Entender las fuentes de ruido en audio. Recomendaciones y buenas prácticas

En este artículo voy a hablar sobre diferentes fuentes de ruido que pueden afectar a la calidad de audio en tus grabaciones de sonido para vídeo, para podcast, en tus directos en diferentes plataformas, etc.

Ruido al grabar audio

Este artículo forma parte de la serie sobre sonido y audio.

 

Señal y ruido

¿Qué entendemos por sonido de calidad o calidad del sonido?

Para verlo de una forma sencilla imagina a dos personas conversando en una habitación tranquila.

La voz, el sonido de la una de las personas al hablar, llega perfectamente al oído de la otra. Entiende perfectamente lo que dice. Incluso se puede fijar en el timbre, en los matices, el sonido de la respiración…

Podríamos decir que en esa situación concreta el sonido tiene una excelente calidad.

Ahora vamos a suponer que abrimos una ventana que da al tráfico de la calle o estamos en una habitación en la que se oye al vecino gritar o estamos en una cafetería en hora punta…

En esta nueva situación, el oído del receptor recoge el sonido de la voz de la otra persona, pero también un montón de sonidos adicionales, que no tienen nada que ver con la conversación.

Para el cerebro del receptor resulta mucho más complejo y supone más esfuerzo entender lo que dice la otra persona.

Y parte de la información, por ejemplo muchos de los matices, se pierden en el caos que supone esa mezcla de sonidos.

Vamos a darle un poco de forma a estas cuestiones, para ver qué entendemos por señal y qué entendemos como ruido.

 

Señal (información útil)

En este ejemplo concreto, el sonido de la voz de la persona sería la señal.

Es la información que nos interesa, y nos gustaría recibir sólo esa información, de la forma más limpia posible.

 

El canal de comunicación

La información nos llega siempre a través a través de algún tipo de canal físico.

En el ejemplo anterior, el canal es el aire que nos rodea en la habitación, que transmite las ondas de presión del sonido.

En el mundo real, todos los canales de comunicación físicos introducen algún tipo de ruido.

 

Ruido

El ruido es cualquier tipo de efecto ‘externo’ que se suma a la señal y la degrada, afecta a la información, interfiere con ella o simplemente es información adicional que no aporta nada (en esa determinada situación) pero que consume recursos del canal o del sistema.

Ya veremos que cuando trabajamos con audio puede haber muchísimas fuentes de ruido.

Ten en cuenta que el término ‘ruido’, en este contexto, es un concepto abstracto. No nos referimos a ruido en el sentido de ‘sonido no deseado’. Nos referimos a cualquier efecto que afecta a la información útil: sonidos no deseados (sonidos del ambiente, acústica…), ruido térmico que afecta a la señal eléctrica, interferencias electromagnéticas…

En todo sistema físico hay ruido, es imposible tener un canal de comunicación perfectamente limpio y neutro.

 

Relación señal a ruido (SNR)

Nos dice cómo de grande es el nivel de la señal (información útil) con respecto al nivel de ruido.

SNR viene de Signal to Noise Ratio.

SNR = [nivel de Señal] / [nivel de Ruido]

En general, cuanto mayor es esa relación, mejor será la calidad del sonido.

 

Relación señal a ruido en audio

 

Además hay que tener en cuenta una cosa: si la relación señal a ruido es suficientemente alta, a partir de un cierto umbral, la percepción humana (el cerebro) es incapaz de distinguir la presencia de ruido. Percibiríamos ese sonido como perfectamente limpio.

Este umbral depende de cada persona y por supuesto del equipo en el que está reproduciendo el sonido.

Pero con lo que nos tenemos que quedar es que si la SNR es alta vamos a percibir un sonido de calidad.

Mientras que si la SNR es baja percibiremos un sonido de mala calidad: molesto, que no se entiende bien, que ha perdido muchos matices, etc.

 

 

Regla de oro: micrófono cerca de la fuente de sonido

Te darás cuenta de que soy muy pesado con esto.

Pero es que probablemente esta simple acción es la que más efecto va a tener en la calidad del sonido en la mayoría de los casos.

Y es fácil de entender: muchas veces no tenemos control sobre los niveles de ruido del sistema (ruido ambiente, ruido electrónico, etc.)

Vamos a suponer que estamos en una situación concreta y que el nivel de ruido tiene un cierto valor.

Si colocamos el micrófono cerca de la fuente de sonido obtendremos una señal con un nivel muy alto y una mejor relación señal a ruido.

