes y el conjunto de la imagen será probablemente más natural.

 

Si necesitamos usar un teleobjetivo, la compresión de planos no es un efecto tan perceptible (en el sentido de deformación) y la forma de minimizarlo sería buscando el encuadre más adecuado. Ya lo veremos en el capítulo sobre la compresión de planos.

 

Recuerda: hay que entender las causas, no memorizar las reglas. Las reglas son útiles cuando no tenemos tiempo para pensar y tenemos que tomar decisiones rápidas en el momento de hacer la foto.

Usar un angular no implica que las imágenes incluyan deformación por perspectiva.

Usar un objetivo ‘normal’ no asegura que desaparezcan las deformaciones por perspectiva (aunque será más difícil que se den las condiciones).

Los objetivos no hacen nada mágico ni ‘conspiran’ para deformar las cosas.

La distancia focal del objetivo (su ángulo de visión si lo quieres ver así) aumenta o disminuye las probabilidades de generar perspectivas que se salgan de lo ‘normal’, pero el objetivo en sí no tiene nada que ver con la ‘deformación’ por perspectiva.

La deformación es una discrepancia entre la percepción y la proyección rectilínea ‘global’ de una escena.

 

 

Siguiente capítulo de la serie: Qué es un objetivo normal o estándar

 

Capítulo inicial sobre la Perspectiva en fotografía.

Todos los artículos de la serie sobre perspectiva en fotografía