Pase lo que pase a lo largo de la cadena de sonido partimos de una posición de ventaja.

 

La distancia al micrófono influye en la relación señal a ruido

 

A medida que alejamos el micrófono, la presión sonora del sonido que recibe el micrófono disminuye (podemos suponer unos 6dB de atenuación cada vez que doblamos la distancia).

Por lo tanto, la señal eléctrica que genera el micrófono va a tener un nivel más bajo, va a tener una amplitud menor.

El ruido que llega al micrófono (sonidos no deseados) y el ruido electrónico generado en el sistema lo podemos suponer constante para un determinado entorno y situación.

La conclusión es muy clara: la relación señal a ruido del audio que estamos captando disminuye a medida que separamos el micrófono de la fuente de sonido de interés.

Hay situaciones en las que no es posible colocar el micrófono tan cerca como nos gustaría.

En esos casos tendremos que encontrar el mejor compromiso entre la posición del micrófono y tratar de minimizar todas las fuentes de ruido de alguna forma.

Pero siempre que sea posible, nuestra mejor arma contra el ruido es la posición del micrófono.

 

Fidelidad

Otro concepto relacionado con la calidad de sonido tiene que ver con la fidelidad, pero no lo vamos a ver en este capítulo.

El audio es sólo una representación del sonido.

La fidelidad nos habla de cómo es esa representación con respecto al original.

Dicho de otra forma, nos habla de cómo percibimos ese audio (una vez reproducido y convertido de nuevo en ondas de presión sonora) con respecto a como percibiríamos el sonido original con nuestros oídos si estuviéramos en persona junto a la fuente de sonido original.

La fidelidad tiene que ver con conceptos como el ‘color’, es decir, la respuesta en frecuencia de los diferentes elementos que intervienen durante el proceso, tiene que ver con posibles distorsiones, tiene que ver con la no linealidad de algunos procesos, etc.

El ruido afecta a la fidelidad, sería un ingrediente más.

 

Como digo, en este capítulo nos vamos a centrar en el ruido, y vamos a comentar algunas fuentes de ruido típicas que te puedes encontrar en tus proyectos.

 

Fuentes de ruido que afectan al sonido

Podemos separar en dos tipos de ruido:

  • Sonidos no deseados que se cuelan en la grabación a través del micrófono (ruido ambiente, golpes, efecto del viento sobre el micrófono, efectos de la acústica…)
  • Ruido electrónico que afecta a la señal analógica (ruido térmico, interferencias electromagnéticas…)

 

Fuentes de ruido en grabación de sonido

 

La conversión de la señal analógica a digital añade una pequeña cantidad de ruido adicional, el ruido de cuantificación, que podemos considerar despreciable en este contexto.

Una vez estamos en el dominio digital no hay fuentes de ruido como tal.

Podemos añadir ruido a propósito a la señal digital, claro. Y podemos ‘destrozar’ la señal con un procesado destructivo en edición. Es decir, podemos empeorar la señal a propósito o por errores nuestros o de algún elemento del sistema.

Pero la ventaja de pasar a digital es que es un canal ‘libre de ruido’.

Por eso, en lo que respecta al ruido nos tenemos que centrar fundamentalmente en la parte inicial de la cadena: el sonido y las primeras etapas de electrónica analógica.

 

Ruido ambiente / ruido de fondo (sonido)

Aquí podríamos incluir una lista infinita de fuentes de ruido.

Sonido de fondo / ruido ambiente en grabación de audio

 

Si estamos grabando en exteriores, en un entorno no controlado, es fácil imaginar muchas situaciones en las que los ruidos pueden afectar a la grabación: tráfico, personas gritando, aviones y helicópteros, sirenas de ambulancia, policía, etc.

El viento suele ser una fuente de ruido muy molesta, porque interacciona con los micrófonos generando un sonido muy desagradable.

Incluso en un entorno más controlado, en interior, que podríamos llamar una situación de estudio (una habitación de casa o de la oficina por ejemplo), podemos tener unos niveles de ruido ambiente perceptibles en el audio final.

El ruido ambiente puede ser el vecino gritando, la sirena de un coche de policía o una ambulancia, el de la moto, un perro ladrando…

Los sonidos debidos a golpes, que se transmiten como vibraciones mecánicas a través de la estructura del edificio: un vecino utilizando un martillo, un objeto que se cae en el piso de arriba, alguien con tacones, niños corriendo o saltando en algún piso cercano…

También pueden ser sonidos de fondo más sutiles, que forman parte de la propia habitación, de la casa o del edificio:  el sonido del frigorífico, el aire acondicionado, los ventiladores de los ordenadores…

El propio micrófono puede ‘generar’ o recoger sonidos o vibraciones mecánicas:

  • Los ‘pop’ generados por el micrófono a partir de la corriente de aire que generan las consonantes explosivas.
  • Las vibraciones mecánicas que recoge el micrófono cuando lo golpeamos sin querer o cuando golpeamos la mesa o el soporte (brazo articulado, pie de micro…)

 

Todas estas fuentes de ruido son sonidos que no aportan nada a la ‘información’ que queremos transmitir.

En algunos casos distraen y en otros casos pueden llegar a ser muy molestos, como los pops o los golpes al micrófono… o la vecina llamando a su hijo para la merienda.

 

Cómo evitar o minimizar este tipo de ruido:

  • Para el viento: utilizar antivientos específicos para el micrófono (deadcat por ejemplo o espumas protectoras)
    En algunos micrófonos se puede activar un filtro paso alto para eliminar las frecuencias bajas más molestas que corresponden al efecto del viento.
  • En interiores, intentar grabar en un ambiente lo más silencioso posible, con ventanas cerradas, a ciertas horas de mayor tranquilidad si es posible…
  • Colocar el micrófono cerca de la fuente de sonido para aumentar la relación señal a ruido
    Esta es la regla de oro en el uso de micrófonos.
  • Aprovechar el patrón polar del micrófono de tal forma que las fuentes de ruido queden orientadas a la parte menos sensible del micrófono (normalmente la parte posterior en micrófonos con patrón polar cardioide, supercardioide, etc.
  • Los micrófonos más sensibles captarán también más sonido ambiente
    En entornos con cierto ruido ambiente los micrófonos dinámicos suelen ser más efectivos a la hora de ‘rechazar’ ese tipo de ruido.
  • Usar filtros anti-pop o practicar para conseguir una buena técnica a la hora de hablar a un micrófono
  • Evitar los golpes al micrófono o a su soporte, cable, etc.
  • Intentar aislar mecánicamente al micrófono de la mesa
    Por ejemplo usando un pie de micro situado en el suelo en lugar de la mesa
    Colocando alguna superficie absorbente (espuma o similar) bajo el pie de micro si lo tenemos en la mesa
    Montando el micrófono en un sistema anti-vibraciones / anti-shock

 

 

Acústica de la sala (sonido)

La acústica no es realmente una fuente de ruido como tal.

Pero la idea de este artículo es intentar incluir todos los fenómenos típicos que afectan a la calidad de sonido durante la grabación. Y la acústica es muchísimas veces lo que más afecta.

Efectos de la acústica en grabación de sonido

Dentro de la parte acústica se engloban muchos fenómenos y efectos diferentes. Los más importantes serían por ejemplo:

  • Reverberación.
  • Ecos de diversos tipos: reflexiones primarias, secundarias, ecos flotantes…
  • Resonancias / modos propios de la sala.

 

Aquí tienes mucha más información sobre acústica. Recomiendo echar un vistazo, al menos para que suenen ciertos conceptos, desmitificar algunos y para quitarse de la cabeza esa idea de que con unas hueveras de cartón vas a resolver todos los problemas…

 

Es importante entender es que no tiene nada que ver el aislamiento acústico con el acondicionamiento acústico.

Los fenómenos relacionados con la acústica ocurren precisamente porque estamos en un recinto cerrado. Cuanto más ‘hermético’ sea el recinto, más energía sonora se acumulará dentro y por lo tanto los efectos acústicos serán potencialmente más acusados.

El acondicionamiento acústico consiste en resolver o minimizar esos problemas generados por la acústica.

Tanto el aislamiento acústico como el acondicionamiento acústico no son triviales.

El aislamiento implica hacer una obra relativamente compleja y nunca se puede garantizar un aislamiento perfecto.

Y el acondicionamiento requiere de un análisis previo para determinar las características acústicas del recinto, qué uso concreto tendrá ese recinto (estudio de grabación vs sala de mezclas) y qué soluciones serían las más adecuadas para minimizar los efectos no deseados.

Por algún motivo existe la creencia de que los recintos grandes son los que dan más problemas. Pero en general, cuanto más pequeño sea el recinto, más problemas nos dará la acústica o más difíciles serán de resolver.

 

¿Qué efectos tiene la acústica sobre el sonido?

Como intervienen varios fenómenos físicos, el efecto dependerá de la combinación de todos esos fenómenos.

La reverberación la podemos entender como la energía sonora global acumulada en el interior de la habitación (no puede escapar) y el efecto percibido es una especie de inercia o estela (como la estela de un barco) que sigue a un determinado sonido. La podríamos interpretar como pérdida de nitidez.

La reverberación en su justa medida se percibe como algo natural, ya que estamos acostumbrados a hablar y escuchar en recintos cerrados, escuchamos música en salas y auditorios, etc.

Si la reverberación es muy exagerada todo el sonido se percibirá como emborronado, se hace más difícil entender la voz hablada y se pierden muchos matices.

Las reflexiones primarias y secundarias generan patrones de interferencia con la onda de sonido original. La interferencia hace que se potencien algunas frecuencias y se atenúen otras, y el efecto que se percibe es como si hubiéramos ecualizado el sonido (comb filter / filtro de peine).

Los ecos flotantes tienen un efecto peculiar, como de sonido metálico o como sonido de muelle (dependiendo de las distancias a las superficies reflectantes) que acompaña a determinados sonidos secos: la típica palmada cuyo sonido va seguido de una estela (reverberación) y un tono metálico o de muelle a continuación.

Y la resonancias internas, los modos propios de la sala, que afectan sobre todo a las frecuencias más bajas, generando un patrón espacial dentro de la habitación.

Es decir, en una determinada posición de la habitación podemos tener una ‘amplificación’ de ciertas frecuencias y unos centímetros más allá podemos tener una atenuación de esas mismas frecuencias, junto con una ‘amplificación’ de otras frecuencias diferentes.

Los modos propios y la reverberación de baja frecuencia suelen ser los problemas más difíciles de resolver en salas pequeñas.

 

¿Puedo hacer un tratamiento acústico de mi habitación?

Si partimos de una habitación normal como la que podemos tener en una casa o en una oficina (que no ha sido diseñada y construida como estudio de grabación) el acondicionamiento acústico no es algo trivial.

Recomendación principal: no gastes dinero comprando a tontas y a locas paneles, espumas y elementos exóticos para tratamiento acústico. No te va a funcionar.

Puede que cambies la acústica ligeramente, pero si la acústica de partida era mala seguirá siendo mala con bastante probabilidad.

De verdad: no pierdas tiempo y dinero con esas soluciones ‘simplonas’.

Si quieres hacer un acondicionamiento acústico serio pide presupuesto a una empresa especializada.

Puedes hacer un tratamiento acústico bastante decente si conoces y entiendes los principios básicos: aquí tienes una pequeña guía sobre tratamiento acústico y aquí tienes un ejemplo de tratamiento acústico de una habitación.

En general se puede conseguir una mejora apreciable.

Con todo y con ello, si haces el tratamiento acústico tú mismo siempre cabe la posibilidad de que queden aspectos sin corregir: por ejemplo algún modo resonante, alguna resonancia mecánica (p.e. ventana que resuena a una determinada frecuencia), etc.

 

Por otro lado, no todo el mundo puede tener una habitación dedicada en exclusiva a estudio de grabación o home studio.

Y cada uno tiene que valorar si realmente vale la pena o no hacer un tratamiento acústico serio.

 

No puedo hacer tratamiento acústico, ¿qué hago?

El peor escenario suele ser:

  • Grabar en una habitación pequeña
  • Con una estructura muy cuadrada (simétrica)
  • Con paredes desnudas
  • Con el micrófono situado en el centro geométrico
  • Con la fuente de sonido muy separada del micrófono.

Es decir, imagina hacer una grabación en un cuarto de baño, con el micrófono situado en el centro y tú colocado en una esquina gritando…

Todo lo que hagamos para mejorar ese escenario se va a notar en la calidad del sonido recogido por el micrófono:

  • Colocar el micrófono muy cerca de la fuente de sonido
    Maximizamos la relación señal (voz por ejemplo) con respecto al ruido (en este caso las ondas de sonido reflejadas por la habitación)
  • Elige un micrófono con patrón direccional (cardioide por ejemplo)
    Así eliminas o atenúas una buena parte de las ondas reflejadas
  • Un micrófono dinámico es menos sensible y suele funcionar mejor en este entorno.
    Los micrófonos dinámicos ‘rechazan’ más esos sonidos reflejados y además los vamos a usar más cerca de la fuente sonora.
    Aquí tienes algunos micrófonos dinámicos que recomiendo para voz hablada.
  • Una habitación pequeña (como un baño o una cocina pequeña) nos va a dar seguramente muchos más problemas que una habitación grande.
    Elije si es posible el salón por ejemplo o alguna de las habitaciones grandes de la casa.
    Tendrás que valorar también si esa habitación tiene buen aislamiento de ruidos del ambiente, es tranquila, etc. De nada sirve elegir la habitación con mejor acústica si es la más ruidosa. Tendrás que buscar un equilibrio
  • Evitar las paredes desnudas
    Una habitación vacía tendrá probablemente muy mala acústica.
    En una habitación normal con muebles, decoración, cortinas, cuadros… todos esos elementos ayudan a reducir una parte de la reverberación, reflexiones primarias y ecos flotantes.
    Las estanterías con libros funcionan muy bien porque generan una difusión aleatoria, al menos en frecuencias medias y altas.
    Los sofás funcionan bastante bien para absorber parte de la energía de baja frecuencia.
    De nuevo, el salón suele ser la estancia con mejor acústica de una casa.
  • Puedes comprar cortinas acústicas para colocarlas frente a superficies reflectantes como ventanas, muebles, espejos grandes o paredes lisas.
    Las cortinas acústicas sólo absorben bien las frecuencias medias y altas.
    No son la solución universal a los problemas de acústica, pero en general funcionan mejor que otros apaños caseros (cortinas gruesas, mantas, etc.)
    Por ejemplo si grabas en un garaje o en una habitación donde es muy complicado hacer acondicionamiento acústico, las cortinas acústicas pueden suponer una mejora bastante perceptible.
  • Con los modos resonantes de baja frecuencia no podemos hacer mucho, sobre todo si no tenemos más remedio que grabar en una habitación pequeña.
    Pero si notamos que el sonido tiene algún problema en los graves podemos ir probando diferentes posiciones del micrófono.
    A veces mover el micrófono un palmo puede suponer un cambio perceptible porque lo teníamos justo en alguno de los nodos resonantes de la habitación.
    Las trampas de graves pueden funcionar para minimizar el efecto en esos nodos, pero también puede ocurrir que te gastes el dinero en unos elementos (caros y aparatosos) que al final no resuelvan tu problema concreto.
  • Los micrófonos de tipo shotgun (de cañón largo) suelen ser más propensos a tener problemas con la acústica.
    Su principio de funcionamiento se basa en los patrones de interferencia que generan las ranuras del cañón. Pero esa interferencia se ve afectada a su vez por las ondas reflejadas por el recinto, y pueden dar lugar a efectos no deseados (ecualización / filtro de peine)
    Además son micrófonos pensados sobre todo para colocarlos a cierta distancia de la fuente de sonido.
    La idea sería intentar que la separación sea la menor posible, probar diferentes posiciones (para evitar algún nodo resonante) o directamente elegir algún otro tipo de micrófono: de corbata, inalámbrico, un micrófono dinámico de estudio, etc.

 

No te obsesiones con esto.

Si vas a grabar voz hablada, para tu podcast o para tu vídeo, o vas a emitir en directo: el objetivo principal es que la voz suene bien y que se entienda bien.

No pasa nada porque haya cierta reverberación natural, de hecho una voz sin reverberación daría una sensación de ‘sala muerta’.

Con esas pocas recomendaciones tendrás probablemente un audio de muy buena calidad.

 

Ruido que afecta a la señal de audio (electrónica)

La señal eléctrica que genera un micrófono es pequeñísima, tiene una amplitud muy baja, entre 1 mV (milivoltio) y unas decenas de milivoltios, dependiendo de la sensibilidad del micrófono y el nivel de presión sonora que esté recibiendo en ese momento.

Muchas fuentes de ruido eléctrico pueden alcanzar un nivel de ese mismo orden de magnitud.

Por lo tanto, esas primeras etapas de la cadena de audio suelen ser las más vulnerables.

Muchos tipos de ruido electrónico se suelen clasificar por su efecto final en el sonido, por cómo los percibimos. Por ejemplo:

  • Hiss. Es un sonido similar a la ese: ssssssssssssssssssssss
    Sería por ejemplo el típico sonido de ‘nieve’ cuando se enciente una TV o una radio sin sintonizar un canal.
    Normalmente es un ruido blanco, white noise, que cubre gran parte del rango de frecuencias, pero los humanos oímos mejor las frecuencias medias altas, por eso se percibe como un sonido de alta frecuencia, similar a una ‘s’ sostenida en el tiempo.
    El origen más habitual suele ser ruido térmico generado por la electrónica de la parte analógica.
  • Hum / buzz. Es un sonido de una frecuencia más baja.
    Suena como una especie de zumbador o una vibración sorda (ummmmmmmm)
    Suele estar causado por una mala conexión (conectores de audio, cables…) o por interferencias causadas por algún transformador eléctrico (por ejemplo en fuentes de alimentación de equipos, muy habitual en los cargadores de ordenadores portátiles)

 

De todas formas, a veces es muy difícil identificar qué causa exactamente el ruido que percibimos en nuestro audio (en muchos casos es una combinación de varias fuentes de ruido), así que voy a intentar hacer una lista de elementos, situaciones, comprobaciones y/o buenas prácticas.

NOTA: Voy a tomar como referencia un escenario típico, con un micrófono tradicional que va conectado mediante un cable a un preamplificador independiente, etc. En un micrófono USB todo esto está empaquetado en un único dispositivo: micrófono, preamplificador, electrónica, conversión a digital…

 

El micrófono

Todos los micrófonos generan un determinado nivel de ruido electrónico.

Ruido de fondo del micrófono (noise floor)

Por ejemplo el ruido térmico va a estar presente en toda la cadena de audio analógico, incluyendo el micrófono.

Algunos micrófonos son más propensos que otros a captar interferencias electromagnéticas (actúan como antenas de radio).

El ruido de fondo (noise floor) de la mayoría de los micrófonos suele ser muy bajo y sólo va a tener un impacto significativo cuando grabamos sonidos muy débiles.

La regla de oro de la grabación de sonido (que repetiré una y otra vez) es que el micrófono esté cerca de la fuente de sonido. De esta forma tendremos la mejor relación señal a ruido de partida.

 

El cable del micrófono

Los cables actúan como antenas de radio. Transforman las ondas electromagnéticas (estamos rodeados de ondas electromagnéticas de origen natural y artificial) en señales eléctricas, que se suman a la señal útil que ha generado el micrófono.

Interferencias electromagnéticas captadas por los cables

Cuantos más largos sean los cables, mayor será el efecto acumulado.

Los cables balanceados (por ejemplo los que se utilizan con micrófonos con conectores XLR) permiten eliminar o al menos minimizar muchísimo estos efectos. Los cables balanceados pueden tener longitudes de cientos de metros sin ningún problema.

En micrófonos con conectores jack (por ejemplo los que van conectados directamente a la cámara o al móvil) se suelen usar cables no balanceados, con lo que hay que tener mucho más cuidado y hay que intentar limitar la longitud del cable a unos metros como mucho para minimizar el riesgo.

 

Los conectores

Son una posible fuente de ruido.

Ruido generado por los conectores

Los conectores tienen que estar limpios: sin suciedad, sin grasa, secos…

Una mala conexión puede generar pequeñas descargas, efectos resistivos, capacitivos, etc.

Lo mismo ocurre con cables con empalmes deficientes, cables con algún corte, aplastados, etc.

Todo lo que no sea una buena conexión va a generar potencialmente ruido o interferencias.

 

Preamplificador

El preamplificador tiene que aportar la ganancia necesaria para que la señal que llega del micrófono (unos pocos milivoltios de amplitud) se convierta en una señal del orden de un voltio, con la que trabajará el resto de la electrónica en la parte analógica.

Ruido de fondo del preamplificador (noise floor)

Este módulo tiene que tener una electrónica muy limpia en cuanto a ruido electrónico.

Piensa que la ganancia es del orden de 1000 (60dB). Multiplica por 1000 lo que llega a la entrada.

Si el propio amplificador genera ruido en sus primeras etapas, ese ruido también va a ser amplificado y se mezclará con la señal útil. Por lo tanto interesa que sus niveles de ruido (noise floor) sean muy bajos.

La calidad del preamplificador depende mucho del tipo de dispositivo.

Las cámaras por ejemplo suelen tener preamplificadores un poco más ‘ruidosos’.

La interfaz de sonido integrada en la placa base de los ordenadores suele ser también bastante mediocre. Esta interfaz es la que usa el ordenador cuando conectamos directamente un micrófono a la entrada jack 3.5 de micrófono del ordenador. No es la opción más recomendada si buscas algo de cierta calidad, aunque lógicamente depende mucho de la marca, modelo y gama del ordenador.

Hay ordenadores que pueden tener una tarjeta de sonido dedicada (independiente, no integrada en la placa base), que suele ofrecer mejores resultados.

Una interfaz de audio moderna, una mesa de mezclas más o menos actual, una grabadora digital… Todos estos dispositivos suelen incluir una electrónica de muy buena calidad y la influencia del ruido de fondo del propio dispositivo suele ser despreciable.

Los teléfonos móviles actuales también suelen incluir preamplificadores de buena calidad. Se pueden utilizar muchas veces como grabadoras de audio conectándoles un micrófono externo.

De todas formas, salvo que sea un preamplificador muy mediocre, si tu audio incluye un ruido apreciable es muy probable que el origen de ese ruido no esté en el preamplificador.

No sé si lo he dicho, pero colocar el micrófono cerca de la fuente de sonido permite maximizar la relación señal a ruido de la señal de entrada y permite que el preamplificador trabaje en un rango de ganancia más contenido.

No pasa nada por trabajar en la zona de máxima ganancia (con muchos micrófonos dinámicos es necesario), con los equipos actuales el impacto del ruido de fondo del propio preamplificador es mínimo o despreciable.

 

Auto Gain / Ganancia automática

Esto es aplicable a algunas cámaras por ejemplo o a algún programa de gestión de la grabación de sonido.

En general no interesa utilizar la opción de ganancia automática (auto gain) durante la grabación.

En este modo, el sistema detecta el nivel de señal del micrófono y a partir de este nivel ajusta automáticamente la ganancia para obtener un nivel de grabación adecuado.

El problema es que en los silencios, cuando dejamos de hablar por ejemplo, el sistema intenta subir la ganancia al máximo para compensar. El efecto es que en esos silencios lo que se graba realmente es el sonido ambiente y el ruido electrónico de fondo del preamplificador y/o del micrófono.

Es preferible configurar la grabación siempre con ganancia manual. Ajustar nosotros la ganancia para conseguir los niveles adecuados.

Aquí tienes más información sobre la gestión de niveles durante la grabación de sonido, o cuando estamos en directo, etc.

 

Transformadores y fuentes de alimentación

Los transformadores que forman parte de muchas fuentes de alimentación de equipos y el principio de funcionamiento de esas fuentes de alimentación (conmutadas, etc.) pueden generar interferencias electromagnéticas (EMI).

Interferencias electromagnéticas a través del cable de alimentación

Esas interferencias pueden radiarse, como ondas electromagnéticas. O pueden pasar a la red eléctrica, a través de los cables de alimentación. Esta segunda opción es la más habitual.

El problema es que esas interferencias a través de los cables de alimentación las puede captar cualquier otro dispositivo cercano conectado a la red, incluyendo por ejemplo los preamplificadores que estamos usando para la grabación de sonido.

Puede afectar a cualquier tipo de micrófono o equipo de audio, incluyendo los micrófonos USB.

Las fuentes de alimentación de los ordenadores portátiles suelen ser problemáticas. Si tus grabaciones incluyen ruido electrónico (de tipo hum / buzz, de baja frecuencia) es muy probable que sea debido a este tipo de interferencias.

Puedes probar a conectar la fuente de alimentación problemática en una toma de corriente diferente. Si es un portátil, puedes intentar hacer la grabación sin conexión a la red.

También hay regletas de enchufes que incluyen circuitos de protección contra sobretensiones y contra interferencias electromagnéticas. Podría ser una opción si tienes identificada la fuente problemática y no hay forma de evitar su uso durante la grabación.

 

Motores eléctricos

Los motores eléctricos grandes pueden ser también una fuente de interferencias electromagnéticas. Las chispas que generan las escobillas o la interferencia que pueden inyectar a la red pueden ser captadas por dispositivos electrónicos cercanos.

Tenemos aparatos en casa cuyos motores se conectan y desconectan de forma automática: frigorífico, lavadora durante un programa de lavado, la bomba del sistema de aire acondicionado…

Si alguno de esos aparatos nos está generando ruido electrónico puede ser muy frustrante porque ese ruido aparecerá unas veces en el audio que hemos grabado y otras veces no, y es muy difícil identificar el origen exacto.

 

 

Resumen: ¿qué podemos hacer para evitar o reducir el ruido al grabar sonido?

 

  • Intentar colocar el micrófono lo más cerca posible de la fuente de sonido
    Teniendo en cuenta que si lo colocamos muy muy cerca pueden aparecer efectos no deseados (efecto de proximidad)
    Unos 4-5 cm para micrófonos dinámicos en entornos ‘ruidosos’ puede ser una buena distancia de referencia.
    En entornos más tranquilos y con micrófonos de condensador, entre 10 y 20 cm puede ser una buena distancia de trabajo.
    Pero en última instancia dependerá de cada situación y de tu criterio.
  • En exteriores con viento: usar un buen sistema antivientos, un deadcat (con pelo natural o pelo sintético) o incluso una carcasa exterior + deadcat.
    Las protecciones de espuma pueden funcionar bien si no hay mucho viento.
  • En entornos con ruido o mala acústica suelen funcionar mejor los micrófonos dinámicos.
  • Aprovecha el patrón de captación del micrófono (patrón polar)
    Los micrófonos omnidireccionales captan por igual en todas direcciones (pero por ejemplo un micrófono de solapa se convierte en direccional porque una parte del sonido ambiente queda bloqueada por nuestro propio cuerpo)
    Los micrófonos con patrón cardioide van bien tanto en interiores como en exteriores cuando necesitamos grabar una única fuente de sonido, por ejemplo a una persona hablando.
    Los micrófonos más direccionales (tipo cañón) van bien en exteriores, cuando no podemos acercar el micrófono a la fuente de sonido o necesitamos mucha libertad de movimientos.
    Los micrófonos inalámbricos dan mucha libertad, porque el micrófono (emisor) puede estar muy cerca de la fuente de sonido, mientras que el receptor puede estar a cierta distancia. Tanto el emisor como el receptor tienen libertad de movimientos sin que afecte al sonido.
  • Intenta elegir un micrófono de cierta calidad
    Sobre todo en los micrófonos de condensador se puede notar una gran diferencia entre uno de mala calidad y otro de una calidad aceptable (por ejemplo en lo que respecta a su ruido de fondo)
    No es necesario ir a micrófonos muy caros. Hay micrófonos con una relación calidad precio increíble.
  • Si vas a grabar en un entorno controlado (con una acústica aceptable), los micrófonos de condensador suelen ofrecer una muy buena calidad y pueden captar más detalles o matices (que los dinámicos por ejemplo)
  • La acústica de la sala donde grabas puede afectar mucho a la calidad del sonido
    Puedes intentar mejorar la acústica (pero sabiendo lo que haces, no comprando cuatro espumas de colores)
    Puedes jugar con la posición y características del micrófono para minimizar los efectos
    Puedes intentar elegir la habitación / sala que tenga mejor acústica
  • Utiliza, si es posible, cables balanceados o al menos cables con un buen apantallado.
    Si usas micrófonos con conector XLR, los cables XLR son balanceados y no hay problema en usar cables muy largos
    Si usas micrófonos con conector jack (para conectar a la cámara, al móvil o al ordenador), intenta no usar cables excesivamente largos, porque no son balanceados y pueden actuar como antenas.
    Si usas un micrófono USB, su salida es ya digital, no deberías tener problemas de interferencias de radiofrecuencia.
  • La calidad del preamplificador es importante, pero en la mayoría de situaciones no es el factor determinante
    Las tarjetas de sonido integradas en la placa base de los ordenadores suele ser muy mediocre
    Los preamplificadores de las cámaras estarían en un término medio, en general no deberían afectar mucho a la calidad de sonido
    Los preamplificadores de los móviles están en general un poco por encima, podemos usarlos como grabadora de sonido con un micrófono externo
    La electrónica de cualquier interfaz de sonido o mesa de mezclas actual, de las grabadoras digitales de sonido, o de cualquier otro equipo de sonido de entorno profesional ofrece unas prestaciones excelentes y no debería afectar a tu audio.
  • No utilices la opción de ganancia automática
    Utiliza siempre una gestión manual de los niveles de sonido
    Aprende a gestionar los niveles de audio para maximizar la calidad y minimizar el riesgo de distorsión
  • Las interferencias inyectadas a través de los cables de alimentación (los cables de red) suelen ser uno de los principales problemas de ruido e interferencias, y a veces es muy difícil encontrar qué dispositivo o qué aparato es el que las causa.
    Los transformadores de las fuentes de alimentación, cargadores, motores eléctricos de electrodomésticos, etc. suelen ser los sospechosos habituales.

 

 

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